Sábado, 27 de agosto
de 2016
Claudio Avruj, Secretario de DDHH de Argentina |
“Si
mañana a Alfredo Astiz, por cumplir 70 años, le dan la domiciliaria, también la
objetaremos, porque además de la edad hay que ver su estado de salud, si es
peligroso o no. Figuras como Astiz o la de Etchecolatz nos provoca, como a toda
la sociedad, un rechazo. Por lo que hizo y por lo que representa…”
le dijo Claudio Avruj, mandamás de la Secretaría de Derechos Humanos de
Argentina a un periodista hace unas horas.
Avruj es funcionario,
claro, y tiene la sartén por el mango, como decía mi abuelita… yo apenas soy un
mortal ciudadano que un día de hace mucho tiempo… se preguntó ¿por qué?
¿Por qué algunos sí y
otro no? ¿Por qué unos presos y otros libres? ¿Por qué unos tan ángeles y otros
tan demonios? ¿Por qué algunos tanto… y otros tan poco? ¿Por qué unos con tanta
prensa, y otros sin voz?
Curiosamente, cuando
entré al primer piso del Hospital Penitenciario de la Cárcel Federal de Ezeiza,
no ví “figuras”, no vi “símbolos”, no vi “emblemas”, no ví “asesinos”
ni vi “genocidas”… ví hombres viejos
de huesos gastados llevando como podían enfermedades imposibles de tratar en
una cárcel.
Presos Políticos de Argentina |
No ví números… ví
personas. No ví expedientes, ví rostros.
Ví a un hombre
atrapado en un cuerpo inmóvil que no podía subir a su silla de ruedas, porque
eran las diez de la mañana y nadie lo ha ido a sacar de la cama. Ví un anciano
encorvado al que le habían pasado varios otoños más los respectivos inviernos
después de 80 abriles, caminando con una sonda arrastrando por el piso su bolsa
de pis... y más lejos, ví a un viejito muy amable saliendo de su habitación,
saludar a las visitas, y preguntarle a cada una la misma pregunta: ¿qué día es
hoy?.
Vi a dos ancianos,
casi tres, ayudando a subir a una silla de ruedas a un hombre corpulento con
sus dos piernas amputadas.
Y en medio de ese
triste espectáculo, ví pasar mil veces un señor muy mayor en camiseta y
calzoncillos hablando con su sombra.
Un espectro de piel y
huesos caminando agarrado de las paredes hasta un teléfono público que no
funciona, eso también ví.
Pero Avruj mira con
ojos de funcionario… y yo apenas con ojos de mortal ciudadano común, que no
deja de preguntarse: ¿por qué?
Avruj[1] ve
“símbolos” o “emblemáticos apellidos”… yo veo ancianos enfermos muriéndose de
abandono.
Avruj es cómplice de
los que murieron, de los que mueren, y de los que morirán abandonados por la
política y la justicia.
Yo, apenas un testigo
que grita en medio del silencio atroz.
Horacio
Palma
Escribidor
contumaz...
[1] El secretario de DDHH Claudio
Avruj fue invitado por las autoridades del Centro
de Estudios en Historia, Política y Derechos Humanos de la provincia de
Salta a visitar a los Presos Políticos en los penales.
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