La paradoja resuena
en el título: la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), prestigioso
organismo que se sustancia en el miramiento y la defensa indeclinable de los
derechos humanos "nos ha empujado",
y esto no es una metáfora. Familiares nucleados en Puentes para la Legalidad,
asociación civil que dedica su trabajo a denunciar las violaciones de los
derechos humanos que sufren los imputados por delitos de lesa humanidad, fueron echados a empujones de la
convocatoria que hiciera la CIDH en la ciudad de Montevideo, con motivo de
celebrarse la consulta pública de la Unidad Temática: Memoria, Verdad y
Justicia. Tres de nuestras representantes, dispuestas a expresar el estado
de situación en el que se encuentra un grupo de seres humanos mayores en edad y
vulnerados en sus derechos a expresarse, fueron violentamente cercadas y
obligadas a retirarse. Cuesta entender la impiedad. Cuesta comprender que aún
no podamos denunciar que en nuestro país la Justicia marcha mal, que los
procesos no se ajustan a derecho y que entonces un conjunto de personas padece
y muere en las condiciones deplorables de las cárceles argentinas sin que sus
derechos sean respetados.
La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos todavía nos debe su prestigiosa protección;
hace tiempo venimos reclamándola. La impiedad recibida habla. Habla todavía de
una falsa ética cuando nos dejan amordazados, empujados y expulsados.
María
Victoria Cachaza
DNI 21.506.369
NOTA:
La imagen y destacados no corresponden a la nota original.
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