viernes, 25 de octubre de 2019

HOY VISITE PRESOS POLITICOS DE LA DEMOCRACIA CONDENADOS POR DEFENDERLA



Un cabo que era casi un niño cuando se produjo el golpe. Preso desde hace 5 años sin sentencia. No sabe porque. Un hombre simple y sencillo de provincia. Como cualquiera de los gendarmes que vemos en los operativos.

Un coronel al que nunca le probaron nada, le dieron prisión domiciliaria, pero ha decidido rechazar el beneficio mientras haya un subalterno suyo preso.

Otro que vio morir a su padre Gerente de una empresa acribillado a balazos. Militar de baja graduación en tiempos de la guerrilla, que pensó (erróneamente) que hacer la carrera militar para combatir a las SINIESTRAS BANDAS GENOCIDAS TERRORISTAS que asolaban argentina en los 70 para evitar que sigan muriendo civiles y ser esclavizados por los socialistas, era su humilde servicio a la patria.

Otro que al momento de un sorpresivo tiroteo en Santa Fe donde murieron soldados y terroristas le tocó en suerte ser una de las autoridades con jurisdicción aunque nunca estuvo en el lugar de los hechos... (Peor le fue a un soldado que sí estuvo en el lugar de los hechos, recibió un balazo en el casco, fue hospitalizado y este detalle -su hospitalización- permitió individualizarlo y 30 años después condenarlo a perpetua...

Varios héroes de guerra de Malvinas, cuyas hazañas y actos heroicos serían en Inglaterra ocasión de una estatua en vida en sus pueblos.

Etc. etc. etc. Nada me extraña porque he leído un fallo a pedido de otro condenado que me lo solicitó: “decime porque me condenan... de que me acusan... yo durante todo el proceso hice actividades administrativas en el Ministerio de Relaciones exteriores y jamás participé de operativo alguno”. Sabía que las sentencias son larguísimos escritos (la que menciono más de 10.000 fojas...) con condenas establecidas a priori y cuyos fundamentos son una confusa mezcla de leyes posteriores a los hechos, desopilantes teorías filosófico jurídicas y testimonios de personas que previamente pasan por una suerte de terapia de grupos dirigidas por psicólogos y dramaturgos de los organismos de DDHH. Pero escuchar y conocer los casos personales me conmovió.

No los nombro, para no agravar su situación.

Llegué a la misma conclusión que el Coronel Emilio Nanni: “Argentina merece el comunismo”. No lo deseo; ni pienso que todos los argentinos lo merecen. Pero sin ninguna duda, si existe algún país, alguna población, que merece el comunismo, es Argentina.

Y honestamente creo, que no saldremos de nuestra permanente zozobra económica, que no tendremos República, ni paz, ni progreso, hasta que no saldemos esta deuda con nuestra propia dignidad como Nación.

Tenemos una cita pendiente con la verdad.

Gabriel Vénica

Recomiendo visitar a los presos políticos.... Los verdaderos.


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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