sábado, 14 de marzo de 2020

ORACIÓN Y ACCIÓN

Ciudad de Buenos Aires, 10 de marzo de 2020

Sr. Director:

Cuantas veces hemos escuchado esa frase que dice “la oración sola no basta… debe ir acompañada de la acción”. Y obviamente la misma está dirigida a aquellos que manifiestan ser personas de Fe y que esperan todo exclusivamente de la oración. En tal sentido no obran en consecuencia y confían en que las soluciones les vengan desde el cielo.

Lo cierto es que es que hay que orar como si todo, absolutamente todo, dependiese de la oración y, al mismo tiempo, obrar o actuar como si Dios no existiera y todo dependiese de la acción.

Estos párrafos sirven de introducción para que intentemos analizar a través de este escrito, cuál es el deber del Cristiano de hoy ante la terrible crisis que vive el ser humano, cada vez más apartado de Dios en un mundo “sindiosista” y apóstata en el que ya la persecución religiosa desde el mismo poder mundial masónico y de gobiernos sirvientes de la revolución anticristiana, se ejecuta abiertamente y a través de todos los medios de comunicación posible.

Sin dudas los Cristianos de hoy están más preparados para la oración que para la acción y concretamente muchos no tienen claro qué es lo que tienen o deben hacer y caen en la confusión (otro signo claro de los últimos tiempos).

Tratando de poner, humildemente, mi granito de arena para clarificar la mente de algún compatriota confundido, desde hace muchos años he sido recurrente en escribir cartas de lectores y artículos haciendo especial hincapié en la revolución anticristiana y sus consecuencias tremendas sobre una Patria Católica. Y a ese respecto fui muy insistente durante los gobiernos apóstatas de los Kirchner y de Macri sobre que, el enemigo satánico y masónico al cual ambos servían, si llegaba a alcanzar el objetivo de imponer el aborto y la ideología de género, nuestra Patria, de hecho, dejaría de ser una Patria Católica. Digo “de hecho” porque, mientras haya en este suelo argentino, un solo hijo de Cristo Rey dispuesto a dar su vida por Él, la Patria Católica no morirá jamás.

Pero lo cierto y concreto es que la persecución religiosa está presente y oficializada por el poder político. Es el mismo gobierno que, como sea, quiere imponer la revolución anticristiana en la Argentina. Y entonces los Cristianos nos preguntamos: ¿Qué hacemos? ¿Nos ponemos a rezar con intensidad para que esto no prospere?... Pero si los mismos curas (no todos por Gracia de Dios), los domingos en la misa no dicen nada al respecto, actúan como si nada de esto existiese y se limitan a comentar el Evangelio del día como si nada… En Chile todos los días incendian una Iglesia y destruyen sus imágenes sagradas y aquí, llegado el domingo, en la misa nadie comenta nada… ¿miedo, cobardía?, seguramente. Lo cierto es que ese miedo o cobardía se convierte en complicidad ante la falta de acción…

Bueno no importa que no nos acompañen los sacerdotes, oremos igual… ¿pero que más hacemos?... ¿llamar a todos los Cristianos a una multitudinaria marcha para que el poder político tome conciencia que no aprobamos sus políticas inmorales y degeneradas?... Pero eso no tiene sentido porque vivimos en una democracia totalmente desnaturalizada que hace oídos sordos a los reclamos del pueblo Cristiano… Marchar o juntar firmas para pedir que el enemigo deje de actuar como enemigo, no parece algo razonable…

Entonces oremos y al mismo tiempo escribamos cartas de lectores, artículos, libros o lo que sea para advertir a la población sobre estos proyectos satánicos… Pero ocurre que no tenemos medios de prensa afines, salvo honrosas excepciones como el diario La Prensa, todos están a favor de los pañuelos verdes…

Accionemos sobre diputados y senadores para que voten en contra del aborto y de la ideología de género… Aunque ya sabemos que todo el poder político está corrompido y la mayoría es partidaria del modernismo anticristiano…

Entonces, ¿qué nos queda para que los Cristianos podamos acompañar nuestra oración con la acción?... Y a este respecto digo que, independientemente de que tengamos todo en contra y seamos perseguidos por el enemigo y abandonados por muchos que creíamos aliados, nos queda la lucha y el Buen Combate en el cuál, llegado el momento, que por cierto no está lejos, los verdaderos hijos de Cristo deberemos dar importante Testimonio para mayor Gloria de Dios y de la Patria Católica y Sanmartiniana.

¡Viva Cristo Rey¡ ¡Viva María Reina!

¡Por Dios y por la Patria!


Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.




NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.

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