Al igual que en nuestro
país, en la isla prisión Cuba, la izquierda revolucionaria descubrió las
bondades del “sistema capitalista” el que recitan incansablemente que hay que combatir. En Argentina algunas
organizaciones de DDHH, tales como la Fundaciones
Madres de la Plaza de Mayo y Abuelas de la Plaza de Mayo, han conocido las “mieles” del dinero de todos los
argentinos… entregados por el poder de turno en conceptos de indemnizaciones,
subsidios, sueldos de funcionarios y hasta negocios corruptos como los
cometidos en el proyecto “Sueños Compartidos”.
En Cuba sobrevive la
dictadura más longeva del mundo, Fidel
Castro cuyos “negocios” revolucionarios
lo han llevado a ser considerado entre los hombres más ricos del mundo[1].
Para Castro el ícono de Che Guevara, especialmente la imagen o
foto de Korda, ha sido siempre una importante fuente de ingresos… ahora tiene
una disputa con los herederos del famoso asesino serial. Este conflicto
económico está muy bien explicado por el autor del artículo que les dejamos a
continuación.
El dinero “robado” a los pueblos cubano y
argentino no es para hacer una revolución… es para satisfacer las ambiciones de
los dirigentes políticos –que en nombre de la revolución– se enriquecen a
través de la corrupción.
Sinceramente,
Pacificación
Nacional Definitiva
por
una Década en Paz y para Siempre
LOS HEREDEROS DEL CHE
Los familiares
cubanos del Che Guevara, su viuda y su hija Aleida, pasan el tiempo enredados
en litigios por los beneficios económicos que les provee el fantasma del
guerrillero
Jueves, noviembre 20,
2014
Por Ernesto Pérez
Chang[2]
LA
HABANA, Cuba- Hace un par de meses, la empresa farmacéutica cubana Labiofam
desató una escandalosa polémica con el anuncio de dos fragancias con los
nombres Ernesto (Che Guevara) y Hugo (Chávez).
Algunos medios de
prensa alertaron que tras la censura del proyecto podían esconderse los
intereses comerciales de las familias del guerrillero argentino y del fallecido
presidente venezolano.
La “nota oficial”, publicada por el
gobierno cubano, hacía pensar que la prohibición era un asunto exclusivamente
ideológico. Pero la teoría de una
disputa por los derechos de comercialización de un producto dedicado al Che
Guevara se torna posible.
En primer lugar: la imagen del Che está en cientos de
productos artesanales que se venden a los turistas, lo cual hace pensar que
el gobierno cubano no quiera quedarse fuera del lucrativo negocio.
José Antonio Fraga Castro |
Segundo: llama la
atención que el director de Labiofam sea
José Antonio Fraga Castro, sobrino
de Fidel Castro. Cualquier otro dirigente no consanguíneo con el dictador
hubiera sido removido inmediatamente del cargo.
Y tercero: ya se ha hecho habitual que los familiares
cubanos del Che Guevara (aquellos reconocidos oficialmente), tanto su viuda
como su hija Aleida, pasen el tiempo enredados en litigios y disputas por los
beneficios económicos que les provee el fantasma del guerrillero.
Viuda
administradora
Aleida March |
Apartada de la vida
pública durante años, después de confesar su convivencia con un antiguo miembro
de la escolta de su difunto esposo, Aleida
March nunca ha sido vista con muy buenos ojos por los principales
dirigentes cubanos, mucho menos cuando
decidió administrar personalmente los derechos de autor del Che y beneficiarse
de ellos sin dar cuenta a nadie, ni siquiera a Fidel Castro, solo haciendo
valer sus “beneficios de viudez”.
A principios de los
años 90, en medio del desastre económico de la Isla, las formidables ganancias
por la venta de escritos e imágenes de su esposo a editoriales europeas,
estimularon la faceta de empresaria de
Aleida March, que en un estilo bien “capitalista”,
tomó la decisión de crear una especie de
Fundación, disimulada bajo el nombre de “Centro
de Estudios Che Guevara”.
El carácter personal
de la decisión de Aleida no entusiasmó a Fidel Castro, que, fuera de las
ganancias del negocio, jamás permitió una inauguración oficial del “Centro de Estudios” y lo ha mantenido
al margen de las instituciones académicas. La “corporación” familiar, aunque tolerada, no es tomada en cuenta en
las actividades oficiales relacionadas con el Che. En fin, el Centro no existe de manera oficial, aunque sí legal.
Tal vez, para evitar
un escándalo por declaraciones adversas de la viuda de tan famoso personaje, Fidel Castro permitió que se construyera el
fastuoso edificio (a fin de cuentas el capital no saldría de su bolsillo
verdeolivo) y se le autorizara una existencia en plano secundario, controlada
por el gobierno (como todo lo que existe en la Isla) pero con libertades a la
hora de comercializar aquella sustancia volátil, intangible, llamada “Che”,
y que más por conveniencia que por derecho correspondía a los herederos
directos.
Tengamos en cuenta
que una mujer enfurecida frente a los medios de prensa extranjeros (primero,
por los años de silencio y, segundo, por no haber sido consultada sobre los
detalles arquitectónicos del mausoleo al Che, en Santa Clara, ni sobre el
destino final de los restos de su esposo), no convenía a nadie.
La
familia excluida
Ignorando aquella
famosa carta de 1965 donde el Che renuncia a sus cargos en el gobierno cubano,
y al mismo tiempo, declara que no lega nada a su mujer y sus hijos, los
herederos cubanos no han titubeado a la hora de convertir al “paradigma del
hombre nuevo” en la gallina de los huevos de oro.
Familia Guevara March |
A tono con los
tiempos, el modelo de “revolucionario” que
promovían los discursos oficiales terminó
por transformarse en un lucrativo negocio que ha llevado a la familia
Guevara March a enfrentamientos con la extrema izquierda que se niega a aceptar
que el “legado ideológico” de aquel
que han erigido en su símbolo, sea comercializado por editoriales que se
anuncian como “alternativas” y hasta
voceras de las “izquierdas” más
violentas.
Aleida Guevara March |
Hace solo unos años
fue de gran resonancia ―y continúa siéndolo― la querella que Aleida Guevara March mantuviera con miembros del grupo
político latinoamericano Revolución o Muerte, quienes, de manera gratuita,
pusieron a disposición del público, en su sitio digital, el texto íntegro de
Apuntes críticos a la economía política.
En aquella ocasión,
esgrimiendo un discurso bien agresivo con amenazas de fuertes demandas
internacionales, la hija del Che reclamó
la exclusividad de los derechos de comercialización y hasta hizo una apología
de la editorial Ocean Sur, a quienes han “rentado” por un tiempo una buena parte de la papelería e
iconografía del Che.
Es con el emporio
editorial Ocean Sur ―que busca mano de
obra barata en Cuba y comercializa una buena parte de su producción en los
Estados Unidos― con quien la familia del Che ha establecido nexos muy
beneficiosos.
El lujo del Centro
Che Guevara (en la exclusiva barriada de Nuevo Vedado, justo frente a una de
las casas de la familia Guevara March), permite sospechar el monto de las ganancias de una empresa próspera cuya mercancía está
compuesta por una terrible sombra.
Las
giras de Aleida Guevara March
Las constantes giras
mundiales que realiza Aleida Guevara March para la presentación de los libros
de su padre son equiparables a los programas de actuación de una diva de la
escena.
Detrás de todas estas
apariciones públicas y discursos “revolucionarios”,
están los intereses financieros de Ocean
Sur, que ha establecido un convenio con el eufemísticamente nombrado “Proyecto Editorial Che Guevara”
perteneciente a la “Fundación”
presidida por la viuda del guerrillero, y que, como afirman algunos, es un verdadero “monopolio”.
Cuando estalló el
escándalo por el anuncio de la “revolucionaria” línea de perfumería de
Labiofam, los que conocen la avidez económica de los Guevara y los Castro,
estaban claros de cuánto de tufo
financiero se escondía detrás de los sucesos.
El hecho de que no le
hayan cortado la cabeza a José Antonio
Fraga Castro, por lo que pudo parecer una torpeza ideológica, habla mucho
de la naturaleza “familiar” de los intereses monopólicos de nuestro socialismo
insular.
A fin de cuentas,
todo fue un asunto entre familias. Negocios
son negocios.
Fotos Ernesto Pérez
Chang
NOTA:
Algunas imágenes y los destacados con corresponden a la nota original.
[1] http://www.contactomagazine.com/articulos/capitaldefidelcastro0708.htm
y http://www.contactomagazine.com/articulos/fortunadecastro1207.htm
[2] ACERCA DEL AUTOR
Ernesto Pérez Chang (El Cerro, La Habana, 15 de junio de 1971). Escritor.
Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana. Cursó estudios de
Lengua y Cultura Gallegas en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha
publicado las novelas: Tus ojos frente a la nada están (2006) y Alicia bajo su
propia sombra (2012). A finales de este año 2014, la editorial Silueta, de
Miami, publicará su más reciente novela: Comida. Es autor, además, de los
libros de relatos: Últimas fotos de mamá desnuda (2000); Los fantasmas de Sade
(2002); Historias de seda (2003); Variaciones para ágrafos (2007), El arte de
morir a solas (2011) y Cien cuentos letales (2014). Su obra narrativa ha sido
reconocida con los premios: David de Cuento, de la Unión de Escritores y
Artistas de Cuba (UNEAC), en 1999; Premio de Cuento de La Gaceta de Cuba, en
dos ocasiones, 1998 y 2008; Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, en
su primera convocatoria en 2002; Premio Nacional de la Crítica, en 2007; Premio
Alejo Carpentier de Cuento 2011, entre otros. Ha trabajado como editor para
numerosas instituciones culturales cubanas como la Casa de las Américas
(1997-2008), Editorial Arte y Literatura, el Centro de Investigaciones y
Desarrollo de la Música Cubana. Fue Jefe de Redacción de la revista Unión
(2008-2011).
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