El 5 de agosto asistí al
encuentro que por iniciativa de la Iglesia impulsa la reconciliación para que
el país supere heridas provocadas por los enfrentamientos de los años 70. El
evento organizado por la Cátedra Pontificia de la Universidad Católica Argentina
permitió que monseñor Jorge Casaretto;
la senadora Norma Morandini, quien sufrió la desaparición de dos hermanos, y el
doctor Arturo Larrabure, hijo del coronel Argentino del Valle Larrabure,
ultimado por el ERP en 1975, tuvieran un diálogo franco y abierto. Cuando
finalizó, como esposa de un preso político me embargó una profunda emoción. Me
hago eco de las palabras de monseñor Casaretto en el cierre del encuentro: "Con el deseo en el corazón de la
sociedad, tengo una visión esperanzadora del futuro", que seguramente
incluirá el encuentro y la reconciliación entre los argentinos, terminando con
las divisiones, las visiones sesgadas, los actos de venganza e injusticia sobre
los actuales 2050 presos políticos.
Mis felicitaciones a los organizadores y deseo fervientemente que este
tipo de eventos se repitan en todo el país.
María Inés Lamolla
DNI 6.718.699
Señor Director:
Compartiendo conceptos de la
carta de la lectora María Inés Lamolla, felicito a LA NACIÓN por hacernos
conocer sobre la actividad de la Legisladora Norma Morandini a favor de la
Reconciliación Nacional, en la jornada vivida en la UCA con participación de
familiares de guerrilleros y militares muertos en las acciones de la guerra
revolucionaria de los 70. Esta actitud de grandeza y de amor a la Patria de la
Señora Morandini y de los participantes, alienta nuestra esperanza de nuevos aires para nuestra querida
Argentina; que vuelva a ser un país de hermanos, sin narcotraficantes
florecientes, sin extraños suicidios,
sin humildes clientelizados, con la buena educación pública y cultura del
trabajo que posibilitó una inédita -en el mundo- movilidad social: hijos y
nietos de humildes jornaleros llegaron a ser famosos profesionales y profesores
universitarios, dirigentes políticos, y dueños de empresas.
Era la Argentina en la que la
escuela pública educaba y la "colimba"
juntaba a jóvenes de distintas procedencias geográficas y sociales, y en la
que la palabra Patria tenía para todos un clarísimo sentido.
Claro está que la historia
demandará los cambios propios de cada época. Pero no el rumbo que con tanto
acierto logró en algún momento hacernos una gran nación.
Santiago Floresa
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