En el editorial del
19 de este mes, "Los cepos del juez Kreplak", la nación evoca con
todo acierto al maestro Calamandrei, en cuanto afirmaba que "los jueces son como los que pertenecen
a una orden religiosa. Cada uno de ellos tiene que ser ejemplo de virtud si no
quieren que los creyentes pierdan la fe".
Tan de acuerdo estoy
con ello que agrego que, desde esa óptica del maestro florentino, el aludido
juez es para la justicia lo que los curas pedófilos son para la Santa Iglesia.
Y como sostuvo Cesare Beccaria en su Dei delitti e delle pene, reiteradamente
citado por aquel maestro: "No existe
libertad cada vez que las leyes permiten que en algunos casos el hombre deje de
ser persona y llegue a convertirse en cosa", que es lo que el aludido
juez federal, sin sujeción a ley alguna, ha hecho con el doctor Jaime Smart.
Norberto
A. Giletta
Ex juez federal
DNI 4.298.214
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