Parece que hay una "gran Baratta" y en la
Justicia podemos encontrar verdaderas "gangas".
Resulta verdaderamente escalofriante observar cómo empresarios que participaron
de las ganancias ilícitas de funcionarios tan corruptos como ellos, que
causaron la miseria de nuestra población y la muerte de muchas personas, sin
arriesgar nada, completan su negocio y hoy también la sacan "Baratta" y salen en libertad
bajo el mote de "arrepentidos
colaboradores", cuando el único apodo que les cabe es el de miserables
delincuentes.
Del otro lado, nos
encontramos con desamparados de la justicia a montones, para los cuales nada es
barato. Con sufrientes que, a diferencia de aquellos y en pleno gobierno
democrático (Cámpora, Lastiri, Juan D. Perón, María Estela M. de Perón), sin
pedir nada, se jugaron su pellejo en la década del 70, metiéndose en el corazón
de la guerrilla, luchando dentro del monte, peleando con un enemigo compuesto
de hordas destructoras que sembraban el pánico en la población, que tomaban
cuarteles, realizaban secuestros extorsivos, mataban sin piedad a niños,
mujeres, hombres comunes, policías y militares, detonaban bombas en cualquier
lugar masacrando a quienes se encontraban en el mismo, torturaban y fusilaban.
Sin embargo, hoy los que ofrecieron su vida y su salud por todos nosotros, casi
medio siglo después, continúan pudriéndose en la cárcel frente al beneplácito
inmisericorde de una sociedad indiferente y cobarde que se autocensura por
temor a decir algo que vaya a contracara de lo políticamente correcto.
¡Despierten de una buena vez, señores jueces y fiscales! ¿O acaso van a creer
que todos los testimonios son veraces respecto de hechos que sucedieron hace
cincuenta años?
Francisco
García Santillán
DNI 10.661.522
DNI 10.661.522
NOTA:
Las imágenes, enlaces y destacados no corresponden a la nota original.
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