miércoles, 7 de diciembre de 2016

LOS “MALDITOS” DE MANCHALÁ

4/12/16

Por Mauricio Ortín

¿De qué lado están los organismos de derechos humanos de la provincia? 120 terroristas de la banda ERP (entre ellos, Hugo Irurzun, jefe de los que masacraron a la niña María Cristina Viola y a su padre) abrieron fuego sorpresivamente contra doce soldados salteños que pintaban la escuela de Manchalá. El objetivo no eran ellos sino tomar el pueblo de Famaillá pero, por si las moscas y ya que estaban, decidieron liquidar a los conscriptos. Pero la vaca se les volvió toro y sufrieron la peor derrota del ERP en Tucumán. Los salteños defendieron el orden constitucional pero primero por la propia vida.

En el año 2012 el Concejo Deliberante agravió a los soldados con la artera argucia de que el combate de Manchalá fue un acto represor genocida del Operativo Independencia. Eso, entre otros disparates, es lo que aprobaron los concejales que votaron la infame Resolución 37/12. La derogación de ésta última vino, más que a desagraviar a los soldados, a devolver algo de dignidad a un cuerpo legislativo manchado por la traición gratuita a sus héroes. La nueva resolución afirma que los soldados defendieron la democracia y que no son genocidas. No dice absolutamente nada a favor del gobierno militar. Es más, lo condena inequívocamente.  

Lo que parecía un final feliz para todos se desquició con la irrupción desenfrenada de activistas de las organizaciones de derechos humanos locales que salieron a linchar mediáticamente a los concejales desagraviadores. Buena parte de la prensa hizo también lo suyo o guardó un manso silencio. Vamos a cuatro “perlas” del collar. La de la abogada Tania Kiriaco, por ejemplo, quién disparó que “La derogación de la ordenanza propone solapadamente instaurar la teoría de los dos demonios y no reconocer las normas que imponen al Estado argentino investigar el terrorismo e informar sobre los desaparecidos y la sustracción de bebés antes y durante la dictadura”. El partido Frente Grande, sostuvo “Esta resolución merece el repudio enérgico del Frente Grande al autor del proyecto y a los concejales firmantes por tener una ideología contraria a un Estado democrático"; La abogada Susana Aramayo, opinó: "Los firmantes de la ordenanza no se dan cuenta de que los conscriptos salteños son también víctimas del terrorismo de Estado"; El partido Memoria y Movilización Social, a su vez, dijo "La reciente resolución resulta un acto ignominioso...”

¿Qué fuerza poderosa es la que hace que las organizaciones de derechos humanos inciten al odio contra doce soldados conscriptos? ¿Qué disparate es ese de vincularlos con “los desaparecidos o la sustracción de bebés” o el golpe de Estado? ¿Qué tiene de ignominioso desagraviar a los que lo merecen? Y, de que son víctimas, no hay ninguna duda. Pero no del terrorismo de Estado sino de las organizaciones de derechos humanos.

¿No les alcanzó con destruirles el monumento? ¿Acaso piensan que lo correcto hubiese sido que se dejaran matar? ¿Quieren que los soldados carguen con el mote de “genocidas” por el resto de sus vidas? Así que mamarracho perverso de estigmatizarlos es ¡defender los derechos humanos! Si les interesara la verdad y la justicia de la que tanto hablan, tendrían que haber comenzado por preguntarles a los protagonistas. La mayoría vivos. Y no lo hacen porque cuando ellos hablan toda la farsa inventada se cae como castillo de naipes. Pero la verdad, aunque tarde, llega. La palabra de esos valientes está en la red para que cada uno juzgue por sí mismo:



Quien quiera oír que los oiga. 

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