Queridos amigos, me permito
hacerles llegar una reflexión para la conmemoración del 2 de abril:
El 2 de abril del 2013, como cada
2 de abril, los argentinos conmemoramos, pero no todos conmemoramos lo mismo.
Oficialmente, es el Día del Veterano y de los caídos
en la Guerra de Malvinas. Está muy bien honrar a los vivos y recordar a los
muertos. Los actos me llegan muy especialmente porque yo también soy veterano
de esa guerra y tengo fraternos camaradas muertos en la contienda.
Pero más allá del dolor por los
caídos, cada 2 de abril ha sido y seguirá siendo para mí y muchos otros
argentinos, veteranos o no, el día en que nuestra alma se llenó de orgullo
porque fuimos capaces de recuperar el territorio que nos arrebató por la fuerza
una potencia que jamás se dignó atender
nuestros justos reclamos desde la
soberbia que le confiere su poder militar.
Nos erguimos como nación soberana
contra la humillación y la prepotencia
de los poderosos. Peleamos por una causa justa
y bien argentina. Por la causa que reúne los valores de nuestra
historia, la integridad de nuestro
territorio, la dignidad y la justicia del presente y la riqueza de los recursos
que necesitaremos en el futuro. Peleamos con valor contra la tercera potencia
del mundo apoyada por la primera, pelamos solos
y peleamos bien, digan lo que digan, como lo prueban las enormes
pérdidas materiales del enemigo y el reconocimiento externo de los
profesionales de la guerra de todo el mundo.
Conmemoremos el día de gloria y
victoria, el día de la operación Rosario y de los ingleses rendidos y
derrotados sin derramar una gota de su sangre. El rugido del débil. El izar de
la bandera celeste y blanca en esas tierras en la que nunca debió ser arriada.
Deploremos la mezquindad de los que minimizan nuestra gloria porque la
operación fue dispuesta por un gobierno militar. La causa de Malvinas es de
todos, de quienes gobiernan ahora, de quienes gobernaron entonces y de quienes
gobernarán en el futuro. Cada uno con su plan, con su estilo, con su
convicción, pero siempre juntos en la que quizás sea la única causa nacional que nos reúne a todos los
argentinos.
Por eso propongo para cada 2 de
abril menos llanto y más festejo, menos debilidad y más fiereza, si casi parece
que algunos parecen pedir disculpas porque sus compatriotas se jugaron el
cuero y enarbolaron las armas para
recuperar lo que es de todos.
Honremos a los veteranos,
honremos a nuestros muertos pero no dejemos de conmemorar haber tenido el valor
de animarnos a pelear por nuestras
Malvinas y haber gozado por unas semanas de la gloria de recuperarlas. Tiempo
llegará en que las tendremos de nuevo para siempre y ese será el mayor homenaje
para los veteranos, los caídos y todos aquellos que llevan la patria en el
corazón y están dispuestos a defenderla, con el verbo o con la espada, según
sea necesario.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
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