miércoles, 19 de noviembre de 2014

CONMEMORACIÓN Y HOMENAJE CON MOTIVO DEL 40° ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL CORONEL IBARZABAL


Las Víctimas de las organizaciones terroristas en Argentina en la década de 1970 son hombres, mujeres y niños -en su mayoría efectivos militares y policiales- que fueron asesinadas, muertas en enfrentamientos armados, atentados y en cautiverio, secuestradas o heridas por los terroristas, que pretendían tomar el poder del estado por medio de la peor violencia… la lucha fraticida.

Hoy rendimos un sentido y sincero homenaje al señor Coronel (P-M) Jorge Roberto Ibarzábal, quién se desempeñaba como jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, con asiento en la guarnición militar en la ciudad de Azul, tras un ataque perpretado el 19 de enero de 1974, por la organización terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fue secuestrado y mantenido cautivo durante 10 meses de martirio en las llamadas “cárceles de pueblo”.

El ataque a la guarnición militar de Azul, fue uno de los más salvajes ataques del terrorismo, esa noche de enero los terroristas asesinaron al señor Coronel Camilo Arturo Gay -jefe del Regimiento-, a su señora esposa y al conscripto Daniel González que cumplía con el servicio militar obligatorio. Fue también un estruendoso fracaso, ya que no lograron su objetivo de capturar armas y explosivos necesarios para continuar con su violencia. Después de sus crímenes se llevaron secuestrado al señor Tte. Cnel. Ibarzabal, para tratar de negociar su libertad.

Tras 10 meses de martirio en las llamadas “cárceles del pueblo”, el 19 de noviembre de 1974 a la tarde, en San Francisco Solano, localidad de Quilmes (Buenos Aires), una patrulla de control de ruta de la policía provincial advirtió el paso de tres vehículos sospechosos, uno de ellos era una camioneta que llevaba en el techo un armario metálico en el cual iba encerrado Ibarzábal. Al advertirlo, los efectivos policiales iniciaron la persecución de los vehículos, iniciándose un tiroteo que terminó con la detención de la camioneta, y quien se encontraba a cargo de la misma extrajo un arma corta y efectuó un disparo al interior del armario metálico que impactó en pleno rostro a Ibarzábal ocasionándole una muerte instantánea. El terrorista arrojó el arma al suelo y se entregó con los brazos en alto, sin resistencia.

Cuando los policías lo detuvieron, comprobaron quién se encontraba en el armario. El estado físico de Ibarzábal era deplorable, como consecuencia del prolongado encierro, en los que se lo hacía rotar en forma periódica para evitar que las fuerzas del orden pudieran localizarlo. Al día siguiente, en un parte de guerra, el ERP justificó el asesinato.

Para Perón, que había asumido la Presidencia apenas tres meses antes, el ataque a la guarnición militar de Azul fue un desafío a su gobierno, como un ataque a las Fuerzas Armadas y como una afrenta personal. Cargó las culpas sobre el entonces gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain -vinculado a Montoneros- y lo obligó a renunciar.

Luego, en dos mensajes, uno al pueblo y otro a los militares de Azul, Perón habló de "aniquilar" y "exterminar uno a uno" a los guerrilleros a quienes calificó de psicópatas. Por primera vez un presidente constitucional usaba esos términos para definir el combate contra al flagelo terrorista.

Señor Coronel Ibarzabal… ¡PRESENTE!

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

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