"Tu
angustia comprendió que era imposible,
luchar contra la gente es infernal".
Enrique Santos Discépolo
luchar contra la gente es infernal".
Enrique Santos Discépolo
A raíz de la
escandalosa y pornográfica exhibición de la corrupción kirchnerista -y eso que
sólo se ha visto la punta de un monstruoso iceberg- ya nadie duda que Cristina
Elizabet Fernández terminará presa; hasta sus mejores espadas lo han reconocido
públicamente. La duda, entonces, se debería centrar sólo en cuándo sucederá, y
qué miembros de su familia la acompañarán.
Sin embargo, al
socaire de una feria judicial bastante movida y que todavía se extenderá una
semana, se ha abierto una discusión política, absurda desde donde se la mire:
¿debe ser detenida o no? Hasta el propio Presidente se ha visto obligado a
manifestarse al respecto pese a que, como todos sabemos, la libertad de la ex
mandataria no depende de él; la razón por la cual fue preguntado obedece al
obvio interés de Cambiemos en tenerla como sparring en las elecciones
legislativas del año próximo, en especial si pudiera presentarse como candidata
a Senadora por la Provincia de Buenos Aires, dado el manifiesto deterioro que
ha sufrido su imagen.
Parafraseando a Perón
cuando sostuvo que las masas avanzarían con los dirigentes a la cabeza o con la
cabeza de los dirigentes, hoy podríamos decir que la sociedad avanzará en su
lucha contra la inédita corrupción que encarnó el kirchnerismo con los jueces a
la cabeza o con la cabeza de los jueces. Éstos lo saben, y por eso han
acelerado tanto los trámites de las causas y han dado tanta repercusión
mediática a los avances de las investigaciones; son conscientes que, en esa
actitud, les va el cargo y, eventualmente, hasta la libertad.
Los magistrados de
Comodoro Py deben apurarse a atravesar su propio Jordán para intentar
purificarse de tantos años en los que su inactividad y sus sentencias írritas
los convirtió en cómplices necesarios del latrocinio, cuando no en
beneficiarios directos del mismo, como son los casos del camarista Eduardo
Freiler y del ex Juez Oyarbide, entre varios otros, a quien conspicuos miembros
de esa nefasta organización inventada para colonizar el Poder Judicial, "Justicia Legítima", les
permitió zafar de las denuncias por el ilícito e inexplicable enriquecimiento
del que disfrutan.
En ese río que espera
a los jueces federales sin ofrecerles puente alguno, además de Cristina y sus
hijos, Lázaro Báez y los suyos, los Ezkenazi (YPF), Gustavo Ferreyra
(Electroingeniería) y Cristóbal López, también nadan Boudou (Vicepresidente),
Scioli (Gobernador de la Provincia de Buenos Aires), De Vido (Planificación),
Echegaray (AFIP), Anímal Fernández, Capitanich y Abal Medina (jefes de
Gabinete), Di Cesare (PAMI), Uberti (OCCOVI), Milani (Ejército), Parrilli
(SIDE), Clarens y Liuzzi (financistas), Schiavi y Jaime (Transportes), Vázquez
(asesor de Jaime), Recalde (Aerolíneas), Michelli (Economía), Picolotti (Medio
Ambiente), Daura (Casa de la Moneda), Barreiro (jardinero), Mazure (INCAA),
Guillermo Moreno (Comercio), José López (Obras Públicas), Baratta (Coordinación
de Planificación), Ulloa (Nación Fideicomisos), Cameron (Energía), Fatala
(Obras Públicas), Espinosa y Argañaraz (ENARSA), Olazagasti (Planificación),
Santiago Rodríguez y Grané (Fabricaciones Militares), Ricardo Barreiro
(jardinero), los Zacharias (tareas varias), Alarcón, Farías Brito, Patrignani,
Aguirres, Cabral, Fabián Gutiérrez, Daniel Alvarez, Bounine y Pablo Barreiro
(secretarios privados presidenciales), Nélida Caballero (cocinera) (siguen las
firmas) y muchos repentinos desmemoriados
de hoy, más los prestanombres de todos.
Porque, cuando dije
que sólo se había visto la punta del iceberg, me refería a que todas las
estancias patagónicas, las casas y departamentos en el país y en los Estados
Unidos, los autos y aviones, y las montañas de dólares que lo que se nos ha
mostrado son sólo las propinas que, en raros raptos de generosidad, Néstor
(q.e.p.d.) entregaba a quienes le llevaban los bolsos de dinero; si pensamos
que sólo Muñoz, el fallecido ex secretario de Kirchner, compró propiedades en
Miami y New York por US$ 65 millones, tendremos una mejor idea acerca de cuánto
robaron sus jefes.
En la medida en que
ese desaforado saqueo nos ha colocado a todos, en una situación de terrible
indefensión frente a las innumerables bombas sembradas por Cristina para que
explotaran ahora -¡y lo están haciendo!- debo confesar que no comprendo por qué
Mauricio Macri propone poner punto final, como hizo el viernes, a la revelación
detallada de la herencia recibida y a la identificación de sus responsables. En
verdad, me parece una actitud política suicida y, sobre todo, una falta de
respeto a los argentinos, que quieren tener muy claro a quiénes deben sus
actuales padecimientos y, en la medida de lo posible, pretenden que éstos
devuelvan los dineros mal habidos.
Margarita Stolbizer
quien, como Lilita Carrió, ha sido quién más ha denunciado la corrupción de
Cristina, reclama para ella el principio de inocencia y la libertad hasta que
quede firme alguna condena; además de recordarle que, en los casos de
enriquecimiento ilícito ese principio no rige, es una pena que no haya hecho
idéntica petición respecto a los militares presos, para los cuales parecen no
existir las garantías constitucionales. Por su parte, también el peronismo
muestra raras actitudes: Sergio Massa y Diego Bossio, para intentar cubrir con
un manto de olvido su muy reciente pasado (¿complicidad?) en altos cargos del
kirchnerismo, se han llamado a silencio, mientras que Felipe Solá
inexplicablemente se sumó a la recua de desvergonzados -entre ellos, claro,
Flor Kash- que califican a las investigaciones por los innumerables delitos
cometidos como una cacería política.
La preocupación del
Gobierno se vincula a la capacidad del kirchnerismo residual de generar
conflictos; porque, si bien ya no hay ideologías mesiánicas en juego, como en
los 70's, aún conserva un importante poder de convocatoria para la violencia
-Miles TTT (D'Elía), Quebracho (Esteche), Tupac Amaru (Milagro Sala), algunas
pseudo organizaciones sociales y miembros de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires-, sostenida con dinero de planes, del juego y del narcotráfico,
con armas y, sobre todo, con drogas. Puede que no sean muchos, pero debemos
recordar qué monumental zafarrancho organizaron sólo unos veinte mil terroristas
en aquella época.
Entonces, y ya que
ese inquietante cuadro subsistirá cualquiera sea el momento en que la "noble viuda" termine con sus
huesos en la cárcel, me pregunto por qué el Gobierno preferiría que esa
situación se produjera el año próximo. Mi optimismo me lleva a pensar que la
reactivación económica, con su consecuente repercusión social, llegará en los
primeros meses de 2017, y eso permitirá a Cambiemos imponer a sus candidatos en
las elecciones de octubre; si para entonces Cristina ya estuviera presa, los
hipotéticos conflictos se habrían desatado -y terminado- mucho antes y los
argentinos podremos volver a celebrar la democracia recuperada.
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
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