¿Defender que?, ¿la
democracia?, ¡por favor!, ahora todos quieren defender la democracia pero se niegan a aceptar que si hoy hay
democracia, no es porque Alfonsín la trajo, es porque en los setenta hubo
militares, policías y gendarmes que se jugaron el cuero peleando contra la
subversión, los mismos que hoy, ante el silencio de la mayoría de ustedes,
están presos. ¿Qué vamos a defender?, si de puro miedosos no queremos aceptar
que el viernes pasado se homenajeó a terroristas que pensaban hacer un estado
totalitario sobre los cadáveres de 1.000.000 de argentinos.
Hubieran salido
antes, cuando los que usufructuaron la democracia -y me refiero a radicales,
peronistas, etc.- fomentaban que desde la escuela, desde la universidad, y
desde la “prensa correcta” se hablara
de estos terroristas como si fueran los ángeles custodios de nuestra Patria y
se denostara a las Fuerzas Armadas como demonios sedientos de sangre. Nadie
alzó la voz cuando un ignorante, como todos los presidentes que la Argentina ha
tenido desde Arturo Frondizi, fuera denominado, por los mismos que hoy se
preocupan por lo que le pueda suceder al país, “padre de la democracia” y montara un esperpento jurídico que le
abrió las puertas a la venganza que vino después.
La democracia no es
solo votar cada dos años; la democracia, para que sea efectiva debe significar
un compromiso con todas las instituciones que hacen a un país, pero la mayoría
de los que hoy llaman a marchas en defensa de la democracia -que por el día y
la hora parecen organizadas por el kirchnerismo- se callaron cuando se prostituía
la justicia, cuando con el cuento de que se destinaba el 6% del PBI a la
educación contemplaron, “tolerantes”,
la destrucción más feroz que en la Argentina se hizo de la escuela pública, y
permanecieron en vergonzoso silencio -en una década donde el dinero entró a
raudales- mientras morían, desnutridos, seis chicos por día; y cuando una
desquiciada dijo “que iban por todo”
siguieron en silencio. Es ahí donde se debería haber salido a defender a la
democracia, pero reconózcanlo, había miedo, demasiado miedo como para animarse
a algo.
Lamentablemente es
así, defender la democracia hubiera debido hacerse antes, no ahora cuando la
historia y no la memoria les hace caer la venda con que se cubrían los ojos, ¿o
no vieron desfilar el viernes a los de “la
campora” casi regimentados, tal como los “montos” desfilaban en los setenta?, y todavía hoy hay periodistas -por
la plata baila el mono y por el miedo el oso- y una multitud de biempensantes
que le cree a la “abuela” Carlotto
cuando dice que hay que dejarlo terminar a Macri y juega al “policía bueno y policía malo” con la
otra vieja que al menos dice las burradas que se le ocurren sin disimulo
alguno.
Pensemos fríamente,
argentinos “biempensantes”, ustedes
que creyeron que iban a "acabar con
el curro de los derechos humanos" y ven que hoy los que desde siempre
manejaron el "curro" son
los mismos que en los últimos días se han dedicado a la gimnasia revolucionaria
haciendo marchas “docentes”, piquetes
que pararon una ciudad, homenajes multitudinarios a delincuentes como pasos
previos a hacerse con el poder. ¿Que les quieren oponer?, ¿algunos grupos
golpeando cacerolas? Ellos -a los que nunca les interesó la democracia, ellos,
a los que ustedes apoyaron cuando les contaban el cuento del salvajismo de las
Fuerzas Armadas- lo han dicho, van por todo. Ustedes sigan votando, mientras
puedan, sigan hablando, mientras los dejen, que los tipos que una vez los
defendieron, hoy se mueren de viejos en los penales federales.
Jose
Luis Milia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!