viernes, 31 de mayo de 2019

¿HUBO COMBATE EN MANCHALÁ O NUNCA EXISTIÓ?



Por Mauricio Ortín
28/05/2019

Hoy se cumplen 44 años del Combate de Manchalá. Éste se libró dentro y en los alrededores de la escuela de ese caserío rodeado de cañaverales de la provincia de Tucumán. Los sucesos se desataron el 28 de mayo de 1975 cuando, hacia las 17.30 horas, la compañía completa del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) con ciento veinte combatientes atacó a un grupo de doce soldados y dos suboficiales de la Compañía de Ingenieros de Montaña 5 con asiento en Salta, que se hallaban reparando el edificio escolar, en el marco de la Operación Independencia.

El objetivo del ERP era la toma de la ciudad de Famaillá y el aniquilamiento del allí asentado Comando Táctico del Ejército que luchaba contra la guerrilla. Quiso el azar que los terroristas en su camino se cruzaran con estos valientes soldados y que sus planes de destrucción y muerte se frustraran en Manchalá.

La estrepitosa derrota entrañó el principio del fin de la aventura totalitaria del ERP en el monte tucumano. En honor y agradecimiento a ese puñado de salteños que libraron ese combate heroico en defensa del gobierno constitucional de Isabel Perón, de la integridad del territorio nacional y de la vida en libertad de los argentinos, se levantó en la ciudad de Salta el monumento al Combate de Manchalá. Por idénticas razones, a la Escuela Rural 89, ubicada en Colonia Tres de Febrero, del departamento de Uruguay, de la provincia de Entre Ríos, se le impuso el nombre de “Combate de Manchalá”.

Lo dicho hasta aquí son los hechos; lo que sigue a continuación, es el falseamiento grosero de los mismos por parte de distintos agentes; entre ellos, impúdicos legisladores. Falseamiento que, además, se enmarca en un plan sistemático global de destrucción moral y material de las Fuerzas Armadas que lleva el pomposo título de “política (de Estado) de derechos humanos”.

Un rasgo típico del estado totalitario (comunista o nazi) es la adulteración de los hechos históricos significativos, llegando incluso a la negación o la invención de los mismos, a los efectos de acomodarlos a su estrategia de dominación.

En esta lógica perversa, un monumento en Salta y una escuela en Entre Ríos refutaban y denunciaban, públicamente, el falaz relato sobre lo ocurrido en la guerra contra la subversión. Relato que, dicho sea de paso, fue asumido por todos los jueces y fiscales de la justicia federal y, en general, por todos los políticos argentinos, como verdad revelada.

Dos casos de muestra

El primero es el insólito aval, que dio la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados de la Nación (orden del día 3005, año 2005) al proyecto presentado por el diputado Rivas y otros para que el Congreso Nacional peticione al Poder Ejecutivo de la provincia de Entre Ríos el cambio de nombre de la escuela “Combate de Manchalá”.

En sus considerandos, subestimando la acción heroica que dio nombre a la escuela, el proyecto sostiene: “En rigor, la caracterización de ese enfrentamiento como “combate” corre por cuenta del Ejército Argentino y por sectores que reivindican a la represión ilegal y al terrorismo de Estado.” Y frente al decreto 261/75 de Isabel Perón que dispuso el marco legal para que las Fuerzas Armadas operaran a los efectos de “…aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”, otro considerando, dice: “Esa norma fue la excusa que encontró el Ejército Argentino, para convertir a esa provincia en laboratorio de ensayo de las prácticas de terror que se implantarían en todo el territorio nacional a partir del 24 de marzo de 1976.”

El segundo gran falseamiento y golpe contra la verdad es responsabilidad del ex concejal del Concejo Deliberante de la ciudad de Salta Martín Ávila y de los ediles que, con él, aprobaron la infame resolución 37/12 que peticiona al ex terrorista Luis Duhalde, por entonces Secretario de Derechos Humanos de la Nación, realice los trámites pertinentes para la demolición del monumento al Combate de Manchalá.

En dicha resolución, curiosamente, los argumentos esgrimidos son idénticos a los del proyecto sobre el cambio de nombre de escuela. Pues bien, en los considerandos de la 37/12 se dice, que: “el denominado “Combate de Manchalá […] es sin duda un acto más de terrorismo de Estado”; y “Que, tal monumento no hace referencia a un combate, sino a un proceso de aniquilación/exterminio,…”

Pues bien, estas acciones sistemáticas perpetradas con argumentos infantiles y malintencionados por parte de funcionarios públicos contra un hecho conocido demuestran que “el Combate de Manchalá” constituye para los que falsean la historia un objetivo clave a tergiversar.

Dudar de que se trató de un combate, afirmando que esa es la versión del Ejército Argentino (por lo tanto no confiable para los detractores), no constituye un argumento válido por interpretar que el Ejército Argentino se comporta como sujeto moral independientemente de los hombres que lo integran.

Afirmar, por otro lado, que el combate fue “sin duda un acto más de terrorismo de Estado”, implica necesariamente considerar terroristas a los soldados que participaron (¿acaso debían dejarse matar por los del ERP?). En cuanto a que el decreto de Isabel Perón, que ordenó la Operación Independencia, “fue la excusa que encontró el Ejército Argentino para convertir a esa provincia en laboratorio de ensayo”, es una tontería siniestra que no resiste el más elemental análisis. Ello, porque nunca se habría firmado el decreto 261/75, que ordenaba el aniquilamiento, si el ERP no hubiera lanzado la guerrilla. Fue el ERP el que inició la acción. Otra vez, ¿qué se supone que debía hacer el gobierno? ¿Acaso no reprimir y entregar Tucumán a los terroristas?

Para desgracia del relato, la Escuela Rural 89 de Colonia Tres de Febrero de la provincia de Entre Ríos sigue manteniendo orgullosamente el nombre de “Combate de Manchalá”; no pudieron con los entrerrianos. El monumento que, en Salta, honraba a los bravos de Manchalá fue destruido en el año 2013 por el gobierno de Cristina Kirchner, en connivencia con gobernador Juan Urtubey y el ex intendente Miguel Isa, que miraron para otro lado. Pero la presión de un grupo de salteños y militares hizo que un nuevo monumento al Combate de Manchalá se erigiera en el mismo lugar donde el primero fue destruido.

Hoy se cumple un nuevo aniversario de ese importante combate ganado a los que solo traían miseria y sufrimiento a los argentinos. Para la no honorable Cámara de Diputados de la Nación, el Combate de Manchalá es, todavía, un acto de terrorismo de Estado. Por vez primera, desde la vuelta de la democracia en el año 1983, un Jefe del Estado Mayor del Ejército Argentino, acompañado por autoridades del Ministerio de Defensa, el 21 de mayo pasado en Salta ha rendido formalmente honores a los soldados salteños que actuaron a la altura de las circunstancias. Ya va siendo hora de gritar por Manchalá un ¡Viva la Patria!

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