viernes, 20 de enero de 2017

LOS CEPOS DEL JUEZ KREPLAK

1º de julio de 2015, el Senado de la Nación trató en audiencia pública el pliego para la designación del doctor Ernesto Kreplak como juez federal penal de La Plata. Su elección en el Consejo de la Magistratura estuvo plagada de irregularidades, por lo que destacadas voces trataron de impedirla.

Con su proceder, jueces como Ernesto Kreplak destruyen la confianza
de la sociedad en el Poder Judicial. Foto: Archivo

"La persona propuesta no evidencia las características básicas que debe tener un juez: imparcialidad, honestidad y transparencia", dijo por entonces Margarita Stolbizer, denunciante en causas como Hotesur y otras que involucran a funcionarios del gobierno kirchnerista.

Su fundada oposición fue acompañada en el Senado por todos los bloques no kirchneristas, que se sumaron al rechazo de aquella designación. El radicalismo, el FAP-Unen-Coalición Cívica, Pro, el Interbloque Federal, el justicialista pampeano Carlos Verna y Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino, manifestaron su disconformidad con el nombramiento de un juez que abiertamente adhiere al pensamiento -a través de la agrupación La Cámpora- de quien en ese momento ejercía la primera magistratura, Cristina Fernández de Kirchner. La mayoría automática del gobierno de entonces logró el nombramiento de Kreplak por 37 votos a favor y 25 en contra. Sin perder ni un solo minuto, Cristina Kirchner lo designó titular del Juzgado Federal en lo Criminal N° 3 de La Plata. Ello ocurrió al día siguiente, el 2 de julio.

Stolbizer, en su impugnación elevada a la Comisión de Acuerdos del Senado, destacó que Kreplak era "un militante de La Cámpora y brazo ejecutor del gobierno [kirchnerista] para manipular el Poder Judicial", recordando su paso y escandalosa actuación como funcionario de la Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión Registral del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, entre 2011 y 2015.

Su activa participación en la Inspección General de Justicia (IGJ) sirvió para borrar huellas del escándalo que involucra al vicepresidente Amado Boudou en la causa Ciccone, impulsando para ello un "cepo informativo". Varias denuncias por graves irregularidades se acumularon en ese momento contra Kreplak y el ex titular de la IGJ Norberto Berner, toda vez que el legajo de The Old Fund "no podía ser hallado". El organismo demoró el pedido expreso del juez federal de la Capital Ariel Lijo para la entrega de datos de la imprenta y de esa sociedad y rechazó un pedido especial del entonces diputado Ricardo Gil Lavedra.

En una de las causas abiertas por esa deleznable actitud del ahora juez platense, Silvina Martínez, una ex funcionaria del organismo, acusó: "Kreplak le dio la orden a Norberto Berner (ex titular de la IGJ) para que no se entregue documentación de Ciccone a la oposición y a los medios". Berner, militante de La Cámpora, fue designado secretario de Comunicaciones del Ministerio de Planificación Federal, que conducía Julio De Vido, en marzo del 2013, y fue sucedido en la IGJ por otro amigo de Kreplak: Luis Rodolfo Tailhade, hoy representante de Justicia Legítima en el Consejo de la Magistratura.

Más irregularidades en el entonces Registro Nacional de Armas (Renar), dependiente del subsecretario de Coordinación y Control Registral, también lo involucraron.

A fines de diciembre de 2012 desaparecieron misteriosamente de la sede central del Renar 200 armas enviadas por los juzgados que debían ser vigiladas hasta que terminaran los procesos judiciales que justificaban su guarda. Las versiones sobre la intervención de La Cámpora en ese hecho no se hicieron esperar. No obstante, nada se probó hasta la fecha, aunque la investigación sigue abierta en el juzgado federal a cargo de Sebastián Casanello. Sospechosamente, el Renar estaba en ese momento a cargo de un subordinado de Kreplak: Matías Molle.

Cabe también destacar la actuación del funcionario en cuestión como presidente del Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público, constituido para enjuiciar al valiente fiscal José María Campagnoli. Kreplak fue el encargado de montar en este caso otro "cepo informativo", impidiendo incluso la presencia de diputados en las sesiones de ese jury, que culminó con la frustrada sanción al fiscal que tanto apoyo suscitó entre los ciudadanos.

Instalado ya como juez en La Plata, sobre el filo de la finalización del gobierno kirchnerista, Kreplak adoptó de inmediato los "procedimientos" del hoy renunciado juez Carlos Rozanski. Dedicado de lleno a los llamados "juicios de lesa humanidad", en los que negó sistemáticamente beneficios que en justicia correspondían, como la prisión domiciliaria a los detenidos de avanzada edad y en mal estado de salud, actuó con el mismo desparpajo y aversión al Derecho con que tiñó su gestión política como subsecretario del Ministerio de Justicia.

Recientemente, LA NACION difundió los alcances de un fallo de la Sala I de la Cámara de Casación que disponía la prisión domiciliaria del doctor Jaime Smart. En esa ocasión, decíamos: "El Tribunal había dictado una medida similar el 5 de mayo de 2015 para que Smart, quien hoy tiene 81 años, pasara a cumplir la detención en su domicilio, pero la decisión no fue acatada" hasta hoy por el juez federal Kreplak. Pues bien, en esta ocasión ocurre lo mismo: sin argumentos valederos, se niega la concesión del justo beneficio.

Igual que en los mencionados casos Ciccone, en el del Renar o el jury a Campagnoli, apeló una vez más a otro "cepo", esta vez de desobediencia al Superior Tribunal.

No deja de llamar la atención la actuación de Kreplak en otro caso de lesa humanidad por el cual está detenido el capitán Eduardo Enrique Barreiro, ya que dispuso su inmediata prisión domiciliaria, pese a no tener éste 70 años ni problemas de salud. El increíble argumento esgrimido fue que debía cuidar a su padrastro hipoacúsico y que usa bastón. El beneficio fue otorgado a Barreiro inmediatamente después de su convocatoria a indagatoria en la causa por enriquecimiento ilícito de su compañero de promoción, el general César Milani, por haberle prestado 200.000 dólares. Además, Milani descaradamente sustituyó la defensa oficial de Barreiro por una particular en ambos procesos.

Kreplak recibió pedidos de enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura, que fueron desestimados in limine con falaces argumentos. El insigne jurista, político y periodista italiano ya fallecido Piero Calamandrei afirmaba que "los jueces son como los que pertenecen a una orden religiosa. Cada uno de ellos tiene que ser un ejemplo de virtud si no quieren que los creyentes pierdan la fe". Jueces tan escandalosos como Kreplak, capaces de actuar sin miramientos, sin objetividad e imparcialidad, destruyen diariamente con su proceder la fe pública en el Poder Judicial.

Mucho costará recuperar este sano respeto, que nunca debió perderse. Se trata de una tarea que debe iniciarse de inmediato. Corresponde al Gobierno, al actual Consejo de la Magistratura y a los tribunales superiores emprenderla sin dilaciones.


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