por Enrique G. Avogadro
"Quienes asumen hoy el
gobierno, a todo lo largo del país,
deben saber que fueron elegidos para desempeñar
un servicio a la Nación; no para gozar de las ventajas
del poder ni extenderlas a las personas
de su relación familiar o política".
Arturo Frondizi
deben saber que fueron elegidos para desempeñar
un servicio a la Nación; no para gozar de las ventajas
del poder ni extenderlas a las personas
de su relación familiar o política".
Arturo Frondizi
Si alguna duda quedaba acerca del verdadero
carácter de Alberto Fernández y la probabilidad de alguna separación de su
Vicepresidente, esta semana quedó absolutamente descartada. Cristina Fernández,
sin duda, entró en un camino sin retorno para obtener la impunidad que buscaba
para sí misma, para sus hijos y los cómplices que integraban -y aún lo hacen-
la asociación ilícita que comanda, y el Presidente obedeció sin chistar; es
más, ha comenzado a radicalizarse, como lo muestra el renovado impulso para transformar
al Poder Judicial en Justicia Legítima y los conflictos que ha generado con
todos nuestros países amigos.
Tampoco había actuado en contra de los
deseos de su mandante cuando sendos cuatro de copas intentaron excluirnos del
Mercosur u obtener la liberación de Ricardo Jaime y Martín Báez, cuando puso a
Juan Martín Mena -denunciado- al frente del programa de protección de los
testigos denunciantes, cuando designó a María Fernanda Raverta en la ANSES, a
Félix Crous en la Oficina Anticorrupción, a Carlos Chino Zannini en la
Procuración del Tesoro, y a tantos otros.
Nada debería sorprendernos, puesto que lo
sabemos nada más que un mentiroso consuetudinario y un eterno gerente de las
decisiones de sus jefes, pero sí lo hace la apatía con la que esta sociedad,
tan hipócrita y tan anómica, tolera las maniobras que la señora realiza,
sirviéndose tanto de la multitud de fieles que ha insertado en la estructura
del Estado cuanto de muchos jueces federales venales, a los cuales paga
retribuyéndoles con simétrica impunidad para sus delitos en el Consejo de la
Magistratura, que también controla. El mismo jueves, lo logró con Luis
Rodríguez, Rodolfo Canicoba Corral y Alejo Ramos Padilla, éste último
precisamente la herramienta que había usado para intentar descalabrar la causa
del memorándum con Irán encharcando la cancha.
Tal vez este último punto sea el que
produce más repugnancia, puesto que esos mismos magistrados son los que
resuelven, diariamente, sobre la libertad y el patrimonio de todos nosotros, de
nuestro buen nombre y honor, mientras exhiben con total falta de vergüenza
lujosos bienes que jamás podrían haber adquirido con sus salarios. Basta, para
comprobarlo, contemplar la fastuosa mansión de la esquina de Catamarca y
Villate, frente a la residencia presidencial de Olivos, los automóviles
antiguos y modernos, los viajes en aviones privados, los studs y caballos de
carrera, etc.
Es cierto que el peronismo fue el creador
de ese sistema de intercambio de favores desde los ya lejanos tiempos de Carlos
Menem, pero los otros partidos que llegaron al poder desde entonces lo
utilizaron, contribuyendo enormemente al desprestigio del Poder Judicial, pese
a que éste debiera ser el garante constitucional de los derechos de los
ciudadanos y la barrera definitiva contra los abusos del Ejecutivo. Así,
quienes no gozamos de las mieles del poder, quedamos en manos de estos
tránsfugas, capaces de vender hasta su propia madre si ello les reporta un
beneficio.
El otro tema de la semana, claro, es la
complicada negociación de la refinanciación de la deuda, tan meneada en la
prensa en todas sus expresiones. Me parece que, al respecto, cabría preguntarse
por qué se ha transformado en un problema, dado que casi todos los países del
mundo, incluidos los Estados Unidos, Japón y China, mantienen un endeudamiento
muy superior al de la Argentina, obviamente medido en porcentaje de su PBI. Y
si consideramos que gran parte de nuestras obligaciones son "intra-Estado", el drama
debiera reducirse más aún.
Entonces, ¿por qué estamos en esta
situación tan dramática y con serias probabilidades de caer en default? La
respuesta es inequívoca: no merecemos confianza alguna por parte de los
acreedores. Y que éstos tienen razón en desconfiar de nosotros, porque somos
incumplidores seriales. En este momento, y debido a la enorme impericia que
está mostrando el equipo económico -en realidad, nada más que un team
negociador- y, sobre todo, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel
Kiciloff, el riesgo de caer, por décima vez, en la insolvencia es
verdaderamente alto.
Resulta imposible olvidar que éste último
fue quien encabezó las ruinosas -para la Argentina- negociaciones con Repsol
por la estatización de YPF, y con el Club de Paris, al cual prometimos pagar
hasta los intereses punitorios. En ambos casos, el entonces Ministro se limitó
a tapar con bonos a los reclamantes, y así nos fue. Sospecho que, detrás de
Repsol entonces y, ahora, de los accionistas de YPF que nos demandan en los
tribunales de Estados Unidos por no respetar el estatuto de la empresa, se
encuentren los Kirchner, al igual que lo hicieron, usando como pantalla a los
Eskenazi, en la "compra"
del 25% de la empresa.
Por eso, el asco me subleva cuando veo a
Máximo Kirchner reclamando se cobre un impuesto confiscatorio a los ricos, en
nombre de una invocada solidaridad, que tanto ignoraron sus padres y él mismo
cuando saquearon el país y se llevaron años del trabajo de todos nosotros para
convertirse en la familia más rica del país.
Bs.As., 16 May 20
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
Todos sabemos que los k son y serán corruptos ,pero los jueces para que le pagamos,es una verguenza ver moralmente a una sociedad sin ejercer sus derechos y justicia .Toda nación tiene lo que se merece y nosotros somos y seremos una nación mediocre sin justicia educación y libertad
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