Como informáramos
anteriormente el próximo 19 de diciembre en la ciudad de San Juan se dará
inicio a un nuevo juicio de los mal llamados de “lesa humanidad”.
Como todos sabemos es
una nueva parodia judicial, revestida de formas para parecer que se imparte
justicia, en lugar de la injusticia con la que se lleva adelante la venganza
del terrorismo vencido por las armas.
En esta larga lucha
mediática y en un nuevo campo de batalla en los tribunales, los Soldados de la
Patria… aquellos que impidieron que el terrorismo se alzara con el poder, son
martirizados en sus cuerpos y almas. Se ha pretendido enlodar su honor, se los
ha escarniado públicamente… en aras ¿de qué?
No existe una
explicación lógica y jurídica. Y menos una razón de estado… sencillamente el
terrorismo está usando a la justicia para vengarse de su derrota militar. En
los ’70 se libró una importante guerra civil limitada en la Argentina, las
Fuerzas Armadas y las de Seguridad, acompañadas por otros organismos del estado
obtuvieron una victoria militar que hoy nos permite vivir en libertad y no
sujetos a los mandatos de una dictadura marxista.
Podemos afirmar sin
vacilar que en los tribunales se están juzgando a hombres que nos dieron esa
libertad. El relato oficialista desde el 2003 en adelante pretendió cambiar la
historia… no lo conseguirá, la mentira puede torcer la memoria, pero nunca
podrá con el veredicto de la historia.
Allí donde todo es
obscuridad, escarnio, ofensa, discordia, error, dudas, desesperación, etc. Es cuando
deseamos hacer llegar a todos los Presos Políticos en Argentina –en especial a
los de San Juan– la oración franciscana por la paz:
ORACIÓN
DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Señor, haz de mí un
instrumento de tu paz:
donde haya odio,
ponga yo amor,
donde haya ofensa,
ponga yo perdón,
donde haya discordia,
ponga yo unión,
donde haya error,
ponga yo verdad,
donde haya duda,
ponga yo la fe,
donde haya
desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas,
ponga yo luz,
donde haya tristeza,
ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no
busque yo tanto
ser consolado como
consolar,
ser comprendido como
comprender,
ser amado como amar.
Porque dando se
recibe,
olvidando se
encuentra,
perdonando se es
perdonado,
y muriendo se
resucita a la vida eterna.
Amén.
Esta oración es una obra de paz y justicia.
Sinceramente,
Centro
de Estudios Salta
La
Verdad os Hará Libres
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