Parece cuento, pero
no siempre es fácil reconocer a los integrantes de la raza humana. A veces nos
encontramos frente a oleadas de puro salvajismo, que exceden ampliamente el
territorio de lo que llamaríamos, lo humano.
Algo así sucede en
este interminable tiempo K. Un tiempo con tan poco de humano, que termina
siendo parecido al de aquellas invasiones bárbaras que cuenta la historia. En
este sentido, todos recordamos, de qué manera mandaba Néstor. Lo suyo eran
amenazas, venganzas y alaridos, dirigidos a propios y ajenos, en medio de la
furibunda demasía que lo caracterizaba. Cristilinga no sólo continuó, sino que agravó hasta el
límite, esta manera desastrada de entender el poder.
Siguiendo su ejemplo,
los que están por debajo, no quieren ser menos y de alguna rara manera,
compiten a ver quién es más bestia que quién. El grotesco conjunto insiste en
ser llamado con el curioso nombre del “modelo”. Nunca supimos modelo de qué o
de quién.
Hoy sucede en el país,
como si el entramado de la convivencia social, ese espacio en el que debería
tener lugar la concordia, de repente se hubiese desvanecido y otro mundo,
enteramente ruin, lo ocupara en su totalidad. Quizá y como observamos en el
teatro de Shakespeare, en apenas un instante, la vida común y corriente de una
comunidad, se retrae hasta casi desaparecer, y en su lugar, en una especie de
alianza diabólica, se aglutinan las menos dignas de las pasiones humanas. El
resultado esperado de esa tempestad brutal, no podrá ser otro que la tragedia.
En estos días y a
propósito de la cantidad de informes de KORRUPCIÓN entregados por el PERIODISMO
hemos sido testigos de la sobreactuación de ese odio, llevada casi, hasta la
repugnancia.
Los que por diversas
razones, hemos sido críticos del desgobierno K
y lo señalamos cuanto pudimos y desde sus inicios, de todos modos no
podemos convalidar este macabro festival, que no es otra cosa que la expresión
del resentimiento, la mentira y de las fábulas con las que procuran nutrir a la
sociedad.
No fueron pocos los
medios enrolados en el coro de agravios a la sagrada REPÚBLICA que alcanzaron
aún, a la FAMILIA. Si se quiere, era una operación sencilla, sin riesgos, y
sobre todo “políticamente correcta”,
pero que no se contrapone dramáticamente,
con las alabanzas que leíamos, en esos
mismos términos allá por los setenta.
Y aunque todos
sabemos que la historia de la traición y de los saltimbanquis de las
convicciones, no es nueva, el cinismo alcanzado por los pobladores del modelo y
ciertos cómplices mediáticos verdaderamente asusta.
Circunstancia que
tampoco es nueva y por lo cual, hace tiempo escribimos acerca del plan
sistemático de exterminio de los presos políticos, implementado desde el
kirchnerismo. Un plan sin derechos humanos, que involucra a hombres de más de
ochenta años, que culpables o no, en su mayoría están enfermos y sin asistencia
médica adecuada, que van siendo juzgados no sabemos ya cuántas veces, en
tribunales que no pasan de parodias vergonzantes, valiéndose de leyes penales
retroactivas, encerrados en condiciones subhumanas y como consecuencia del cual
ya hay más de trescientos fallecidos.
Hace más de cuarenta
años, en el Vº congreso del PRT los participantes anunciaron la creación del
ERP, con el propósito de: “desarrollar la
guerra revolucionaria atentos al modelo vietnamita”. Pues bien, resulta que
para los que en definitiva iniciaron esa guerra y la ejecutaron de acuerdo a
las reglas del terrorismo, para esos culpables de muertes atroces, no hay
juicios, ni castigos, solo puestos en el estado, honores y dólares y como
hiriente refriega EYA se deja tomar la fotografía vergonzosa
en una “cueva vietnamita”. Y
es cierto, no deberíamos tolerar que continúe el hiriente escándalo K.
Aún en medio del
enseñamiento y de las circunstancias oscuras que rodean esta y otros
muchos más casos de Korrupción
espantoso, asociaciones ilícitas y desfalcos a la nación, aún en este momento de tanto dolor, muchos
somos a la vez, que pedimos la reconciliación de LA PATRIA. El testimonio de caridad ofrecido, invita
necesariamente a la reflexión, no solo debe aspirar a obtenerlo, SEÑOR
PRESIDENTE MACRI, porque tiene Ud. la opción , UNA GRAN AMNISTÍA y AMPLIO
RECONOCIMIENTO a nuestros SOLDADOS
encarcelados sin condenas muchos
de ellos ó continua en este decadente dejar hacer a aquellos encadenados al odio. En sus manos
está hacer una gran NACIÓN o nuestra Argentina, menos un país, que una tierra
baldía.
Fernando Castro Pintos
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