"El
problema con el mundo es que la gente inteligente está llena de dudas, mientras
que la gente estúpida está llena de certezas".
Charles Bukowski
Charles Bukowski
El mundo en general
que, hasta hace pocos años, sin dudas se dirigía a una mejor convivencia y a
una mayor integración entre los países, casi sin fronteras, e inclusive a una
mayor armonía entre las diferentes comunidades dentro de cada uno de ellos, ha virado
bruscamente de rumbo. Y lo peor es lo ríspido y violento del modo en que ese
cambio se está produciendo en muchos sitios.
No es sólo Catalunya,
que ha puesto en crisis a España y a Europa entera, sino Holanda, que está
contemplando con preocupación la disputa entre sus zonas valonas y flamencas,
mientras Alemania ha visto resurgir a su extrema derecha con toques nazis y lo
mismo sucede en varias naciones vecinas, Escocia y Eire pretenden continuar en
la Comunidad después del Brexit votado en Gran Bretaña, la Liga del Norte
insiste en la división con el sur italiano, Kurdistán reclama su independencia
a Turquía y a Irak, en Francia han resurgido las inquietudes bretonas y, como
frutilla del postre, los inventados mapuches quieren quedarse con la Patagonia.
Para todos esos
movimientos tectónicos se utilizan argumentos vinculados a la lengua, a la
religión, a la raza y a la historia pero, en general, hablan del fracaso de los
esfuerzos centrípedos que garantizaron, durante décadas, la añorada paz después
del siglo más sangriento que registrara la humanidad. Recordemos, al efecto,
que sólo siete años después de terminada la II Guerra Mundial, países que se
habían destruido mutuamente y que cultivaban odios ancestrales, fueron capaces
de firmar el Pacto del Carbón y del Acero, piedra fundamental de la Comunidad
Europea, que transformó al viejo continente, creímos, en una tierra de paz para
siempre.
Pese a mis muchos
años, no deja de sorprenderme qué reacción diferente tenemos frente a hechos en
función de dónde se produzcan, y Barcelona no ha sido una excepción. Tal vez
porque somos un país poblado por hombres y mujeres que subieron a los barcos
cuando la necesidad les impuso la emigración, conservamos una enorme cercanía
sentimental con España e Italia en particular y cultivamos su recuerdo con
nostalgia.
Nótese, en el mismo
sentido, que el brutal asesinato de cincuenta y ocho personas -y más de
quinientos heridos- que dejó el tirador solitario de Las Vegas el domingo
pasado sigue ocupando un gran espacio en nuestros medios de prensa; y lo mismo
sucede con los ataques terroristas que han puesto a Europa entera en estado de
conmoción. Sin embargo, los monstruosos atentados que producen cientos de
muertos en Medio Oriente y en Asia, sea en Kabul, Bagdad, Islamabad o Beirut,
desaparecen de los diarios y de los canales de televisión horas después de
producidos.
La Argentina continúa
transitando el larguísimo camino hacia las elecciones legislativas del 22 de
octubre, que aparece jalonado de malas noticias para la tropa kirchnerista, que
continúa acumulando procesamientos y embargos de toda índole. Es altamente probable,
inclusive, que se produzca alguna nueva detención resonante antes de esa fecha
que, además, mostrará el marcado deterioro del ya exiguo apoyo electoral que
cosechara Cristina Elisabet Fernández en las primarias de agosto.
Quedará así
confirmado el pronóstico que formulé hace tiempo utilizando el lenguaje del
truco: la ex Presidente, que junto con su marido muerto gobernara el país
durante el período más largo de su historia democrática y que se imaginaba "ancho de espadas", habrá
perdido las elecciones contra dos "cuatro
de copas" de la política. Las causas son, por cierto, muchas y
diversas.
Creo, sin dudar, que
la primera de ellas ha sido el gran programa de obras públicas que han encarado
los gobiernos nacional y provincial en el principal enclave del voto
kirchner/cristinista, es decir, el conurbano sur bonaerense. En el Partido de
La Matanza, los vecinos ven y tocan con sus propias manos el asfalto, el agua
corriente y las cloacas siempre prometidos y nunca cumplidos, y el tan
criticado Metrobus se ha convertido en la salvación real para muchos lugares
desangrados por la inseguridad, además de economizar horas de traslado a los
trabajadores beneficiados.
El segundo, no menos
crucial, ha sido la Gobernadora María Eugenia Vidal, la figura política que
cosecha más aprobación pública en la Argentina, por la transparencia con que
ejecuta su gestión administrativa y el coraje con el que encara la lucha
frontal contra el narcotráfico y la corrupción policial; ¿quién mejor que un
habitante de las zonas más marginadas de la Provincia puede comprobarlo, si era
-y aún es- su principal víctima?
Los mejores
indicadores económicos del país en materia de empleo y de recuperación del
consumo, pese a que aún no puedan ser percibidos a nivel personal por toda la
sociedad, tendrán también una participación importante en el voto popular,
sobre todo porque el prudente gradualismo de Mauricio Macri y su equipo ha
conseguido transformar los apocalípticos pronósticos de Cristina Kirchner sobre
el ajuste que impondría en mero papel mojado.
Desde el ángulo
estrictamente político, han incidido en el derrumbe de las expectativas de la
viuda tanto la preanunciada conducta de muchos intendentes que abrazaban a la
viuda y hoy, ante el riesgo cierto de perder la mayoría dentro de sus propios
concejos deliberantes, ya instruyen a sus seguidores para que corten las
boletas electorales, cuanto la necesidad del Partido Justicialista de
recomponerse después de las sucesivas derrotas a las que lo condujera su
mariscala en 2013, 2015 y 2017.
No ha sido menor,
tampoco, la negativa repercusión que tuvieron en el ánimo de la ciudadanía la
novedosa catarata de entrevistas personales que brindó Cristina en los últimos
días y la recuperación de su imagen tradicional, tan soberbia como negadora de
la realidad. Sus manifestaciones respecto al crimen ferroviario de Once,
exculpando públicamente a delincuentes como Julio de Vido, Ricardo Jaime, Juan
Pablo Schiavi, Claudio Cirigliano y, por supuesto, ella misma, para intentar transferir
toda la responsabilidad al maquinista del tren, resultó absolutamente patética,
y así fue percibida por la sociedad entera.
Y su reciente y
peculiar lavado de manos personal en perjuicio de sus más íntimos colaboradores
y testaferros en la organización mafiosa que organizó y comando con su marido
muerto, dejó totalmente en claro que la lealtad, esa que el PJ sólo festeja los
17 de octubre, no figura entre sus muy escasas virtudes. Debería recordar, al
menos, que muchas de las condenas perpetuas dictadas contra los presos
políticos -los militares que evitaron que nos convirtiéramos en Cuba durante
los 70's- de su nefasto régimen se sustentaron en la "responsabilidad funcional", es decir, la que le cabe a
un superior por la conducta de sus subordinados.
Resta sólo saber si
figurones tales como Amado Boudou, Lázaro Báez, José López, Julio de Vido,
Alejandro Vanderbloele y los muchos que seguirán sentándose ante los Tribunales
Orales Federales, y seguramente ingresarán a prisión, mantendrán su cómplice
silencio cuando vean rodar por el polvo electoral la cabeza de quien fuera su
jefa y ejecutora del plan sistemático de saqueo al Estado que, ahora, sólo
pretende salvarse con sus hijos y su fortuna escondida; ¿seguirán en su postura
de no contar nada cuando se compruebe que ya no tiene poder alguno o darán los
datos necesarios para recuperar al menos algo de lo robado?
Bs.As., 7 Oct 17
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!