UN
PAÍS QUE MINIMIZA SU DEFENSA NACIONAL Y
DESTRUYE LAS INSTITUCIONES, HIPOTECA EL FUTURO Y DEBILITA EL EJERCICIO PLENO DE
LA SOBERANÌA Y LA PAZ INTERIOR.
¡¡¡GOOLLLLL...
AR-GEN-TI-NOOO...!!!
¡¡¡Hemos descubierto
un nuevo principio de política internacional!!!
La DEFENSA NACIONAL
es un insumo prescindible en la evolución positiva y preservación de países y
comunidades. De ella se pueden extraer recursos para mejorar otras áreas y o
privilegios.
Es lo mismo que
bloquear conscientemente nuestras defensas naturales cuando el cuerpo está
invadido por una infección generalizada.
Todo parece aseverar que el sistemático, infundado e
irreversible proceso de indefensión iniciado a fines de 1983 y a partir de los
resultados a la vista, ha logrado hasta
el presente llevarnos a una situación de
debilidad inédita y casi extrema, si
comparamos con países de similar capacidad, desarrollo y aspiraciones
trascendentes.
Y esta realidad
parece enorgullecer a los miembros de nuestra
"ineficiente y soberbia corporación
política", quienes han manejado el país a su arbitrio durante la
vigencia de esta tramposa democracia, que nos ha llevado a una decadencia que
no se detiene.
Y actualmente continúan
con renovados bríos, demostrando que en este ámbito "el cambiemos" es una ficción o un eslogan para incautos.
El ARA Santísima Trinidad (D-2) estuvo 2 años hundido tras una avería, en la Base Naval Puerto Belgrano |
No han tenido que
formalizar acuerdos. Los ha unido el mismo sentimiento de venganza y preservación.
Fabricaciones
Militares, en otras épocas orgullo de nuestra industria por su proyección y
capacidades, ha sido devastada, a partir del desembarco inusitado de gran
cantidad de chikos y chikas de la champara en sus diversas estructuras, proceso
que había empezado mucho antes en la época del tándem Menem-Balza y por
supuesto actualmente continúa con la óptica aplicada en negocios inmobiliarios
y derivados.
No está de más
recordar que por obra del mencionado tándem traicionamos descaradamente a Perú,
que había sido nuestro aliado incondicional en el conflicto del Atlántico Sur.
Para los tramposos
dirigentes argentinos ninguna norma moral es válida si impide los negocios
personales y o sectoriales.
Las obras sociales
fueron reestructuradas sin ningún estudio de factibilidad ni urgencia,
impulsados seguramente por la tentación de las cajas y las rupias aportadas por
sus usuarios para empleo por parte "de
los administradores de turno", sin control, sin planes coherentes ni justificación
técnica.
Y ahora estamos ante
el embate final sin límite, promocionado
por esta conducción nacional, a partir de la ubicación de cantidades de
correligionarios y amigos en puestos directivos y otros, con jugosos
estipendios exhibiendo con absoluto descaro "la virtud de no poseer conocimientos
habilitantes" ni experiencia práctica.
Los necesarios
representantes militares molestan y deben ser erradicados para obtener de esa
forma libertad de acción, que les permita
concretar los negocios concebidos y dirigidos seguramente desde las más
altas esferas políticas.
Los afiliados en
actividad o retiro, no interesan. Son material de consumo. No están
acostumbrados a reclamar con vehemencia por la preservación de sus legítimos
derechos. Hay campo libre.
El Instituto de Retiros
Militares enfrenta una mitología similar. Es también una caja súper apetecible
y por ello hay que erradicar al máximo a representantes de las FFAA., que
puedan objetar la acción depredadora y conocen a fondo la temática
correspondiente.
El Instituto Geográfico
Militar, que fue orgullo y modelo para el desarrollo de organizaciones
similares en países vecinos, también fue arrebatado para ubicar a militantes de
las diversas ideologías, los cuales en su gran mayoría están aprendiendo a
saber para que están y que se espera de ellos, además de los consabidos favores
políticos.
Ahora para "nuestro mayor orgullo", es el
Instituto Geográfico Nacional, obviamente con menos eficacia técnica y proyección.
Y hay mas despropósitos
y sinrazones. Solo por mencionar; CITEFA, institutos de enseñanza superior,
centros de producción...
Tal cual acabamos de
relatar, un principio básico y necesidad imprescindible de los políticos en
diversas funciones, ha sido expulsar a profesionales militares de alta capacitación
y méritos, de todas las áreas de
gobierno en las cuales podrían ser útiles en extremo, por su idoneidad,
experiencia y honestidad.
Inclusive en las áreas
propias y específicas de las instituciones armadas.
Más aun en todo lo
que tiene relación con la estrategia, la inteligencia, logística y planeamiento.
Han sido reemplazados
por cohortes de expertos lenguaraces todo terreno, permeables a las
imposiciones de sus capataces de turno, lectores de una realidad que conviene a
sus mandantes y autores de principios teóricos absurdos.
La administración
Menem, inició decididamente el descalabro de la industria nacional incluido
FFMM, la venta espuria de las empresas
del Estado y la indiferencia expresa hacia la Defensa Nacional.
La siniestra trama de
los gobiernos KK, destruyó lo que quedaba y puso en práctica efectiva una
venganza política inédita en la historia del mundo civilizado, condenando a la
muerte anticipada a soldados que dieron la cara cuando la sociedad los convocó,
con juicios amañados o sin ellos. Solo por la voluntad omnímoda de los ex
mercenarios subversivos en cargos públicos o curros a partir del eslogan de los
derechos humanos.
Este gobierno "que llegó para cambiar",
no difiere, si nos atenemos a los
resultados de gestión, de sus
reprobables antecesores salvo aun en el monumental asunto de la corrupción
desmedida , pero inclusive en el olvido de sus compromisos de campaña por
conveniencias coyunturales.
Es así como la
remanida promesa de "acabar con el
curro de los derechos humanos" ha sido reemplazada por el "curro de la devastación de
instituciones fundamentales de la Patria". El otro curro goza de excelente salud.
Pero lo más
lamentable y peligroso de este panorama es que en los meses por venir estaremos
sometidos a un dilema para visualizar el gobierno futuro, entre una alternativa
de burócratas casi ineptos y voluntaristas, dirigidos por "un líder débil, sin decisión
ni carisma" o una banda mafiosa de sinvergüenzas sin honor conducidos por una bandolera serial experta
en mentiras, desfalkos y komedias.
Y antes o después de
ese incierto acto electoral, asistiremos a un recrudecimiento de exigencias
cada vez mas desmedidas que generarán y utilizarán la violencia en sus diversas manifestaciones
y metodologías hasta llegar a los extremos de una anarquía casi incontrolable,
con resultados sangrientos, especialmente en las grandes ciudades.
Evidentemente MM y
sus acólitos no tienen capacidad prospectiva para prever los acontecimientos
por venir.
Más aún deprecian de
una forma u otra la capacidad de las fuerzas del Estado para proteger a sus
ciudadanos del desorden y la barbarie.
Por lo tanto la indefensión
y consecuentemente la inhabilitación del Estado para actuar en defensa de sus
instituciones y la vida, es un principio
aplicable para quizás huir cuando haya que luchar nuevamente por la libertad.
No será la primera
vez que ocurra.
En todo ese lapso y
circunstancias, deduzco tres objetivos implícitos en el ánimo y la acción de la
corporación política; en primer lugar las FFAA no podrán nunca más constituirse
como alternativa para desalojar gobiernos insostenibles y recuperar la vigencia
de las instituciones. Así entonces los dirigentes de turno podrán reciclarse
indefinidamente cualesquiera sean los reclamos del pueblo y las aberraciones
cometidas.
Luego, el presupuesto
militar puede seguir reduciéndose sin atención
a ninguna lógica, inclusive para preservar e incrementar privilegios de los
personajes de diverso nivel y responsabilidad de la mencionada corporación,
encaramados en jerarquías y ámbitos ejecutivos, legislativos y judicial.
Es fácil y posible. Prácticamente
nadie se opondrá.
No se producirán
paros ni manifestaciones reivindicatorias. Esa alternativa los deja tranquilos
y con las manos libres para "continuar
operando".
En tercer lugar las
instituciones militares a través de dos siglos de vigencia de nuestra
independencia, han conformado un
patrimonio físico y espiritual, necesario para su capacitación,
sostenimiento logístico y de servicio al país, el cual es en extremo
apetecible para nuestros "iluminados políticos".
Este patrimonio se ha
transformado en un "coto de
caza" a fin de originar negocios y también ubicar a parientes,
secuaces, militantes, testaferros con sueldos sobradamente generosos.
La mayor virtud que
deben acreditar, como hemos expresado, es "no
saber nada de lo que deben administrar", reemplazando así a
profesionales militares que han sido preparados para ello y tienen derecho por
ser un ámbito específico de las fuerzas.
Y, obviamente, los
argumentos para justificar esas irresponsables arbitrariedades, se adaptan según
las circunstancias, para consumo de una opinión pública alienada por urgencias
coyunturales, permeable a razonamientos
insostenibles envasados en prolijos paquetes de mentiras, aplicables a
ese fin.
En última instancia
la política de defensa debe ser un misterioso plan de desguace, mantenido en
secreto, y caracterizado por operaciones sigilosas, las cuales una vez
consumadas destruyen en poco tiempo estructuras y valores que costaron décadas
construir y consolidar.
El Foro de Sao Paulo es un mecanismo de concertación política de partidos y organizaciones de izquierda de América Latina y el Caribe, fundado en Brasil en 1990 |
Me consta que los
comandantes actuales de las instituciones y también sus paralelos de las
fuerzas de seguridad, especialmente el conductor de nuestro Ejército, han
planteado y plantean sus objeciones fundadas ante tamaño despropósito, pero sus
interlocutores evaden definiciones y dejan que el desguace continúe, salvo que
deduzcan un impacto político significativo a favor o en contra, máxime en este período
tan particular de "renovación política???.
Esta aseveración de
por sí es una noticia alentadora. Siempre hemos esperado contar con comandantes
que pusieran por delante sus deberes antes que sus conveniencias y apetencias
personales.
Desgraciadamente
sujetos complacientes dirigieron las instituciones durante un largo tiempo,
aplicando el principio de la "obediencia
debida desmedida y utilitaria".
Y esos esfuerzos racionales y valientes de los
actuales mandos, evidentemente no resultan convincentes ni favorables para quienes
regulan según sus caprichos e intereses y son los sakeadores de turno.
Es así como se
pierden jirones de nuestra historia, valores y patrimonio material y espiritual
que son irrecuperables.
Por ello afirmo que
esta acción necesaria y justa, no es suficiente.
Si la llamada "familia militar" en realidad
existe y no es una ficción, sus integrantes deberían movilizarse sin demora
para hacer escuchar su voz por todos los
medios lícitos, formales o informales posibles, en la mayor amplitud y extensión
compatible.
La consigna sería
simple ¡¡¡DETENGAN LA DEPREDACIÒN!!!
Nuestro territorio en
el mar, el aire y el cielo, consolidado a través de sangre, sudor y lágrimas
por nuestros ancestros, en esa iluminada
concepción, por lo visto tiene la capacidad de "cuidarse solo" y además "no existe posibilidad alguna de ambiciones abiertas y o
encubiertas de conquista y o dominación" mas allá o dentro de nuestras
fronteras.
Llámense hipótesis de
conflicto o como se las quiera denominar.
Entonces el
pensamiento prospectivo para analizar escenarios posibles en el largo, mediano
y corto plazo y estar así prevenidos, no tiene utilidad práctica.
Porque no interesa y
no se requieren planes de contingencia para enfrentar conflictos graves y
posibles.
Cuando aparezcan
veremos cómo reaccionar.
Centenares de
expertos estratégicos encaramados y sostenidos con generosidad, ejercitan sus
lenguas hiperactivas en sus cómodas oficinas y también cuando les ponen cámaras
de TV, para justificar su sapiencia, permeables por cierto a las necesidades
coyunturales de sus capataces de turno.
En la verborragia
referida siempre aparecen argumentos para justificar cualquier cosa, sea en el
plano estratégico, operativo, tecnológico, social o cultural.
En una de las periódicas
conversaciones que mantengo con un distinguido amigo extranjero experto en política
internacional, muy conocedor de la realidad argentina y preocupado por ella, y
a partir de mis reflexiones e informaciones sobre estos temas, me decía un poco
jocosamente, que el imagina al ministro de indefensión que supimos conseguir y
sus "lúcidos asesores estratégicos",
como "un elefante en un bazar
acompañado por una banda de monitos con navaja".
Sin comentarios.
Consecuentemente
entonces en el razonamiento de estos aprendices de conductores ¿porqué y para qué
gastar dinero y energías en la afirmación de una capacidad institucional
prescindible?.
Más aun y reiterando
lo enunciado en párrafos anteriores; ¿qué les impide apoderarse del patrimonio
de las fuerzas construido a través de la historia, para producir divisas útiles
en otras áreas, inclusive en el sostenimiento y acrecentamiento de la enorme
red de privilegios políticos y burocráticos, sin dejar de tener en cuenta por
cierto los intereses bolsillísticos de responsables, operadores y testaferros
de acompañamiento?
En todo caso
procedamos en el mayor secreto y sibilinamente para no generar oposiciones
abiertas, hasta que todo esté consumado y salir indemnes de cualquier investigación
de las que nunca llegan a nada.
La innecesaria,
inoportuna e inconveniente guerra por la recuperación de nuestras Islas
Malvinas, concebida para salvar a un gobierno que desde mucho tiempo atrás había
cumplido los objetivos para los cuales accedió
al poder político, fue el acta fundacional del proceso de destrucción de
nuestra Defensa Nacional.
Una vez más la ambición
desmedida de dirigentes de turno, en este caso militares pero luego imitada con
la misma caracterización por políticos mediocres, nos lanzó a un barranco por
el cual seguimos rodando hacia el abismo.
Y aquí comenzó el
deterioro nunca detenido de nuestras FFAA, sacrificadas
como instrumento de ambiciones políticas y venganza, de sectores diversos, especialmente políticos,
que olvidaron sus sagrados deberes en el altar de apetencias desmedidas e
injustificables, personales y sectoriales, aplicando con ese fin una irracional
doctrina que apunta al suicidio nacional.
Es así como a partir
de la llegada de Raúl Alfonsín, comenzó
el verdadero proceso de destrucción sistemática
de las instituciones, surgido de condicionamientos exteriores a los cuales el
mencionado fue permeable y la necesidad convergente por razones internas, de limitar al máximo
sus capacidades y así impedir su irrupción
en los procesos políticos.
De alguna manera un
salvoconducto para obtener un reciclamiento constante e ininterrumpido de la corporación
política, por supuesto aun en vigencia y desarrollo.
En aquella
oportunidad quedó firme, con la anuencia de la cúpula militar de entonces, la
falacia de que los hechos producidos
durante la guerra contra la subversión no eran de naturaleza política y por lo
tanto debían ser evaluados por normas jurídicas totalmente ajenas a la
naturaleza de ese drama que nunca buscamos.
Fue el arma ideal para que con la llegada de los KK se consumara la venganza de aquellos mercenarios derrotados y miles de soldados, militares y también civiles, combatientes por la libertad, fueran encarcelados sin derecho alguno quitándoles su vital libertad y el contacto con sus sacrificadas familias, por el resto de su existencia.
En esta original concepción
de la defensa nacional que estamos analizando, los integrantes de las FFAA y de
Seguridad, son prácticamente herramientas que se usan cuando los peligros
apremian, y luego se desechan arrojándolas por la ventana.
Y el proceso aún
sigue con vigor pese a promesas preelectorales de nuestros mediocres políticos,
cuyo único objetivo es llegar al poder y después veremos.
Y aquí está el
principal disvalor impuesto por la corporación en su deficiente y suicida política
de indefensión; aplastando y pisoteando para ello, los principios básicos de
las instituciones armadas, vigentes e imprescindibles a través de la historia,
en las fuerzas militares del mundo
En primer lugar la
sagrada vocación y el juramento de morir si es necesario cuando la Patria esté
en peligro y capacitarse para ello, aceptando sacrificios y privaciones a fin
de estar preparados personal y operativamente hacia esa emergencia.
La abolición de la "obediencia debida", insumo básico
que une a los mandos de todos los niveles a fin inclusive de exponer su vida en circunstancias en que la preservación
de la sociedad lo demande.
Y consecuentemente la
licuación de la disciplina, la confianza y la lealtad.
Por otra parte las
insuficiencias presupuestarias cada vez más marcadas y arbitrarias y la
estrechez de las retribuciones para personal con dedicación exclusiva, sin
horarios ni límite de esfuerzos y exigencias personales, inciden
significativamente en la capacidad espiritual y operativa de los conjuntos y su
compromiso de morir por la defensa de la Patria
Ignorar
desaprensivamente estos derechos constituye una política en extremo peligrosa
Entonces; ¿a quién,
con qué argumentos, orientación, objetivos y medios, encuadramiento legal y
apoyo político, movilizarán nuestros esclarecidos dirigentes para imponer la
paz interior y restituir la soberanía, cuándo el destino de la Patria lo haga
imprescindible?
Paz interior
visiblemente amenazada por la anarquía creciente de sectores y mafias, que recurrirán
a la violencia para exigir arbitrarias reivindicaciones y hasta querrán deponer
gobiernos.
Soberanía afectada y
fracturada ante ataques y agresiones de diverso tipo, magnitud y metodología
impulsados por países hostiles y o
intereses de organizaciones delictivas de poder transnacional con la colaboración de los siempre presentes
cipayos facilitadores.
Es indudable que la fórmula
utilizada en los 70 que expresaba "animémonos
y vayan", ante la realidad trágica conocida, no tendrá aplicación
posible.
Y estas peligrosas
circunstancias pueden estar acechando a la vuelta de la esquina.
Como decíamos en párrafo
anterior, no es posible seguir contemplando el partido desde la tribuna
presenciando el festín de los depredadores, con los brazos cruzados y una
indiferencia que puede oler a cobardía.
Cada uno deberá hacer
lo que pueda aunque mínimo, con los pocos medios a su alcance.
Vivimos
circunstancias decisivas.
Por mi parte éste es
mi modo de llamar al protagonismo e intentar conmover. Y estoy listo para
accionar con las armas de la legalidad donde y cuando se me convoque.
No escribo con pseudónimos.
Doy la cara como lo he hecho a lo largo de mi vida. Si mis corresponsales
desean les agradeceré difundan en sus redes ésta mi apelación.
Como digo siempre, no
soy el dueño de la verdad. Acepto que me demuestren que estoy equivocado, con
argumentos valederos.
Que DIOS y su SANTA
MADRE, nos protejan y nos salven del abismo cada vez más cercano.
Por lo menos. así, lo
veo yo.
Francisco Cervo.
NOTA:
Las imágenes no corresponden a la nota original.
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