domingo, 29 de octubre de 2017

LA TORTURA CONSENTIDA POR EL ESTADO


MIGUEL ETCHECOLATZ Y LA FÉ CRISTIANA

Periódicamente llamo por teléfono a algunas esposas de prisioneros adultos mayores con intención de un imposible, alentarlas o mitigar la soledad que las afecta como a todas nuestras cónyuges cuando estamos en prisión. Escucharlas realmente me hace bien. Una de ellas es Graciela, la esposa de Miguel Etchecolatz (89 años) a la que conocí en el mentiroso Hospital Penitenciario Central de Ezeiza, cuando visitaba a su marido y yo llevaba adelante mi huelga de hambre y medicación. Por ella sé  del infierno por el que ambos están pasando, en manos de jueces que son verdaderos delincuentes y asesinos torturadores. Él, sin lugar a dudas siendo lo que se dice un preso emblemático, es el prisionero más martirizado de Argentina de hace 23 años  a la fecha. Legalmente con esa cantidad de años prisionero, ha cumplido todas las condenas a perpetua que le han aplicado. Pese a ello no le respetan derecho humano alguno, mientras que desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos quien a través del Servicio Penitenciario es su guardador, se hacen los ciegos, sordos y mudos, con el suplicio al que lo someten.


HOSPITAL PENITENCIARIO CENTRAL EZEIZA LA PRUEBA DE SU MENTIRA

Luego de ser llevado el día 12 del corriente al inicio de UN NUEVO JUICIO, a cargo de los “jueces” Julio Panelo, José Martínez Sobrino y Fernando Canero, después de tantos años de detención  permanece internado extramuros con neumonía. Prueba más que evidente, que el Hospital Penitenciario Central es una mentira. Su certificado médico que acompaña la presente nota, documenta la ilegalidad y la tortura ya que  a grandes rasgos habla de: graves problemas cardíacos, diabetes, cáncer de próstata (permanentemente porta bolsa colectora de orina, frecuentemente con restos de sangre), hipertensión, deshidratación, anemia severa, secuelas del atentado con bomba que sufriera en los años setenta (acción de la juventud maravillosa), reciente ACV hemorrágico, frecuentes desmayos  y caquexia incipiente[1]. Como ser humano racional, me altera leer el contenido del mismo, ya que habla del ensañamiento sanguinario por parte de funcionarios cobardes con  un humano de 89 años de edad, al que muy lentamente están martirizando y matando con encierro y   desatención médica. Todo está documentado y a la vista. ¿Qué clase de país es este?


NADIE MOVERÁ UN DEDO POR NINGUNO DE NOSOTROS

A los presos políticos o como se quieran llamar y a sus respectivas familias, les pregunto: ustedes ven bien que esto esté ocurriendo en el gobierno de Mauricio Macri? ¿Esta es la democracia y el cambio que tanto se pregona? ¿Estos son los derechos humanos? ¿Acaso creen que alguien va a mover un dedo por nosotros? ¿Qué, a ustedes no les pasará lo mismo? Sabiendo que la resistencia de Etchecolatz a la muerte, está en  la muy profunda  fe cristiana. Yo como renegado de la misma, me pregunto: ¿Esa fe es positiva? ¿Sirve solo para prolongar el martirio? Es un gran creyente y reza  varias veces todos los días, con él otros prisioneros y sacerdotes que lo visitan frecuentemente.  Lo hace por su hija militante que lo ha abandonado, por  todos aquellos que lo martirizan y le causan daño y por aquellos que jerárquicamente superiores a él, se resguardaron con su persona para quedar impunes en los hechos violentos que pudieron haber llevado a cabo. Yo lo he visto  al terminar de orar el rosario en horas de la tarde, como revive y se sobrepone al sufrimiento que le imponen. Reconozco que sería incapaz de sobrellevar una agonía  así, en la cual a través del tiempo lo acompaña su fiel esposa Graciela. Mil veces hubiera preferido abandonarme y partir ante de ser sometido al permanente sufrimiento por parte de viles engendros, que se dicen defensores de la democracia y representantes del pueblo de este territorio llamado Argentina.









Claudio Kussman

Octubre 27, 2017




[1] Alteración profunda del organismo que aparece en la fase final de algunas enfermedades y que se caracteriza por desnutrición, deterioro orgánico y gran debilitamiento físico.

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