“Quiero morir de pie, invocando a Dios, a mi familia, a la Patria, a mi ejército, a mi pueblo no contaminado con ideas empapadas en la disociación y en la sangre” |
Memoria es el recuerdo de un pasado vivido
y difundido por quienes experimentaron aquellos hechos, con informaciones que
adquieren.
Historia, por el contrario, es lo puramente intelectual, que exige un análisis y una construcción problemática, pero que deja rastros. A partir de estos, y comparados, la historia reconstruye esos hechos y los integra en un conjunto explicativo.
Cuando el historiador va en busca de ese
pasado, encuentra una huella profunda e imborrable; en este caso, la marcada
por el horroroso
secuestro, cautiverio y asesinato del coronel Argentino del Valle Larrabure a
manos del ERP, hace 45 años. Su martirio fue permanecer 372 días
prisionero en esa “cárcel del pueblo”,
una húmeda y pequeña pieza de las calles Garay y Pasaje Bariloche, de Rosario.
Acompañé a Arturo Larrabure, su hijo, a
conocer ese horroroso antro, junto a su hija Mechi, hace diez años. Promediaba
entonces el mes de septiembre. Su asesinato se produjo el 23 de agosto de 1975.
Murió sin quebrarse... habiendo perdido 47 kilos, invocando a Dios, cantando el
Himno Nacional y perdonando a sus asesinos. Ejemplo de vida.
César Tito Román
polocolon@icloud.com
FUENTE: https://www.lanacion.com.ar/opinion/carta-de-lectores/de-lectores-cartas-e-mails-nid2427741
NOTA:
Las imágenes, destacados y enlace no corresponden
a la nota original.
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