Eduardo
Alfredo Anguita (Buenos Aires, 5 de mayo de 1953) es un licenciado en
Comunicación social en la UBA, docente universitario, periodista y escritor.
Estudió
en el Colegio Nacional de Buenos Aires y comenzó
su militancia política y revolucionaria en las agrupaciones PRT y ERP.
Durante
el gobierno provisorio de Raúl Lastiri, como integrante del ERP, formó parte
del asalto al Comando de Sanidad del Ejército para obtener medicamentos y
armas, en el que resultó asesinado el
teniente coronel Raúl Juan Duarte Ardoy. Fue detenido ese 6 de septiembre
de 1973. Estuvo preso casi once años, en las cárceles de Devoto, Rawson y la
Unidad Penal Nº 9 de La Plata.
Después
de la recuperación de la democracia, al salir de la cárcel, participó de
proyectos sociales en villas y con niños indigentes. Hacia 1999, fundó y
presidió la asociación Matilde Vara y creó el Hogar El Armadero, dedicado al
trabajo con chicos y adolescentes en situación de calle y exclusión. Desde esa
asociación se hizo el ciclo de 45 documentales Los chicos de todos.
Periodista
Trabajó
en ATC (1985-1988), canal al que regresó hacia enero de 2000, luego de la
asunción del gobierno de la Alianza, como gerente de Noticias, cargo que sólo
aceptó como un período de seis meses para reorganizar la tarea periodística en
el canal público aclarando que consideraba que ese cargo debía concursarse.
Tras los 180 días renunció aclarando en el telegrama, renunciando a cobrar
ninguna indemnización. Hizo juicio al Estado por su periodo de cárcel, luego de
su condena, al haber participado en el asesinato del Cnel. Ardoy. Cobró una indemnización de más de 200.000
dólares.
Fue
director editorial del periódico dominical Miradas al Sur y columnista de temas
políticos de Tiempo Argentino. Conductor de En qué juego estamos (Radio
Nacional, AM 870, sábados de 20 a 21), de La historia en debate (CN23, viernes
a las 22) y co-conductor de Debates de la historia (Radio Provincia, AM 1270,
domingos a las 21), actualmente escribe para Infobae.
Como
vemos este ex terrorista mutó de violento físicamente y por las armas a una
violencia más fuerte: la guerra cultural [1],
desde que regresó a trabajar en los medios y agrupaciones sociales, no ha hecho
otra cosa que contribuir al relato político oficial y populista tratando de imponernos
su ideología. Basta Anguita no va más, sabemos quién eres no te hagas el
democrático joven idealista… no eres ninguna de las dos cosas, en realidad eres
un peligro para nuestra sociedad.
[1] Este tipo de
guerra no es nuevo, tiene sus antecedentes después de la 2° Guerra Mundial al
iniciarse la guerra fría entre las grandes potencias mundiales, quienes
dirimieron sus diferencias en los llamados países del tercer mundo (básicamente
Sudeste Asiático, Latinoamérica y África).
El objetivo de este tipo de guerra no es físico,es
intelectual y se trata de capturar la mente del individuo o sociedad. La mente
es el conjunto de capacidades cognitivas que engloban procesos como la
percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria, imaginación, conducta,
etc. En la República Argentina se observan profundos cambios sociales, tales
como ideología de genero, populismo, derecho al aborto, violencia, delincuencia,
vagancia, ignorancia, etc. Es decir nos están socabando los valores heredados
de nuestros ancestros de la civilización occidental y cristiana. Se observa, con
tristeza, casi a diario la violencia y crispación de la sociedad -especialmente
en la juventud- la que se está manifestando con ataques y violaciones en
manada.
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