Señor Director:
"EL
EJERCITO, ES UN LEÓN ENJAULADO PARA SOLTARLO EL DÍA DE LA BATALLA"
(José de San Martín).
Cuando el gobierno
constitucional de María Estela Martínez de
Perón, con acuerdo de ministros, convocó a las "Fuerzas
Armadas Argentinas" para
neutralizar el accionar de la guerrilla, mimetizada en la sociedad toda, fue en
oportunidad en que las fuerzas policiales de seguridad se habían visto
desbordadas y el nivel de conflicto había escalado al punto de necesitar un
mayor brazo armado para su aniquilamiento.
El poder ejecutivo,
percibiendo que su accionar no podía remitirse al solo empeñamiento de las "Fuerzas de Seguridad",
recurrió a un "antibiótico" de más contundente accionar y más amplio
espectro. Se valió de sus "Fuerzas Armadas".
A partir de ese
momento, el león dejó su jaula y se empeñó en acciones de combate, urbano y
rural. Desde el instante en que se ordenó actuar, a fin de neutralizar el mal,
en el menor tiempo posible, el empleo de la violencia de estado, arremetió
contra el delincuente accionar subversivo.
La guerra, debió ser
encarada en el campo militar. La inteligencia fue factor decisivo en su
encaminamiento.
Con alto costo de
vidas y medios, la victoria militar, de las fuerzas legales, doblegó la
voluntad de lucha de los ejércitos revolucionarios y se ganó nuevamente la paz,
para tranquilidad de la nación toda.
En ese tiempo, las fuerzas
vivas del país, rogaban a las fuerzas armadas que actuaran rápido, porque
sentían que los estaban matando "como a moscas". La sociedad
rezaba a Dios para que alejara el mal que los estaba amenazando de muerte...
rogaban que haya paz y que los soldados los cuidaran y protegieran.
Hoy, cuarenta y seis
años, después, la Argentina debe recapacitar. 2000 presos políticos militares
llamados a morir en cautiverio, muestran al mundo, la venganza de "indemnizados" e "impresentables" sujetos, que
justificaron su accionar demencial con la sola, inaceptable e injustificada expresión "Cometimos errores" y deambulan por los medios, gráficos,
radiales y televisivos haciendo gala de arrepentimiento cero.
Cuan cierto es que "cuando hay peligro, la sociedad clama
a Dios y al soldado. Cuando el peligro pasa, Dios es olvidado y al soldado lo
desprecian".
Héctor
Julio Álvarez
Vicealmirante (RE)
DNI: 4630003
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