MIGUEL
ETCHECOLATZ Y LA FÉ CRISTIANA
Periódicamente llamo
por teléfono a algunas esposas de prisioneros adultos mayores con intención de
un imposible, alentarlas o mitigar la soledad que las afecta como a todas
nuestras cónyuges cuando estamos en prisión. Escucharlas realmente me hace
bien. Una de ellas es Graciela, la esposa de Miguel Etchecolatz (89 años) a la
que conocí en el mentiroso Hospital Penitenciario Central de Ezeiza, cuando
visitaba a su marido y yo llevaba adelante mi huelga de hambre y medicación.
Por ella sé del infierno por el que
ambos están pasando, en manos de jueces que son verdaderos delincuentes y
asesinos torturadores. Él, sin lugar a dudas siendo lo que se dice un preso
emblemático, es el prisionero más martirizado de Argentina de hace 23 años a la fecha. Legalmente con esa cantidad de
años prisionero, ha cumplido todas las condenas a perpetua que le han aplicado.
Pese a ello no le respetan derecho humano alguno, mientras que desde el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos quien a través del Servicio
Penitenciario es su guardador, se hacen los ciegos, sordos y mudos, con el
suplicio al que lo someten.
HOSPITAL
PENITENCIARIO CENTRAL EZEIZA LA PRUEBA DE SU MENTIRA
Luego de ser llevado
el día 12 del corriente al inicio de UN NUEVO JUICIO, a cargo de los “jueces” Julio Panelo, José Martínez
Sobrino y Fernando Canero, después de tantos años de detención permanece internado extramuros con neumonía.
Prueba más que evidente, que el Hospital Penitenciario Central es una mentira.
Su certificado médico que acompaña la presente nota, documenta la ilegalidad y
la tortura ya que a grandes rasgos habla
de: graves problemas cardíacos, diabetes, cáncer de próstata (permanentemente
porta bolsa colectora de orina, frecuentemente con restos de sangre),
hipertensión, deshidratación, anemia severa, secuelas del atentado con bomba que
sufriera en los años setenta (acción de la juventud maravillosa), reciente ACV
hemorrágico, frecuentes desmayos y
caquexia incipiente[1].
Como ser humano racional, me altera leer el contenido del mismo, ya que habla
del ensañamiento sanguinario por parte de funcionarios cobardes con un humano de 89 años de edad, al que muy
lentamente están martirizando y matando con encierro y desatención médica. Todo está documentado y
a la vista. ¿Qué clase de país es este?
NADIE
MOVERÁ UN DEDO POR NINGUNO DE NOSOTROS
A los presos
políticos o como se quieran llamar y a sus respectivas familias, les pregunto:
ustedes ven bien que esto esté ocurriendo en el gobierno de Mauricio Macri?
¿Esta es la democracia y el cambio que tanto se pregona? ¿Estos son los
derechos humanos? ¿Acaso creen que alguien va a mover un dedo por nosotros?
¿Qué, a ustedes no les pasará lo mismo? Sabiendo que la resistencia de
Etchecolatz a la muerte, está en la muy
profunda fe cristiana. Yo como renegado
de la misma, me pregunto: ¿Esa fe es positiva? ¿Sirve solo para prolongar el
martirio? Es un gran creyente y reza
varias veces todos los días, con él otros prisioneros y sacerdotes que
lo visitan frecuentemente. Lo hace por
su hija militante que lo ha abandonado, por
todos aquellos que lo martirizan y le causan daño y por aquellos que
jerárquicamente superiores a él, se resguardaron con su persona para quedar
impunes en los hechos violentos que pudieron haber llevado a cabo. Yo lo he
visto al terminar de orar el rosario en
horas de la tarde, como revive y se sobrepone al sufrimiento que le imponen.
Reconozco que sería incapaz de sobrellevar una agonía así, en la cual a través del tiempo lo
acompaña su fiel esposa Graciela. Mil veces hubiera preferido abandonarme y
partir ante de ser sometido al permanente sufrimiento por parte de viles
engendros, que se dicen defensores de la democracia y representantes del pueblo
de este territorio llamado Argentina.
Claudio
Kussman
Octubre 27, 2017
[1]
Alteración
profunda del organismo que aparece en la fase final de algunas enfermedades y
que se caracteriza por desnutrición, deterioro orgánico y gran debilitamiento
físico.
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