Para una institución
206 años es una buena cantidad de tiempo si el estado al que pertenece tiene la
misma edad. Este es el caso del Ejército Argentino.
Por primera vez desde
aquel mayo de 2003, en que Néstor Kirchner descabezó su cúpula e implementó su
desguace, haciendo suya la venganza de quienes ese ejército junto a las otras
fuerzas armadas y de seguridad habían derrotado, se volvió a respirar un clima
de cierto respeto pero no de comprensión. Aunque tampoco se esperara que el
Presidente hiciera ningún anuncio al respecto.
Admitir que "las Fuerzas Armadas vienen de años en
los cuales el Estado las ignoró y las abandonó, y eso trajo problemas de
presupuesto, problemas de equipamiento, de infraestructura", es poco,
debió agregar también esas fuerzas, que no eran de los militares sino del
pueblo, de la nación, fueron despojadas de su dignidad.
Olvidada la dignidad
era mejor ir al dinero: "Y también
han enfrentado severos problemas en el ingreso, en los salarios, en las
jerarquías, en el no reconocimiento, en forma contributiva, para aquel que se
tiene que jubilar". Lo cual no deja de ser importante para quienes fueron
castigados hasta en sus haberes solo por usar uniforme. "Este Gobierno
está comprometido a que las Fuerzas Armadas reciban los mismos aumentos que
reciben los otros integrantes del Estado, y a rever para lograr que aquellos
que se jubilan tengan la dignidad del salario que les corresponde".
Hasta allí todo bien exceptuando el olvido anterior de la dignidad.
En su discurso, el
presidente Mauricio Macri, señaló que "juntos
tenemos enormes posibilidades de desarrollo, juntos tenemos que caminar hacia
una Argentina con pobreza cero; una Argentina que enfrente y derrote el
narcotráfico, que se ha transformado en un flagelo para nuestras familias; una
Argentina que vuelva a tener un Estado al servicio de la gente, que la cuide, que
la respete, como anuncié el día viernes en esta propuesta de ley para hacer una
reparación histórica a nuestros jubilados, que han sido estafados durante
tantas décadas por el Estado argentino". Y fue así que llamó a las
Fuerzas Armadas a "adaptarse a los
desafíos del siglo XXI". Sin mayores hipótesis de conflicto apuntó a
las actividades subsidiarias, potenciando "sus
capacidades de respuesta ante emergencias ambientales, profundizando la
participación argentina en misiones de paz de las Naciones Unidas y… tomando
protagonismo en la lucha contra el terrorismo internacional".
Resulta
difícil interpretarlo.
Cuando el Presidente
era un adolescente su país fue jaqueado por el terrorismo internacional. Una
presidente constitucional en ejercicio ordenó a esas mismas fuerzas la
aniquilación de quienes con respaldo e instrucción extranjeros pretendían
subvertir el orden interno, con la aspiración de confluir en una degollina de
un millón y medio de personas en pos de un estado socialista o comunista. La
acción de muchos uniformados puso fin a esos sueños, en ella algunos perdieron
la vida. No solo quienes fueron a la acción, también sus familias, civiles,
niños.
Otros que no dudaron
en combatir, Hoy, en su vejez, están presos por aquellas acciones de guerra,
sin que las normas que se utilizan con otros presos se apliquen en ellos en una
venganza solapada disfrazada de legalidad.
La guerra es brutal,
en especial contra el terrorismo, y la brutalidad no faltó de ninguna parte.
Una sociedad hipócrita decidió premiar a quienes pretendían liquidar sus
instituciones y juzgar a quienes lo impidieron. Esa sociedad no se animó a
poner a ambos en el banquillo de los acusados o a perdonarlos. Necesitaba
culpables y utilizando las instituciones que preservaron, los condenó.
Macri ha lanzado
flores al río con Hollande y con Obama, se ha lamentado por las víctimas del
terrorismo en el hemisferio norte, pero quienes combatieron el terrorismo en su
país siguen presos de la venganza.
¿Cómo pueden tomar
sus palabras de combatir al terrorismo los jóvenes oficiales y suboficiales que
saben que quienes los precedieron fueron condenados por acciones similares?
¿Qué garantía les ofrece el Presidente al intentar comprometerlos en eso? DIFÍCIL DE INTERPRETAR, DIFÍCIL DE CREER.
NOTA:
Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.
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