Señor Ingeniero, a la
sazón Presidente de algunos argentinos, deseo expresarle que luego de
escucharlo pronunciar el discurso conmemorativo del Día del Ejército Argentino,
me hizo llorar, se me caían las lágrimas y no podía parar hasta que respiré
hondo y tomé fuerzas para continuar con mis tareas del día.
Para que no se
confunda, ni usted ni los que lean esta carta, aclaro que no lloré de alegría
sino de tristeza. Me sentí abandonado, solo, tenía esa sensación que genera el
desarraigo, la desolación y la proximidad a la muerte. Tuve cabal conciencia de
que estoy abandonado a la buena de Dios.
Antes de hacerle
algunas críticas saludables sobre sus palabras, deseo expresarle que yo lo voté
y que hice campaña para que usted ganara porque tenía la absoluta convicción de
que solo desplazando a la banda de ladrones kirchneristas, este país tenía
algún futuro. Resulta obvio y apropiado remarcar que no le odio, que no soy
kirchnerista y que soy solo una simple persona que quiere vivir normalmente.
Mauricio, cuando
usted pronunció su discurso por el Día del Ejército argentino, evidenció
“ignorancia, falta de criterio y sentido común, desconocimiento absoluto sobre
el daño sufrido por las fuerzas armadas, demostró no haber abandonado su cargo
de Presidente de un club de fútbol y lo que es peor, perdió una oportunidad
histórica”.
Como soy militar,
Oficial de Estado Mayor, viví y vivo la vida, se que para no caer en la
politiquería barata, debo fundamentar lo afirmado en el párrafo anterior.
Ignorancia.
Participar en las Fuerzas de Paz y en situaciones de Emergencia o Catástrofes,
son tareas subsidiarias de tercer nivel. Primero está la misión, luego las
funciones y finalmente las “tareas”. Ningún país organiza, mantiene, equipa ni
instruye a sus Fuerzas Armadas para mantener la paz de otros países, mucho
menos para emplearlas en tareas que corresponden a las Organizaciones de
Defensa Civil.
Pero lo que es peor
aún Mauricio, es que en “su” país hay una ley que se llama de Defensa Nacional
donde está escrita la misión de las FFAA y usted evidenció ignorarla, siendo
que además al no hacer mención a ella, vació tácitamente de contenido la
existencia y razón de ser de las FFAA argentinas en su gobierno democrático,
reduciéndolas a simples organizaciones civiles.
Señor Presidente, es
hora de que sepa que las Fuerzas Armadas constituyen el instrumento militar de
la Defensa Nacional que se emplean ante agresiones de origen externo
perpetradas por fuerzas armadas pertenecientes a otro/s Estado/s, entendiendo
como agresión el uso de la fuerza armada contra la soberanía, la integridad
territorial o la independencia política de nuestro país, o en cualquier otra
forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.
Falta de criterio y
sentido común. Cuando usted expresó que quería que participemos en la lucha
contra el terrorismo, casi me “infarto” porque usted se estaba dirigiendo a
quienes ya lucharon contra el terrorismo y por vencerlos los castigaron moral y
prácticamente. Mauricio, adelante y a su alrededor estaban los partícipes no
procesados, los hijos, nietos y parientes de los procesados y condenados por
luchar contra el terrorismo en la década del 70. Increíble lo suyo ingeniero.
Mientras usted les
adelantaba a sus Fuerzas Armadas que lucharían contra el terrorismo, en la
provincia de Tucumán se está ejecutando un juicio conocido como la Megacausa
Operativo Independencia donde se está juzgando militares por combatir el
terrorismo, también gendarmes, prefectos, policías federales y provinciales,
jueces, secretarios y fiscales federales.
En 1975 la orden de
combatir contra el terrorismo, también la impartió un Presidente
Constitucional, Estela Martínez de Perón quien al entregar los sables a los
oficiales de las Fuerzas Armadas que egresaban pronunció un discurso histórico
en el cual impartió la orden de combatir un “frente terrorista, ateo,
mercenario, inhumano y delirante”. Ver los diarios de la época.
En la Megacausa
Operativo Independencia ¿sabe cuántos políticos nacionales o provinciales están
procesados? NINGUNO.
Pero además Ingeniero
Macri, usted, cabeza del Estado Nacional, debería saber que queda absolutamente
clarificado en el Artículo 3 de la Reglamentación de la Ley de Defensa, que el
Sistema de Defensa Nacional no podrá contemplar en su formulación doctrinaria
situaciones pertenecientes al ámbito de la Seguridad Interior.
Es importante
destacar también Señor Presidente, que el Artículo 5to de la Ley de Defensa
Nacional establece que esta se ejecuta en “los espacios continentales, Islas
Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y demás espacios insulares, marítimos y
aéreos de la República Argentina, así como el sector antártico argentino, con
los alcances asignados por las normas internacionales y los tratados suscriptos
o a suscribir por la Nación esto sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo
28 de la presente ley en cuanto a las atribuciones de que dispone el Presidente
de la Nación para establecer Teatros de Operaciones para casos de guerra o
conflicto armado. Contempla también a los ciudadanos y bienes nacionales en
terceros países, en aguas internacionales y espacio aéreo internacional.”
Mauricio, las Fuerzas
Armadas no pueden combatir contra el terrorismo en el territorio argentino
dentro del contexto legal actual y mucho menos sin antes lavar el honor mancillado
por haberlo hecho antes.
Desconocimiento
absoluto sobre el daño sufrido por las fuerzas armadas. Usted dijo sabiamente
que fuimos ignorados y marginados durante los últimos años, pero se equivoca al
diagnosticar los daños. Las consecuencias de ese olvido, marginación y maltrato
no fueron la falta de Presupuesto, Equipamiento, Infraestructura ni deterioro
de salarios del personal en actividad o situación de retiro.
La consecuencia es la
pérdida del orgullo de ser militar, de vestir el uniforme de la patria y por
sobre todas las cosas, la inexistencia de Amor por la Patria en todas las
fuerzas uniformadas.
El Amor por la Patria
es el que llevó al Granadero Cabral a dar su vida por el Teniente Coronel San
Martín, al Capitán Cáceres a morir combatiendo contra los terroristas en el
monte tucumano, es el que llevó al Capitán Giachino y al Teniente Estévez a
combatir hasta el último hálito de vida en la Guerra de Malvinas, el Amor por
la Patria es el que llevó a todos los oficiales y suboficiales “Comandos” a
quedarse voluntariamente como Prisioneros de Guerra en Malvinas porque su Jefe
el Mayor Rico fue detenido.
Macri, los años de
olvido y marginación no tuvieron como consecuencia el deterioro del
presupuesto, equipamiento, infraestructura y salarios. Durante ese tiempo
redujeron a polvo los dos pilares básicos de cualquier institución que brinda
Servicios a la Patria, los principios y valores éticos y morales.
Cuando estuvo sentado
en el Patio de Honor y meneó la cabeza para ver su entorno, ¿qué palabras
observó el vitraux del cielo raso? ¿Recuerda? “VALOR, GLORIA Y HONOR” Macri, no
decía ni presupuesto, ni salarios, ni equipamiento, ni tampoco infraestructura,
dice “VALOR, GLORIA Y HONOR”. Esto es lo que hay que recomponer, devuélvale el
“Honor” mancillado a las Fuerzas Armadas Argentinas, Mauricio.
Evidenció no haber
abandonado su cargo de Presidente de un club de fútbol. El Ejército Argentino
comenzó a gestarse en la Reconquista de Buenos Aires, en 1806, hace 210 años
Macri. Usted tiene infinita cantidad de hechos históricos para resaltar desde
ese embrión hasta el día de la fecha y no tuvo mejor idea que acordarse de 7
deportistas cuyos únicos méritos son tener buen estado físico, tiempo y plata
para caminar hasta el Polo Norte con una Bandera Argentina. De los 7 algunos ni
siquiera son militares en actividad.
El Ejército Argentino
no es “Boca”, Mauricio; el Ejército es una institución fundacional de la
República Argentina riquísima en historia y desarrollo. Podría haber recordado
al Coronel Saavedra, al General Urquiza, al General Sarmiento que creó el
Colegio Militar desde el cual usted habló, podría haberse referido a Roca,
Ricchieri, Sabio, Mosconi, Perón, los Veteranos de Guerra o las mujeres en
Malvinas de las que pocos se acuerdan y porque no, de los argentinos de las
Fuerzas Armadas que hoy están haciendo patria en la Antártida. Pero no, como
buen presidente de un club de barrio, se acordó de unos “deportistas”, los que
tienen su mérito y no lo niego, pero no era esta la oportunidad ni el lugar
adecuado.
Lo que es peor,
perdió una oportunidad histórica. Perdió la oportunidad de expresarle al país
que durante la dictadura se cometieron aberrantes violaciones a los derechos
humanos, pero que el kirchnerismo corrompió hasta esos sagrados derechos y los
usó para lucrar con los ilegales juicios de Lesa Humanidad, sin respetar las
garantías constitucionales ni el debido proceso en juicio.
Perdió la oportunidad
de decirle al mundo que reverá esos juicios “írritos” y les devolverá el honor
perdido a quienes se los haya mancillado como lo vienen haciendo para lograr
jugosos dividendos.
Finalmente Señor
Presidente estoy de acuerdo con usted en que debemos trabajar todos juntos por
un futuro mejor, pero mantengamos la dignidad. La presencia de los generales
Balza y Milani, resultan repugnantes para la familia militar.
Espero que con la
lectura de estos sencillos comentarios haya aprendido algo, de manera que el
próximo 29 de mayo esté a la altura de un Presidente Argentino. Y ponga un poco
más de ganas al hablar, los militares necesitan de un líder que transmita
coraje y valor para luchar por la patria como un Churchill, Kennedy, Reagan y
no de un gélido y abúlico Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
Desde mi humilde
punto de vista le sugiero que seleccione sus asesores, por lo menos para no
pasar vergüenza, porque su vergüenza es mi vergüenza, usted me representa. Yo
soy militar y también argentino, usted es mi Presidente y lo que usted hace a
mí me afecta emocionalmente.
Ingeniero Macri, me
despido con una frase que le agradecería que la tenga en cuenta al momento de
tomar una decisión “NINGÚN COBARDE ESCRIBIÓ LA HISTORIA”.
Firmado: Alguien. No
me pida que ponga mi grado, nombre y apellido, porque como usted no tuvo el coraje
de limpiar el Poder Judicial de los corruptos de “Justicia Legítima” y “La
Cámpora”, sé perfectamente que esto que he escrito puede ser usado para hacer
más ingrata mi vida en Argentina.
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