1º de julio de 2015,
el Senado de la Nación trató en audiencia pública el pliego para la designación
del doctor Ernesto Kreplak como juez federal penal de La Plata. Su elección en
el Consejo de la Magistratura estuvo plagada de irregularidades, por lo que
destacadas voces trataron de impedirla.
Con su proceder, jueces como Ernesto Kreplak destruyen la confianza de la sociedad en el Poder Judicial. Foto: Archivo |
"La persona
propuesta no evidencia las características básicas que debe tener un juez:
imparcialidad, honestidad y transparencia",
dijo por entonces Margarita Stolbizer, denunciante en causas como Hotesur y
otras que involucran a funcionarios del gobierno kirchnerista.
Su fundada oposición
fue acompañada en el Senado por todos los bloques no kirchneristas, que se
sumaron al rechazo de aquella designación. El radicalismo, el
FAP-Unen-Coalición Cívica, Pro, el Interbloque Federal, el justicialista
pampeano Carlos Verna y Lucila Crexell, del Movimiento Popular Neuquino,
manifestaron su disconformidad con el nombramiento de un juez que abiertamente
adhiere al pensamiento -a través de la agrupación La Cámpora- de quien en ese
momento ejercía la primera magistratura, Cristina Fernández de Kirchner. La
mayoría automática del gobierno de entonces logró el nombramiento de Kreplak
por 37 votos a favor y 25 en contra. Sin perder ni un solo minuto, Cristina
Kirchner lo designó titular del Juzgado Federal en lo Criminal N° 3 de La
Plata. Ello ocurrió al día siguiente, el 2 de julio.
Stolbizer, en su
impugnación elevada a la Comisión de Acuerdos del Senado, destacó que Kreplak
era "un
militante de La Cámpora y brazo ejecutor del gobierno [kirchnerista] para
manipular el Poder Judicial", recordando su paso y escandalosa
actuación como funcionario de la Subsecretaría de Coordinación y Control de
Gestión Registral del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, entre 2011 y
2015.
Su activa
participación en la Inspección General de Justicia (IGJ) sirvió para borrar
huellas del escándalo que involucra al vicepresidente Amado Boudou en la causa
Ciccone, impulsando para ello un "cepo informativo". Varias
denuncias por graves irregularidades se acumularon en ese momento contra
Kreplak y el ex titular de la IGJ Norberto Berner, toda vez que el legajo de
The Old Fund "no podía ser hallado". El organismo demoró el pedido
expreso del juez federal de la Capital Ariel Lijo para la entrega de datos de
la imprenta y de esa sociedad y rechazó un pedido especial del entonces
diputado Ricardo Gil Lavedra.
En una de las causas
abiertas por esa deleznable actitud del ahora juez platense, Silvina Martínez,
una ex funcionaria del organismo, acusó: "Kreplak le dio la orden a Norberto
Berner (ex titular de la IGJ) para que no se entregue documentación de Ciccone
a la oposición y a los medios". Berner, militante de La Cámpora,
fue designado secretario de Comunicaciones del Ministerio de Planificación
Federal, que conducía Julio De Vido, en marzo del 2013, y fue sucedido en la
IGJ por otro amigo de Kreplak: Luis Rodolfo Tailhade, hoy representante de
Justicia Legítima en el Consejo de la Magistratura.
Más irregularidades
en el entonces Registro Nacional de Armas (Renar), dependiente del
subsecretario de Coordinación y Control Registral, también lo involucraron.
A fines de diciembre
de 2012 desaparecieron misteriosamente de la sede central del Renar 200 armas
enviadas por los juzgados que debían ser vigiladas hasta que terminaran los
procesos judiciales que justificaban su guarda. Las versiones sobre la
intervención de La Cámpora en ese hecho no se hicieron esperar. No obstante,
nada se probó hasta la fecha, aunque la investigación sigue abierta en el
juzgado federal a cargo de Sebastián Casanello. Sospechosamente, el Renar
estaba en ese momento a cargo de un subordinado de Kreplak: Matías Molle.
Cabe también destacar
la actuación del funcionario en cuestión como presidente del Tribunal de
Enjuiciamiento del Ministerio Público, constituido para enjuiciar al valiente
fiscal José María Campagnoli. Kreplak fue el encargado de montar en este caso
otro "cepo
informativo", impidiendo incluso la presencia de diputados en las
sesiones de ese jury, que culminó con la frustrada sanción al fiscal que tanto
apoyo suscitó entre los ciudadanos.
Instalado ya como
juez en La Plata, sobre el filo de la finalización del gobierno kirchnerista,
Kreplak adoptó de inmediato los "procedimientos" del hoy
renunciado juez Carlos Rozanski. Dedicado de lleno a los llamados "juicios
de lesa humanidad", en los que negó sistemáticamente beneficios
que en justicia correspondían, como la prisión domiciliaria a los detenidos de
avanzada edad y en mal estado de salud, actuó con el mismo desparpajo y
aversión al Derecho con que tiñó su gestión política como subsecretario del
Ministerio de Justicia.
Recientemente, LA
NACION difundió los alcances de un fallo de la Sala I de la Cámara de Casación
que disponía la prisión domiciliaria del doctor Jaime Smart. En esa ocasión,
decíamos: "El Tribunal había dictado una medida similar el 5 de mayo de 2015
para que Smart, quien hoy tiene 81 años, pasara a cumplir la detención en su
domicilio, pero la decisión no fue acatada" hasta hoy por el juez
federal Kreplak. Pues bien, en esta ocasión ocurre lo mismo: sin argumentos
valederos, se niega la concesión del justo beneficio.
Igual que en los
mencionados casos Ciccone, en el del Renar o el jury a Campagnoli, apeló una
vez más a otro "cepo", esta vez de desobediencia al Superior
Tribunal.
No deja de llamar la
atención la actuación de Kreplak en otro caso de lesa humanidad por el cual
está detenido el capitán Eduardo Enrique Barreiro, ya que dispuso su inmediata
prisión domiciliaria, pese a no tener éste 70 años ni problemas de salud. El
increíble argumento esgrimido fue que debía cuidar a su padrastro hipoacúsico y
que usa bastón. El beneficio fue otorgado a Barreiro inmediatamente después de
su convocatoria a indagatoria en la causa por enriquecimiento ilícito de su
compañero de promoción, el general César Milani, por haberle prestado 200.000
dólares. Además, Milani descaradamente sustituyó la defensa oficial de Barreiro
por una particular en ambos procesos.
Kreplak recibió
pedidos de enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura, que fueron
desestimados in limine con falaces argumentos. El insigne jurista, político y
periodista italiano ya fallecido Piero Calamandrei afirmaba que "los
jueces son como los que pertenecen a una orden religiosa. Cada uno de ellos
tiene que ser un ejemplo de virtud si no quieren que los creyentes pierdan la
fe". Jueces tan escandalosos como Kreplak, capaces de actuar sin
miramientos, sin objetividad e imparcialidad, destruyen diariamente con su
proceder la fe pública en el Poder Judicial.
Mucho costará
recuperar este sano respeto, que nunca debió perderse. Se trata de una tarea
que debe iniciarse de inmediato. Corresponde al Gobierno, al actual Consejo de
la Magistratura y a los tribunales superiores emprenderla sin dilaciones.
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