Aunque parezca un anacronismo, tenemos en plena democracia
más de 6000 esclavos de los derechos humanos. Estos esclavos del siglo XXI son los más de 1500 presos políticos y sus
familias, que son usados por los supuestos defensores de los derechos humanos para
lucrar. La tarea forzada que deben cumplir es estar presos ilegalmente, ser
discriminados, sus familias perseguidas, vigiladas, hostigadas. A los esclavos
del siglo XXI se les violan todos los derechos humanos, derechos humanos que
supieron conseguir arriesgando sus vidas para todos los argentinos, y entre
todos estamos todos: Cristina Fernández
de Kirchner, Legrand, Reato, Moyano, Duhalde, Gil Lavedra, Kunkel, Rico, Lorenzetti, Carlotto, Bonafini, Blumberg, Grondona, Rossi, Milani, Bullrich, Verbitsky, Carrió, el papa Francisco, etc. Cuarenta
millones más.
No conformes con violar los derechos humanos de más de 290
asesinados uno a uno en cautiverio, ahora estas bestias se llenan las gargantas
con la sangre por venir de cientos de presos políticos enfermos y ancianos,
prohibiéndoles atender sus dolencias, agravadas por su encierro, hábitat, falta
de sol, ejercicio, comida apropiada y todo lo que un ser humano necesita en la
tercera etapa de su vida, en el Hospital Militar (OSE), obra social que hace más
de 40 años pagan. Pero claro... cuando
la sentencia está dictada de antemano, el destino cercano de estos soldados,
que sobrevivieron a las guerras del pasado, es la muerte. Derrotaron
militarmente al terrorismo montonero y erpiano: los tienen que matar.
Los esclavos del
siglo XXI deben morir y de la peor manera, eso sí, lo antes posible.
Aclaremos que la edad promedio de los presos políticos es de 65 años, tenían
23/30 años en los 70. Al igual que Milani
fueron ascendiendo sin problemas, el Congreso nunca rechazó ni cuestionó sus
legajos... siguieron custodiando la patria para que todos vivamos en una nación
en paz. Ya la perdimos, debemos
recuperarla.
Este genocidio no quedará impune, y la gran hazaña de este
modelo seudo-defensor de los derechos humanos lamentablemente pasará a ser la
gran hazaña de "la pérdida de los derechos humanos" y la concreción
del odio y la venganza.
"Resistiré,
erguido frente a todo/me envolveré de hierro para endurecer la piel/y aunque
los vientos de la vida soplen fuerte/soy como el junco que se dobla pero
siempre sigue en pie" [1]
María del Valle
Barreiro
DNI 25. 682 .520
NOTA: Las
imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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