Silvia Ibarzábal |
Entrevista con Silvia Ibarzábal, hija de una víctima
del terrorismo. Y también del “relato”,
como muchos argentinos
26 Marzo, 2017
A
horas de haberse conmemorado el 24 de Marzo. ¿Qué es lo que se homenajeó, en
realidad…?
Difícil respuesta es
la que merece el título de la presente nota, y no porque se desconozca, sino
porque los interesados en generar confusión, para eludir la prisión y auto
justificarse de sus crímenes, lograron esos propósitos a través de tanto
engaño, y durante tanto tiempo.
Pero también para que
no se les reclamen las importantes indemnizaciones que lograron cobrar. Dineros
de todos los argentinos.
Ninguno de ellos dirá
-no lo quieren reconocer-, que la Argentina sufrió un ataque terrorista
promovido por Estados extranjeros, y también local, como lo fue la Provincia de
Buenos Aires, en pleno Gobierno constitucional, elegido libremente por el
pueblo.
También ocultarán que
hubo un clamor, de parte de la enorme mayoría de la población, pidiendo ser
defendida de los horrendos e injustificados crímenes por parte de quienes luego
los argentinos vinieron a enterarse que habían sido “jóvenes idealistas”, quienes además fueron llevados a la muerte
por sus promotores, mientras estos disfrutaban de confortables y seguros
destinos en el extranjero.
A Silvia Ibarzábal le publicó
recientemente una Carta de Lectores, el Diario LA NACIÓN, y ENFOQUES POSITIVOS
tomó la posta en la intención de ampliar los dichos de quien fuera una de las
muchísimas víctimas que provocaron quienes iniciaron una guerra en la
Argentina.
A continuación, las
respuestas que da al Portal, la aludida víctima:
P:
En su Carta a LA NACIÓN fue usted muy precisa en cuanto a la presentación de
los hechos que la motivaron a escribirla. ¿Puede darnos algunos detalles que
allí no expuso, acerca de los graves hechos que terminaron con el asesinato de
su padre, a manos de los terroristas de los años setenta en la Argentina?:
R: “Mi papá, el
Coronel Jorge R. Ibarzábal, era Jefe de la Unidad Militar más poderosa en el
país la que fue atacada por la organización armada Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP) a fin de llevarse todo el armamento que allí se encontraba.
Esto fue durante el
Gobierno constitucional del General Juan Domingo Perón, en Enero de 1974. Mes
en dónde la mayoría del personal se encuentra licenciado o de pase.
El ataque lo
realizaron 230 efectivos aproximadamente, 80 de los cuales no ingresan para dar
apoyo desde afuera.
Es un caso
emblemático ya que provoca el discurso más fuerte de Perón en donde los llama
“reducido número de psicópatas al que hay que ir exterminando uno a uno por el
bien de la República”.
El ataque fue brutal,
fue sangriento, puedo recordarlo perfectamente ya que era una adolescente y
vivíamos en frente al Cuartel. Mataron un soldado para ingresar, luego al Jefe
del Regimiento, el Coronel Camilo Gay, más tarde a su señora esposa delante de
sus hijos, dejando una gran cantidad de heridos y llevándose secuestrado a mi
papá. Lo tienen secuestrado 300 días exactos para luego asesinarlo.
Quiero destacar que
su asesino, se encuentra homenajeado en el Parque de la Memoria al igual que
tantos otros que atacaron la República”.
P:
Resulta llamativo el primer párrafo de la carta aludida, el que dice: “Curioso
país éste en donde la memoria reemplaza a la historia …”. Sería importante que
explique el sentido que quiso darle a esa frase…
R: “La memoria es muy
subjetiva y particularmente en el caso de la Argentina se utilizó con fines
ideológicos. Los Organismos de DDHH (que son de izquierda) fueron muy activos
durante todos estos años. Nosotros,… los otros, llevamos en cambio un luto silencioso.
Puedo decir que el
pasado, martillado con vehemencia una y otra vez por la dirigencia política
oficial durante la última década, sigue marcando el compás que anima el
presente de los argentinos.
Se falsifica la
realidad de lo acontecido y se parcializa la visión de los hechos. Lejos de
curar las heridas violentan el orden jurídico y la verdad.
Esto se da con el
advenimiento de la democracia, es decir más de 30 años, construyendo una
memoria acomodaticia y sesgada. Lo que incide en las generaciones más jóvenes
acerca de nuestra historia real y completa.
A esto le llamo
memoria que no es historia, que no es verdad.
En la Argentina de
hoy existe una falsa memoria, todavía se escuchan voces que no se encuentran.
Es hora de reconocer
que nadie es dueño de la verdad completa, que cada uno tiene un pedazo”.
P:
Nadie podría cuestionarle su deseo de “… mirar hacia adelante… trabajando por la
necesaria concordia política…”. Pese a que también usted dice que “no hay que
olvidar lo que pasó”. ¿No cree que algún lector que prefiera eludir los
compromisos cívicos y patriotas, quiera quedarse sólo con la comodidad “de
mirar hacia adelante”, y con ello dejar de lado una imprescindible exigencia de
reparación y reconocimiento del daño cometido por parte de quienes iniciaron la
guerra, absolutamente ilegítima, y obviamente también ilegal…?
R: “Es cierto, el
poco espacio con que cuentan los Medios hace que uno no pueda explayarse. No
fue mi intención expresar que los argentinos tendríamos que mirar para otro
lado, al contrario. Creo que todos los sectores tendrían que hacer una
autocrítica, no solo los combatientes. También la Iglesia, sindicatos,
empresarios, medios de comunicación etcétera. Sería una forma de ir transitando
hacia la concordia política, hacerse cargo de lo sucedido desde el lugar que a
cada uno le tocó vivir.
Luego, nuestros
muertos deberían ocupar el lugar en la historia que les corresponde. Eso para
mí es una justa y exacta reparación, claro está que habría que comenzar por la
educación y manuales de lectura desde la primaria.
Muchas cosas hay por
hacer y serían muy reparadoras”.
P:
Desde San Agustín hasta nuestros días, y aún desde mucho antes, se dice que no
hay paz sin una justicia previa. ¿Podríamos pedirles a tantas víctimas de los
horrores de esa guerra, que no esperen la justicia y que se conformen con la
interesada “solución” que la Política le ha dado a este emblemático caso?:
R: “Creo que la
Política no ha dado ninguna solución a ningún caso de los muertos por el
terrorismo subversivo. Muy por el contrario, ha reabierto las heridas. En lo
personal, opino que los argentinos nunca nos vamos a reconciliar… corrió mucha
sangre, quedó mucho dolor pero también creo que podríamos reparar nuestro
espíritu.
Después de una
guerra, civil o internacional, los grandes países curan rápidamente las heridas
para afrontar un futuro superado por las diferencias del pasado. Concordia y
verdad no son algo mágico que se da de inmediato, es todo un proceso y es
necesario para un país con una historia reciente, hacer el esfuerzo de comenzar
a transitar”.
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