Ante todo, nuestros saludos por
mantener una labor encomiable y patriótica, y una digna posición como militares
profesionales y que se resisten a entregar nuestro País al comunismo de Cuba y
del Foro de Sao Paulo. Gracias a sus convicciones al régimen se la ha hecho cuesta arriba la destrucción de
nuestra Institución la Fuerza Armada Nacional.
En nuestras palabras está
incluido el análisis que llevamos a cabo, en la ocasión que los altos Oficiales
le retiraron su apoyo a Hugo Chávez durante sucesos de abril de 2002; por
cierto hacerlo ya que ningún factor del País se tomó la iniciativa del análisis
conveniente y aclaratorio.
Lo importante de este documento
es que además de su vigencia en estos doce para treces años, en sus “principios”, están presente conceptos
inherentes a la moral y ética de los ciudadanos profesionales de las armas,
como lo ordena nuestra Constitución Nacional y que de por sí mismos tienen el
peso suficiente, y están enmarcados en el “justo
sentido” de la actuación militar de un servidor de la nación, aun cuando estos
“NO” estuvieran refrendados por los
artículos 328 y 330 de la Constitución.
Pero… también tiene vigencia por
el análisis histórico de los diferentes pasos que conforman las verdaderas “Revoluciones”. Podríamos decir que los
objetivos de este proceso, mal llamado “revolucionario”,
se va cumpliendo con muchas dificultades, por diferentes razones, donde la
cobardía de muchos le ha permitido al régimen,
mantener una esperanza de lograr establecer incluso en contra de la
voluntad popular, este régimen castro-comunista
del Foro de Sao Paulo.
Nosotros entendemos que hay
razones suficientes para enfrentar esta barbaridad del castro comunismo, que
hasta ahora, se presenta como los dueños
de Venezuela, por la cobardía, corrupción y traición a la Patria en la que han
incurrido los llamados a luchar por el Poder, en una nación libre y
democrática.
Especial alerta nos debe
significar que por la carencia absoluta, al día de hoy, de la independencia de
los Poderes -Judicial y Legislativo- que en una sociedad democrática
equilibrarían y por consiguiente frenarían las apetencias, fines y objetivos
del Poder Ejecutivo, que ha permitido que tengamos un presidente que hasta
ahora no ha presentado como lo ordena la Constitución y la Ley de Procesos
Electorales, su Partida de Nacimiento y más grave aún, nunca han presentado el
Acta de Defunción del presidente electo en el 2012, el cual nunca ofreció su
juramento como Presidente. Todo esto, por cuanto, los que por su condición les
corresponde, no lo han hecho, pecando de pusilánimes.
Ante la gravedad de la inmensa
crisis de nuestra Nación es un CLAMOR COLECTIVO; el que la Sociedad tenga
conciencia de lo que está por venir y sepa, que sólo con la firme resolución de
su Fuerza Armada a cerrar filas con la República y la Libertad, actuando con la
fuerza de la Constitución y apoyados en un sentido de hermandad nacional, con
verdaderos valores éticos y morales y la vivencia de un verdadero patriotismo,
será salvada VENEZUELA. Para ello,
contamos con Ustedes.
A todos Ustedes Oficiales dignos
de la Fuerza Armada, a quienes van dirigidas estas reflexiones, permítannos
echar buena mano de la claridad del idioma y de las apropiadas lecturas del
sentido común y… del dolor y rabia que
nos producen ciertos acontecimientos que se desarrollaron y se desarrollan en
nuestra Venezuela.
Por cierto, acontecimientos
estos, que fueron dejados pasar sin la defensa y críticas a que debieron haber
sido enfrentados por los demócratas venezolanos, sencillamente fueron temerosos
y no asumieron sus responsabilidades. Por eso debemos recordar, ya que los
tiempos y las circunstancias permanecen casi intactos.
¿De qué hablamos: Rebelión,
Desobediencia, indisciplina… Cívica o Militar?
Se establece una
diferenciación al analizar estos
términos, porque en principio un REBELDE es un desobediente en forma
persistente y contumaz, es decir obstinado en su desobediencia.
De no ser así, si es un acto
ocasional, esporádico, un civil cometerá un acto de desobediencia, como puede
ser la de un hijo ante una orden de su padre; el militar, en la misma
circunstancia habrá cometido un acto de indisciplina. En ambos casos se ha
producido una falta que debe ser reprimida, mientras que la Rebeldía, que pasa
a ser un delito, debe ser castigada. Estas consideraciones fueron obviadas en
su momentos y dejada su manejo únicamente en manos de los personeros del
régimen.
Así pues, respecto a los
Generales y Almirantes en los eventos de abril de 2002… su actitud ¿a qué da
lugar? ¿Rebelión? ¿Indisciplina? Las Fuerzas Armadas desde el inicio de los
regímenes democráticos y siguiendo pautas de los países con gobiernos similares
de mayor tradición, ha sido una institución apolítica, obediente y no
deliberante, sin ejercer el sufragio. En la actualidad, los militares en su
condición de actividad pueden ejercer ese derecho, tal como lo hacen en una
gran mayoría de los países, incluidos buena parte de los iberoamericanos, en
donde se es consciente de que el militar, antes que militar, es ciudadano y por
lo tanto está en la capacidad de poder usar “políticamente”
el arma del voto.
Pero, además, este régimen se ha
llenado la boca proclamando que cualquier militar puede omitir opiniones sin,
prácticamente, restricción alguna. Bueno ahora sabemos que es sólo si es para
ensalzar al régimen castro comunista, de lo contrario, se le aplica todo el
peso de la Ley.
En esa oportunidad, eso fue lo
que hicieron los Almirantes y Generales: hacer un PRONUNCIAMIENTO, explicando
razones públicamente… cayendo, en todo caso, en “indisciplina política”… De ser indisciplina militar, tal falta
ameritaría sanción, pero nunca ser castigados por la justicia como rebeldes,
porque la rebelión militar sólo puede entenderse cuando el ciudadano militar
usa las armas que la Patria le otorgó en custodia, para llevar adelante su
rebeldía.
Obviando la absurda tesis de la
rebelión militar, en la que el régimen y otros factores políticos de la
oposición, han querido establecer similitud a la bien definida rebelión militar
del 04 de febrero de 1992, veamos si se produjo indisciplina militarmente
hablando.
Si bien es cierto que la
obediencia es el primer elemento de la disciplina y que ésta, comprende además
de la subordinación, la rigurosa y estricta sujeción a las Ordenanzas y
Reglamentos, y otras referentes a estilo y formas, también es el respeto y
consideración de los subalternos hacia los superiores y la deferencia y
atención que a su vez deben los superiores a sus subalternos.
Disciplina es sumisión a las
reglas y a la voluntad del Jefe legal, pero es efecto de las costumbres y de la
educación Moral del militar, resultado de la acción de una Mando Justo; en fin,
la disciplina es un enlace entre el
Derecho y el Deber, y lleva en sí el concepto de fidelidad que obliga a cumplir
aquello que se promete, con rectitud de intención y sinceridad justamente lo que no se hizo en el derrotado
golpe de 1992, pues se insurgió con la fuerza de las armas contra un Poder
establecido legalmente.
Se vincula el hecho de ser fiel
con algo valioso que “se quiere” y en
lo que “se cree” y esta vinculación,
en el mundo militar, se refrenda con el juramento ante la Bandera como
representación de la Patria, prometiendo defenderla a ella y a sus
instituciones, pero en ningún caso, a
una persona o ideología política.
Pensamos que cuando nuestros
colegas se “pronunciaron”, tampoco
incurrieron en indisciplina militar, porque el vínculo de sumisión a su jefe
legal, a su Comandante en jefe se había roto, pues bien si la función
primordial del militar es la salvaguarda de la Patria ante enemigos externos,
también es el sostén del “bien común”,
de la masa ciudadana de los “compatriotas”,
siempre bajo el supuesto de que la autoridad política actúa bajo los principios
de la justicia y el respeto a la dignidad de la persona.
Recordemos, en aquellas
circunstancias, las órdenes y las acciones del Presidente, Comandante en Jefe
fueron contrarias a ese “supuesto” y
en esos Almirantes y Generales
prevaleció la Moral, que no concierne al orden jurídico sino a lo que les
dictaba su propia conciencia, su honor y su juramento a la Patria.
Y ahora. Los acontecimientos se
suceden en rápida transformación, ya que se le ha dicho al País Nacional, que
estamos en pleno “proceso revolucionario”,
en un cambio que todo el país lo deseaba, aunque cada una de las dos partes que
lo conforman, buscan ese camino por diferentes motivos.
Algunos piensan que una
revolución se inicia con gentes desnudas y hambrientas y ciertas personas que
renuncian a una vida más acomodaticia, arriesgándolo todo. Otros consideran que
las Revoluciones no las hacen los hambrientos y acobardados por la vida, sino
aquellos que tienen lo bastante, para exigir más.
Nosotros diríamos que en ambas
acepciones hay medias verdades y medias mentiras. Las Revoluciones que en el
mundo han sido, buscan un cambio en las estructuras políticas, sociales y
económicas de un País. Las gentes pobres y desamparadas no tienen poder de
reacción suficiente para dar el primer paso, y son un grupo de personas más o
menos posesionadas por un ideal filosófico, las que impulsan a las masas a
conseguirlo.
Ninguna de las Revoluciones de
importancia en la Historia, nacidas de las ideas, es rechazable por sí misma;
es claro que las más puras, las que han dejado huella ejemplarizante en el
mundo, como la cristiana y la hindú no necesitaron apelar a la violencia.
Otras, -aun las que consiguieron logros importantes al introducir en la
sociedad nuevos y más justos valores morales o las independencias de pueblos
que rompieron su servidumbre- lo
lograron a través de caminos violentos.
A nosotros se nos engañó, a los
venezolanos, se nos propuso un cambio profundo, una “revolución”, que usando los mismos mecanismos perfectibles de la
democracia, plantaría la nueva semilla de un país mejor. Resultó una burla y el
sometimiento a los designios del Foro de Sao Paulo, en control remoto desde los
castros de Cuba, más bien, profundizando la corrupción que existía en Venezuela
y sin poder entenderlo vemos como factores políticos de la oposición se
plegaron y han estado cohonestando la tragedia que viven los venezolanos.
Este régimen, usando como llave
la gran expresión de la inteligencia humana: la palabra, nos ilusionaron con
conceptos de magnanimidad, justicia, dignidad, equidad y …moralidad pública. Se
reconoció el error de haber transitado un camino de violencia que sólo obtuvo
el fracaso, y se manipulan lo “bolivariano”
y los signos cristianos como directrices del arte del buen gobierno.
Pero…que gran mentira, ahora
buscan en la canalla y la maldad la imposición de una ideología rechazada por
la gran mayoría de los venezolanos, ideología ésta, irreal, utópica y caduca.
Usando los mecanismos que le sirvieron a las Revoluciones extremistas, tanto de
izquierda como de derecha, sólo que en ellas se iniciaron fomentando la
anarquía desde la base y en nuestro triste caso, se incita al desorden y
anarquía desde el Poder.
¿Cómo se desarrolla hasta ahora el “proceso”? Masas populares encendidas
por el odio social. Se trata sin éxito aun, disponer unas Milicias armadas para
hacer frente a las Fuerzas del Orden y Penetración política en las Fuerzas
Armadas.
No obstante, en el transcurso de
estas acciones… la “Revolución” ha
comenzado a “devorar” a sus hijos, normalmente
a los más idealistas -profunda escisión social- Destrucción de las
Instituciones. Aplastamiento de la Grande y Mediana Industria. Panorama este,
nada alentador.
Fases siguientes:
Opción A, si la parte contraria de la sociedad incluida una
fracción de las FF.AA., reacciona violentamente… Nos podría llevar a una Guerra
Civil.
Opción B, si la parte contraria de la sociedad, incluida una
fracción de las FF.AA., reacciona usando las vías legales y democráticas…
derrota de la “Revolución”.
Opción C, si la parte contraria de la sociedad no se une en una
misma línea de acción y las FF.AA., denigran de sus valores… Podría ser una victoria
de la “Revolución”. Sería el Reinado
del “verdadero Absolutismo” Me
pregunto y le pregunto a toda nuestra Unión ¿Vamos a permitir esta aberración?
¿Vamos a permitir, la
implantación de un “Orden Revolucionario”
que de inmediato actuaría drásticamente contra cualquier conato populista o
clasista que se salga del cauce por ellos marcados?
¿Vamos a permitir la desaparición
y restructuración de unas nuevas FF.AA., pretorianas, basada en unas Milicias o
cualquier grupo paramilitar, dotándolas de un estilo y disciplina mucho más
ordenancista, la instauración de un nuevo “orden
cerrado”?
¿Vamos a permitir la apología del
Líder y promesa de fidelidad a Él y a la Revolución?
Al final de estas reflexiones, y
ante el panorama que se presenta, ningún ciudadano digno y mucho menos un
General y Almirante con dignidad, debe permanecer indiferente, o en silencio
frente a esta real amenaza del mal gobierno, porque simple y llanamente se
encuentra comprometida la Patria y su Soberanía.
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