Se conoce como Revolución de Mayo a la serie de eventos revolucionarios que
sucedieron en mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, por aquel entonces
capital del Virreinato del Río de la Plata, una dependencia colonial de España.
Como consecuencia de la revolución fue depuesto el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y reemplazado por la Primera Junta de Gobierno.
La Revolución de Mayo inició el proceso de surgimiento del Estado Argentino sin proclamación de la
independencia formal, ya que la Primera
Junta no reconocía la autoridad del Consejo
de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente en nombre
del rey de España Fernando VII,
quien había sido depuesto por las Abdicaciones
de Bayona y su lugar ocupado por el francés José Bonaparte. Aún así, los historiadores consideran a dicha
manifestación de lealtad (conocida como la
máscara de Fernando VII) una maniobra política que ocultaba las auténticas
intenciones independentistas de los revolucionarios. La declaración de independencia de la Argentina tuvo lugar durante el
Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816.
Los acontecimientos de la Revolución de Mayo se centraron en una
semana conocida como la Semana de Mayo,
transcurrida entre el 18 de mayo, cuando se confirmó de manera oficial la caída
de la Junta de Sevilla, hasta el 25 de mayo, fecha de asunción de
la Primera Junta.
Principios de la Revolución de Mayo
Fueron varios los antecedentes y
causas que influyeron, directa o indirectamente, en los acontecimientos de mayo
de 1810 en el Río de la Plata.
En un primer lugar y desde la
doctrina escolástica española de los siglos XVI y XVII se comienza a cuestionar
la autoridad divina del monarca soberano. Comienza a ponerse en duda quien era
el depositario del poder otorgado por Dios; en un primer momento era el monarca
quien recibía de Dios ese poder y en consecuencia lo ejercía; con el tiempo, y
en un segundo lugar se elaboraron teorías en las que se llega a la conclusión
que esa soberanía no era otorgada directamente al rey sino que el depositario
de la misma era el pueblo; quien luego la delegaba al monarca. Convirtiendo al
poder en una institución puramente humana, vinculando (los escolásticos) a la
autoridad política con la creación divina y con la naturaleza social del
hombre, subordinándola al derecho y a normas superiores de vigencia necesaria.
Junto con la escolástica española de los siglos XVI y XVII van surgiendo, en
otros países, teorías que desvinculan al poder político de la creación divina;
otorgándole así un carácter absoluto. Surge así el término de soberanía;
diferenciando la soberanía como poder supremo del Estado y el poder sometido a
las normas y a la conformidad del pueblo.
Todas éstas teorías fueron llegando
a nuestras costas a través de la educación que las familias, enriquecidas con
el contrabando, pudieron dar a sus hijos en universidades españolas o
americanas. Nombramos al contrabando como factor importante en cuanto, la
situación de las Indias, como dominio exclusivo del Rey de España; tenía un
sistema de comercialización que no convenía a Buenos Aires; en un primer lugar
sólo podía comerciarse con la madre patria; en un segundo lugar las mercaderías
no llegaban directamente al puerto local sino que procedían desde el Alto Perú;
lo que traía aparejado un incremento en los precios de las mercaderías; por lo
tanto se comenzó a comerciar irregularmente con los portugueses (aprovechando
las fronteras comunes) y con los ingleses que siempre tuvieron interés en éstas
tierras.
Todo ello sumado al cambio que quiso
establecer José Gabriel Condorkanki; más conocido como Tupac Amarú; en cuanto
implicaba no sólo un cambio político; sino una modificación en el esquema
social vigente en las colonias españolas en América.
El cambio radical producido por los
franceses en 1789 en cuanto a su forma de gobierno, con los lemas de libertad,
igualdad y fraternidad; destronando al rey y afirmando que todos los hombres
nacen libres e iguales en derecho y pregonando que la soberanía reside en la
nación y no en el monarca. La independencia de Estados Unidos; influyó en
cuanto defendía los derechos de propiedad y libertad; proclamando un sistema
republicano, con división de poderes; todo ello plasmado en una constitución de
carácter liberal que terminó de conformar a Norteamérica como un estado
independiente del imperio británico.
Por otro lado, y en forma más
directa, las invasiones inglesas sirvieron de antecedente en cuanto el
virreinato del Río de la Plata, se vio obligado a defenderse sólo ante el
invasor ingles; formando unas escasas milicias con el apoyo de la banda
oriental. surgiendo así importantes figuras locales en los enfrentamientos que
organizaron el gobierno y las milicias locales.
Aún más directamente y como
corolario de todo lo arriba expuesto, se suman la ineptitud del monarca de
Carlos IV y su hijo Fernando VII, ante el emperador Napoleón Bonaparte; lo que
terminó en la ocupación francesa del trono español. De esos acontecimientos,
conocidos en la historia como las guerras napoleónicas, surgió el dilema de la
representación del virrey en el Río de la Plata, en cuanto acá no se reconoció
el poder de la Junta de Cádiz formada en nombre del rey; porque éste no había
delegado en ella poder alguno. Lo que trajo como ultima consecuencia el cabildo
abierto del 22 de mayo de 1810, en el cual se discutieron las medidas a tomar
al respecto del gobierno local, sumado al anhelo de in dependencia se destituyó
al virrey (ya falto de poder) y se creó un gobierno en el que se le dio lugar a
la representación popular a falta de un gobierno legítimo.
¡FELIZ DÍA DE LA PATRIA!
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