¡¡¡¡¡¡2 DE ABRIL!!!!!! ¡¡¡¡¡¡31 AÑOS!!!!!!
Qué decir, qué expresar... qué
sentir.
Evidentemente en nuestros
conciudadanos habrá una mezcla de muchas sensaciones e ideas. Algunas contrapuestas,
otras confusas, una parte emocionada, y en algunos sectores utilitarias y
pragmáticas.
Siempre es así, por lo menos en
nuestra tan particular sociedad orientada por indefinidos y poco sólidos
dirigentes en todos los ámbitos.
Una pequeña parte de dicha
sociedad constituida por aquellos que fueron a dar la cara y lucharon como
pudieron con lo que tuvieron y sus abnegados familiares y amigos que los
sostuvieron moral y espiritualmente, perciben que los recuerdos de aquellas
jornadas dramáticas y vibrantes se agolpan en su espíritu y desfilan en rápida
sucesión imágenes de orgullo y dramatismo. Los semblantes de amigos entrañables
que ya no están y quedaron como guardianes silenciosos en el territorio
irredento, las escenas de luchas y privaciones; las marchas eternas y los
bombardeos interminables, el frío y la humedad, la angustiante espera por el
momento decisivo, la amargura de la derrota sin mengua del honor..., el regreso
a la patria y la indiferencia de la
mayoría de los argentinos en gran medida preocupados por entonces por las
alternativas de un campeonato de fútbol.
Peor aún la tergiversación
posterior de las historias vividas y los sacrificios rendidos, en la búsqueda
descarnada de un rédito político y comercial.
El Ejército Argentino fue el que
debió levantar la bandera de la capitulación cuando la continuación de las
operaciones, en circunstancias totalmente desventajosas, hubieran acarreado
miles de vidas pérdidas inútilmente. Y cargó con todas las culpas y
descalificaciones, de las cuales
inclusive, se hicieron eco indirectamente los mandos superiores de entonces, deseosos
de eludir su responsabilidad.
Más aun los oficiales y
suboficiales que actuamos en la emergencia fuimos calificados prácticamente de
cobardes al ser invadida la ciudadanía por una campaña falaz, indigna y desmalvilizadora.
Tamaña injusticia y desvergüenza no ha sido aún lavada y está pendiente.
Paradójicamente el enemigo de entonces fue quien en sus relatos mostró la
verdad y la realidad.
En ocasión de mi jefatura en una
unidad importante, existía la orden que el 14 de junio debía ser olvidado e
ignorado. No pude ni quise cumplirla pues opiné que había sido el día de una
derrota y no el de una vergüenza. En la historia militar los hechos son así, en
la guerra ninguna derrota es definitiva mientras el espíritu esté en alto y el
honor sea salvado.
Hoy a 31 años de aquellas
inolvidables jornadas vividas, asistimos casi a las mismas escenas que en 1982.
Una importante mayoría ocupada en planificar un fin de semana larguísimo, pues
por suerte ese 2 de abril, que cada vez está más lejos, permite la inclusión de
un feriado puente. Otros tal como el cuento del alacrán y la rana,
encaramándose sobre el acontecimiento para montar un show melodramático y así
ganar un artificial rédito político.
No existe en estos términos,
emociones fingidas, alquiladas o vendidas aunque quizás gran parte de nuestros
compatriotas así lo entienda. Solo la dramaticidad y heroísmo de escenas
vividas penetra profundamente en el espíritu de todos los que combatieron por
la patria; soldados, oficiales, suboficiales, civiles y sus familiares que
sufrieron con ellos, todos conformando una masa crítica con el único fin
de llevar adelante una empresa difícil y
peligrosa, para el bien de la patria y
sus tradiciones.
Los pueblos que sostienen su
historia sobre tumbas heroicas y entienden y practican los mandatos de sus
padres fundadores, perduran en el tiempo y se encaminan hacia destinos de
grandeza. Infortunadamente los argentinos hemos perdido esa visión enaltecedora
y asistimos casi indiferentes a la destrucción sistemática y el reemplazo de esas tumbas por las de
monigotes dimensionados por una moda, egoísmo o ambiciones destructivas.
Hoy es 2 de abril de 2.013.
Treinta y un años han pasado. Muy poco hemos aprendido. Mucho hemos y seguimos
destruyendo. Las mentiras y los versos nos seducen. La patria es solo una
entelequia útil para discursos vacíos de contenido. Nuestro futuro envuelto en
una bruma que no presagia felicidad, unión, justica y paz, sino enfrentamientos
crecientes estériles de evolución imprevisible. La incapacidad en grado
extremo, la irresponsabilidad, el mesianismo, la arbitrariedad y la ideología
del bolsillo se han establecido sólidamente y confían en permanecer. En estas
condiciones solo nos queda rezar.
Finalmente, un amigo me ha
enviado un relato verídico de la lucha en Malvinas, el cual me ha emocionado
por su sencillez, expresión de lealtad y grandiosa humildad, el cual quiero
compartir con Uds. Como el mejor homenaje a la gesta que hoy recordamos.
Cnel. (R) VGM Francisco Cervo
Malvinas: La Historia del Perro Tom, el artillero
Los héroes anónimos y una
historia que es para ser recordada. Contada por Omar Liborio y Adrian Polo,
ambos heridos en combate luchando.
“En el año 1982 , cuando fuimos movilizados desde nuestra unidad de
origen , el ex Grupo de Artillería 101,
hoy GA 10, yo fui el último en
retirarme de la batería porque era encargado del depósito de vestuario y
equipos, pero como habían llegado a último momento las camperas Douvet que el ejército
había comprado a Israel, no alcanzamos a entregarlas todas en el cuartel y las
íbamos a terminar a de entregarlas en el andén del tren, es por eso que con
manojo de camperas me retiro de la batería y al salir se me cruza un perro de
raza indefinida que los soldados habían criado en la caldera, se me cruzó y me
hizo tropezar, lo eché, luego repitió la operación, y casi me hace caer, fue
ahí entonces que lo levanté en mis brazos y se lo di al soldado Cepeda que era mi auxiliar y me estaban esperando con un
camión Fiat, fuera de la batería,
entonces este me pregunto y esto? casi me hace caer lo llevamos con nosotros a
Malvinas , y me pregunto cómo se llamaba el perro pero como no sabía , le dije
no se!!!, pero desde ahora se llama TOM
y me dice porque TOM , porque vamos
al Teatro de Operaciones Malvinas (TOM).
Bueno nuestra querida mascota recorrió todos los lugares con nosotros,
viajes en tren hasta San Antonio Oeste donde hay punta de riel. Luego en
camiones vía carretera, pero siempre ocultando a TOM de nuestros superiores porque si lo veían yo terminaba preso y
el perro abandonado en cualquier lugar, así que se lo metían entra las
camperas, se lo tapaba con una manta o se lo metía dentro de un bolsón porta
equipo que solo se le permitía sacar la punta de su hocico para respirar porque
si no gritaba. llegamos a Comodoro Rivadavia y desde allí a Comandante Luis
Piedra buena, allí estuvimos unos días, y luego cuando llego la orden que solo
dos piezas (SOFMA) cruzarían a Malvinas, nos dirigimos al aeropuerto de Santa
Cruz, cargamos el Sofma materiales equipos y nuestro TOM, y partimos en un Hércules C130 de la Fuerza Aérea a Comodoro
Rivadavia, en el aeropuerto internacional , ahí empezó la odisea de TOM , había oficiales de alto rango por
todos lados y nosotros con un perro, pero fue mejor la habilidad de nuestros
soldados para esconder a TOM , que
la de los propios generales para descubrirlo, cruzamos a Malvinas y tuvimos que
volver porque estaban bombardeando y otra vez había alerta roja, la tercera vez
aterrizamos y al instante nos sorprendió un intenso bombardeo de las fragatas,
era de noche, nosotros en medio de la nada y nuestro TOM, cagado hasta las patas y nosotros ni hablar. Desde entonces
siempre tiramos y fuimos bombardeado, cuando nos dieron la posición, TOM era un soldado mas movilizado de
grupo de artillería, pero con mas oído que nosotros por su destreza canina,
recuerdo que era de pelaje corto y en las frías noches, temblaba a lo perro
pelado, entonces los soldados le habían hecho un abrigo con pasamontañas tipo
sweaters y con una latita de carnevif, que es similar a la lata de atún un
casco, él se paseaba por la posición y cuando empezaban a tirar los Ingleses
era el primero en escucharlos, y cuando tiraba el SOFMA se sentaba adelante,
como diciendo tomen mierd@.... ahora cuando se ponía la cosa peluda, era el
primero salir para el refugio ladraba se quedaba parado en la entrada y cuando
entraba el ultimo se largaba arriba de cualquiera, además cuando alguien estaba triste parecía
que se daba cuenta e iba a jugar con ese hombre que estaba bajoneado, así pasó
toda la guerra con nosotros, hasta que el día, 12 de junio cuando dos aviones
Sea Harrier, nos atacaron desde atrás arrojando todo el arsenal que traían,
caímos herido cinco soldados, yo y nuestro querido TOM pero él fue herido de muerte, recuerdo sus ojazos negros que me
miraban, tirado en el piso, a nosotros nos evacuaron al hospital a TOM alguien lo tuvo que sacrificar66,
nunca quise saber quién, pero él es el único ser no humano que murió de nuestro
grupo y está ladrando en las tumbas de nuestros héroes. Cuando llegue al
continente en homenaje a él a todos los perros que tuve los bautice TOM, hasta que se me murió el ultimo y
como ya estoy un poco viejo no quiero mas perros porque no quiero sufrir más.
Disculpen lo largo del texto pero esta es la historia de nuestro querido Artillero de cuatro patas, que descansa en Malvinas”.
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