viernes, 11 de octubre de 2019

NADA ES PARA SIEMPRE



Buenos Aires, 10 de octubre de 2019

Sr. Director

La frase “señores jueces, nunca más”, que se hiciera famosa al término del juicio a la junta militar durante el gobierno de Alfonsín, sin dudas ha sido un punto de inflexión de la historia contemporánea argentina, y sobre eso creo que hay un consenso generalizado entre los argentinos.


Pero, contrariamente, donde seguro no hay consenso, es en el significado que se le da a ese punto de inflexión. En efecto, para muchos (confundidos, a criterio de quien esto escribe), a partir de entonces es el punto que marca el fin de los golpes de estado, el fin de las dictaduras militares y el fin del genocidio de inescrupulosos miembros de las FFAA de Seguridad y Policiales que “disfrutaban” torturando y matando a miembros de una juventud idealista a quienes, encima, también  les robaban sus bebes.

Para otros, en cambio es todo lo opuesto. En efecto, es el punto de partida de una visión sesgada de la realidad, es el inicio de una división que se consolidará con el tiempo y que se llegará a conocer como “la grieta que divide a los argentinos”. Es el inicio del odio y del revanchismo de los terroristas subversivos que perdieron la guerra en el terreno militar y la continúan mediante la guerra psicopolítica.
Es también el inicio de una Argentina grotesca en la cual predomina y se impone un relato no real de la historia donde los buenos pasaron a ser los malos y los malos los buenos, pues no es un “nunca más” para los subversivos que sembraron de sangre al país. Es el tiempo donde los terroristas subversivos que ponían bombas y torturaban y mataban a mansalva, serán reconocidos por los poderes políticos de turno y recibirán cuantiosas sumas de dinero falsamente indemnizatorias como si se tratase de un premio por sus matanzas. Al mismo tiempo quienes los combatieron en el campo militar serán arbitrariamente juzgados y condenados a prisión por el resto de sus vidas.


Desde aquél 1983 hasta el presente 2019 esta ha sido la estrafalaria realidad argentina. En el camino han quedado brillantes miembros de las Fuerzas del Orden de la Nación que sin pruebas fueron condenados y murieron en la prisión, mientras que muchos de los terroristas subversivos con varios asesinatos sobre sus espaldas, ocuparon y aún ocupan cargos en la administración pública desde donde hacen posible la venganza hacia sus antiguos enemigos de uniforme.


Pero, pese a esta oprobiosa situación que viven los miembros de las FF.AA. de Seguridad y Policiales, el 5 de octubre próximo pasado ha ocurrido algo que bien podría calificarse como otro punto de inflexión. En efecto, el reconocimiento hecho por el presidente Macri hacia el Ejército Argentino por su participación en la defensa del RI Mte 29 de la provincia de Formosa ante el ataque subversivo terrorista provocado por la organización montoneros el 5 de octubre de 1975 permite ver con un poco más de optimismo el futuro de nuestro país, aunque bien sabemos que, en la Argentina, nunca nada es seguro y que, de la mano de esta democracia totalmente degenerada y corrompida en menos de 24 horas podemos volver otra vez a la situación anterior sin que a nadie se le mueva un pelo.  Para quienes estuvieron muy atentos a las palabras del presidente en la formación conmemorativa llevada a cabo en el Regimiento de Patricios, quedó totalmente claro que, los atacantes eran subversivos y asesinos, mientras que las víctimas de estos que murieron defendiendo su cuartel fueron considerados y homenajeados como héroes.


En tal sentido, este acto bien puede considerarse como el inicio del camino hacia la verdad tan añorada por miles y miles de argentinos y a partir de entonces por qué no pensar en la reconciliación nacional. 

Podrá argumentarse en contra de estos conceptos que la medida adoptada por MM es netamente electoralista y que lo hizo para obtener el voto de las FFAA y de la familia militar, y coincido absolutamente con ello ya que en más de un escrito he expresado que MM es un hombre sin convicciones y que no tiene el más mínimo apego por las instituciones armadas a las cuales ha ignorado olímpicamente a lo largo de su gestión… de eso no hay dudas. Pero más allá de que el acto haya sido plenamente electoralista, lo que importa hoy, es su resultado político. Y desde ese punto de vista, no hay duda sobre los potenciales efectos positivos que esa medida traerá aparejada.

Sin pecar de un optimismo exagerado, para los sostenedores del sesgado “señores jueces, nunca más”, desde un punto de vista Cristiano de la vida que rechaza el horror y la mentira, me permito parafrasear lo dicho afirmando: “señores terroristas subversivos, jueces y políticos corruptos”, “¡Nada es para siempre!”…


¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No dejar comentarios anónimos. Gracias!