sábado, 14 de mayo de 2011

¿Reconocer la historia verdadera, es mucho pedir?

La historia del gobierno de facto militar y la “aniquilación” de las organizaciones subversivas, que mediante la violencia y el teror, pretendían hacerse del poder en la República Argentina es bien conocida en casi el mundo entero; sin embargo, la tragedia desencadenada por las organizaciones terroristas marxistas es sistemáticamente ignorada. Pero es necesario destacar que la “guerra revolucionaria” fue declarada por esas organizaciones, llamadas entonces “subversivas”, las que impusieron sus métodos violentos y de terror mucho antes del famoso 24 de Marzo de 1976.


En las décadas de los años 60 y 70 miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, Diplomáticos, Políticos, Empresarios, Civiles: hombres, mujeres y niños fueron secuestrados, torturados y asesinados. Otros se transformaron en los hoy denominamos como “daños colaterales” de los múltiples atentados que violentaban a toda la sociedad. 

Menores de edad, de ambos sexos, fueron reclutados por las organizaciones terroristas, y Montoneros les exigía suicidarse con una pastilla de cianuro, provista por la organización, antes que fueran detenidos por las fuerzas del estado... mientras tanto los "jeracas" y "cabecillas" terroristas gozaban de un exilio dorado a costa del dinero obtenido en sus múltiples secuestros y robos.
A pesar de la magnitud de esta tragedia, las víctimas del terrorismo han sido sistemáticamente olvidadas por el estado argentino y no ha existido un tratamiento igualitario ante la ley. Esto ha dado lugar a una generación de argentinos que han crecido sin una plena comprensión y conocimiento de ese período de la historia.

Decía San Agustín que “una verdad a medias… es una mentira entera” y eso es lo que ha pasado en la República Argentina, desde 2003 a la fecha el estado argentino y algunas organizaciones de Derechos Humanos han engañado, a la sociedad argentina y a parte de resto del mundo, no informando la verdadera historia de esos violentos acontecimientos históricos que constituyeron una verdadera “guerra civil revolucionaria y contrarrevolucionaria limitada”.

Usamos el término “limitada” para calificar un conflicto violento que no afectó a toda la población y el territorio nacional, esencialmente se desarrolló en zonas rurales y urbanas focalizadas –algunas de mayor violencia que otras-  entre las fuerzas del estado y las organizaciones terroristas… el resto de la población hacía su vida normal con los temores de quién conoce perfectamente el escenario violento y subterráneo del país en esa triste y dolorosa época de la historia reciente.

Es hora que las heridas de la guerra cicatricen, que los argentinos nos reconciliemos y todos juntos tratemos de buscar un futuro mejor y digno para legarle a las siguientes generaciones. Es hora que la República Argentina salga de su letargo, de su pasado y se ponga de pie ante el desafío que se aproxima en un mundo con demasiados problemas, como para agregarles los del pasado. 

No proponemos impunidad, proponemos justicia verdadera y completa dentro de un sistema  judicial ajustado a derecho, el cumplimiento irrestricto de la Constitución Nacional, el restablecimiento pleno de todas las instituciones y el desarrollo de políticas de estado que permitan alcanzar nuestro máximo desarrollo como país democrático, federal e independiente.
¿Es mucho pedir?

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