Aumentan los casos de coronavirus entre los
presos de lesa humanidad
Por Agustín De Beitia 25.07.2020
Un día después de que murieran por coronavirus dos de los militares presos en la Unidad Penal 34 de Campo de Mayo y otros 27 contrajeran la enfermedad, las condiciones de detención de esos reclusos poco ha cambiado, por lo que sus familiares denunciaron en una carta que “los están asesinando de forma legal”.
En la misiva recuerdan que estos soldados,
que “en la década del 70 combatieron
contra el terrorismo que asoló de manera sangrienta a nuestro país”, están
presos desde hace más de 18 años “soportando
de forma estoica ese confinamiento”, pese a haber recibido “órdenes del Ejecutivo”.
“Ahora
con un promedio de 74 años de edad, y con problemas de salud, conviven con
camaradas que se han contagiado con el Covid-19”,
dicen.
“Los
jueces, hasta el momento, han dicho que están mejor cuidados en el penal que en
prisión domiciliaria”, pero la realidad es que “no están ni mejor, ni aislados”,
aclaran los familiares, por lo que expresan: “los están asesinando ¿legalmente?"
“Ya
no podemos mantenernos callados”, dicen los autores
del texto. “Reclamamos e intimamos a los
jueces correspondientes y a Casación que sean enviados a prisión domiciliaria
pues ya está comprobado que en esos penales están en peligro inminente”.
La carta está firmada por Graciela de la Villa, Ana María Buzzi, Claudia Becerra, Nilda
Fernández y Nora Lobosco, entre
otros.
Los dos fallecidos son Juan Domingo Salerno, suboficial retirado de la Policía bonaerense
y el coronel Edberto González de la Vega.
Los otros 27 casos positivos de Covid-19 se
encontraban en la Unidad Penal 34 de Campo de Mayo, que alojaba a casi 70
presos en total. En el Pabellón B resultaron afectados todos los reclusos, por
lo que fue vaciado y clausurado, mientras que en el Pabellón A resultaron
afectados un tercio de los detenidos. Los otros pabellones están aislados.
Los 27 contagiados fueron trasladados
inicialmente al Hospital Penitenciario Central de Ezeiza, pero 10 de ellos, que
pertenecen al Ejército, fueron finalmente derivados al Hospital Militar Central
tras una gestión de la cúpula de esa fuerza.
Tres días antes de que estallara este
contagio, más de 40 detenidos en alcaidías de la Ciudad con Covid-19 positivo
fueron trasladados a las unidades carcelarias del Servicio Penitenciario
Federal.
Como resultado, 11 ancianos enfermos, todos
mayores de 70 años y algunos minusválidos, alojados en el hospital
penitenciario, debieron ser trasladados al pabellón 6 de la Unidad Penal 31 de
Ezeiza, donde carecen de la atención que sus edades y condiciones de salud
requieren.
Los pabellones en la U31 tienen pequeñas
dimensiones, semejantes a un pasillo con seis celdas mínimas de cada lado. Al
ingresar, de un lado están los baños y, del otro lado, una sala de estar de uso
compartido. Allí estuvieron conviviendo los once durante los últimos días,
incluido uno que dio positivo para coronavirus y luego fue llevado al Hospital
Muñiz. De los 10 restantes, cinco dieron esta noche positivo, con lo que el
total de militares presos contagiados asciende ahora a 32.
Todas las advertencias sobre el peligro que
significa esta pandemia para prisioneros comprendidos en la población de riesgo
fueron desoídas y los pedidos de prisión domiciliaria denegados, lo que plantea
serios interrogantes sobre la actuación de jueces y autoridades responsables.
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