Pablo
Escobar Gavidia, capo del narcotráfico colombiano, en
su época de esplendor llegó a contrabandear tanta cocaína hacia USA que la
revista Forbes, en 1989, lo considero uno de los hombres más ricos del planeta.
Décadas después el
mejicano Joaquín Chapo Guzmán, quien
está cumpliendo cadena perpetua en la misma cárcel federal que los
narcosobrinos de Nicolás Maduro y Cilia
Flores, superó con creces esa cantidad, introduciendo en el mercado
norteamericano las anfetaminas, cuya materia prima las contrabandeaba desde
Tailandia.
Sin embargo, algunos
expertos aseguran que el “Cartel de los
Soles”, después de 20 largos años de exitosas operaciones desde el
narco-estado venezolano, lograron establecer una súper autopista del
narcotráfico hacia el norte, con que ha despuntado esas cantidades calculada en algunos 40.000 millones de
dólares anuales. El hermano de Diosdado
Cabello Rondón, José David, alias “El Mocho”, quien funge como
Superintendente Tributario (SENIAT), es responsable de colectar los dineros del
“Cartel”, a través de las aduanas,
repartir las ganancias y “encaletar”[1] el resto.
La semana pasada, se
supo que Juan Carlos López ex hombre
de confianza y ex escolta de Diosdado
Cabello se encontraba en Nueva York custodiado por la DEA, dispuesto a
testificar sobre las actividades ilícitas de su ex jefe.
El General Hugo Carvajal, capturado por la DEA en Madrid, espera ser trasladado a EE.UU para servir como testigo clave en contra del “Cartel de los Soles” y la cúpula cívico-militar del narco-estado. «“El Pollo” manejaba toda la Inteligencia del país, tanto la civil como la militar. Conoce todas las rutas por donde pasa la droga para acabar en Europa y Estados Unidos, sabe dónde están los laboratorios, tiene el listado de todos los militares narcotraficantes, lo sabe todo sobre las aproximadamente entre 240.000 y 300.000 toneladas de droga que transitan al año por territorio venezolano», -asegura la Dra. Mildred Camejo, ex directora de la CONACUID[2]-.
Pero cuál es el destino final de esa ingente cantidad de dinero
efectivo de los capos de las drogas.
A la muerte de Pablo Escobar Gavidia, en 1993, en la
Ciudad de Medellín, Colombia, se inició una fiebre de dinero fácil, llevada a
cabo por cientos de cazadores-de-fortunas, en búsqueda del dinero “encaletado” en los inmuebles adquiridos
por el narcotraficante y sus cómplices. Muchas personas, incluyendo policías y
militares terminaron enriqueciéndose con esos tesoros cuyas inversiones
beneficiaron a esa ciudad.
En 1980, Pablo Escobar compró una mansión en
Miami por $762.500. En 1987, la DEA
confiscó la propiedad. En 1990, el abogado Roger
Schindler compró la casa al gobierno federal en $915.000. En 2014, De Berdouare adquirió la mansión en $
9.65 millones y procedió a derrumbarla bajo su vigilancia, encontrando entre
los escombros una caja fuerte que al ser abierta, bajo la supervisión de la
DEA, resultó estar repleta de dinero y joyas cuya cantidad nunca fue revelada
por su dueño.
En Méjico, los
numerosos hijos del Chapo Guzmán, ex
socios, amantes y autoridades, están librando una guerra a muerte por el
inmenso botín dejado atrás por quien fue considerado uno de los hombres más
ricos del universo.
En su libro “Bumerán
Chávez", el periodista del diario ABC, Emili J. Blasco, revela que el C/F Leamsi Salazar, ex jefe
de escoltas de Diosdado Cabello, quien huyó a Estados Unidos,
le había revelado la ubicación de algunas caletas en Barinas, Apure y Monagas,
en donde los narcotraficantes ocultaban millones de dólares en efectivo.
Además, el periodista de ABC también reveló, a través de su cuenta de Twitter,
que Salazar vio a Cabello “dar
órdenes para la salida de lanchas con droga hacia Aruba y visitó lugares donde
guarda montañas de billetes de dólares”.
El periodista Manuel Isidro Molina, reveló la
ubicación de otro búnker en el estado Guárico. “Me
dicen que, a una hora por tierra, más o menos, de El Sombrero”, población limítrofe con el estado Aragua, señala
Molina al referir la ubicación aproximada del búnker de los hermanos Diosdado y
José David Cabello. Me dicen que en la finca de El Sombrero hay armas, dólares
y bolívares “hasta pa' tirar pa'l techo. Por eso, el tipo siempre se
pierde hacia el Guárico, pero todo está en total secreto”, dijo uno de esos informantes,
-escribió el columnista Molina-.
El “Cartel
de los Soles” no es el único ente que se ha beneficiado ilícitamente de
los dineros públicos y de la droga, pues hay muchísimos “enchufados” que han tenido que recurrir a las “caletas”, en sus lujosas viviendas, para ocultar el producto de
sus fechorías. Ese hecho ha puesto sobre aviso a mucha gente vinculada a las
policías de investigación criminal, de inteligencia y política, quienes se han
convertido en cazadores-de-fortunas
investigando la ubicación exacta de las fortalezas de los Capos, sus asociados
y cómplices, con la esperanza de participar en el saqueo de las mismas y
terminar enriqueciéndose con el producto del narcotráfico y la corrupción
durante los últimos 19 años.
Caracas, 30 de mayo
de 2019.
Cnel.
e Ing. Rubén Darío Bustillos Rávago
@rdbustillos
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