“No nos chupemos el dedo, nosotros nunca pensamos en la democracia”, dijo Luis Mattini, el último secretario general del PRT y comandante en jefe del ERP tras la caída de Santucho. Las organizaciones subversivas en Tucumán, el decreto de Isabel Perón, el Operativo Independencia y el enfrentamiento donde cayeron el subteniente Berdina y el conscripto Maldonado
9 de Septiembre de 2020
Miembros de la Compañía de Monte del ERP |
En su libro La revolución imposible, el periodista uruguayo Alfonso Lessa (Uruguay 2002, pág. 190) entrevistó a Arnol Juan Kremer, más conocido como “Luis Mattini”, el último secretario general del PRT y comandante en jefe del ERP, tras la caída de Mario Roberto Santucho el 19 julio de 1976:
Periodista: ¿Qué habría pasado si el ERP hubiera triunfado? ¿Hubiera
prevalecido la idea de establecer la democracia o de adoptar una dictadura del
proletariado?
Arnold
Kremer: No nos chupemos el dedo. Está bien la pregunta,
porque ahora hay una cantidad de compañeros que se hacen los blanditos. La
historia es la historia y hay que hacerla con la verdad. Pero la verdad es que
nosotros nunca pensamos en la democracia.
Nosotros pensábamos en la democracia en términos de Lenín, como un paso, un
instrumento para el socialismo, teníamos toda la concepción leninista más dura.
Para nosotros la sociedad socialista tenía una etapa previa que era la
dictadura del proletariado; y en eso que no se hagan los desentendidos.
Para lograr sus fines, el ERP siguió al pié
de la letra el consejo de Ernesto “Che” Guevara en la Conferencia
Tricontinental de La Habana de 1966: “....hay que llevar la guerra
hasta donde el enemigo la lleve; a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla
total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego
fuera de sus cuarteles, y aun dentro de los mismos; atacarlo donde quiera que
se encuentre: hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite...”.
Los militares lo sabían. De allí que a las 12 de la mañana del 9 de mayo de 1974, en pleno período presidencial de Juan Domingo Perón, con la firma del teniente general Leandro Enrique Anaya, se ampliaron las “instrucciones Nº 573/74” (seguridad personal militar del Ejército). Fueron dictadas porque “las organizaciones subversivas han reiterado su intención de continuar la lucha contra las FFAA, particularizando su intensidad contra el Ejército” y teniendo en cuenta que “dichas organizaciones subversivas están en capacidad para continuar su acción de terrorismo selectivo (secuestros, asesinatos, atentados, etc.) contra el personal militar en actividad y en situación de retiro.”
Mario Santucho, líder del Partido Revolucionario de los Trabajadores y comandante del Ejército Revolucionario del Pueblo
A esta altura de los acontecimientos, no
sólo se había atentado contra altos jefes de las Fuerzas Armadas, sino que
también contra unidades militares. Basta recordar los ataques del PRT-ERP al
Comando de Sanidad en el que muere, al frente de sus soldados, el teniente
coronel Juan Duarte Hardoy alcanzado
por un tiro en la zona hepática (septiembre de 1973).
La CGT condenó el hecho y
consideró que el ERP no es un ejército “sino
una banda armada… agentes de una contrarrevolución fomentada desde el exterior,
como lo viene denunciando Perón.” Días más tarde el presidente
interino Raúl Lastiri firmó el
Decreto 1453/73, declarando ilegal la actividad del PRT-ERP, algo que no había
hecho el ex presidente Héctor Cámpora.
También es asaltado el Regimiento de
Caballería 10 Húsares de Pueyrredón en Azul, Buenos Aires, durante enero de
1974. En esta acción tras ser degollado
el soldado conscripto Daniel Osvaldo González, muere el coronel Camilo Arturo
Gay y es secuestrado (y luego asesinado) el teniente coronel Jorge Roberto
Ibarzábal.
En uno de los puntos contemplados en el documento firmado por el general Anaya, de 8 carillas, se hace una evaluación: “El aparato subversivo es probable que incremente su magnitud y, paralelamente, su actividad en la medida que sea inoperante o estéril la acción que se ejerza contra las organizaciones terroristas clandestinas o contra los elementos de superficie que las apoyan.”
Copia del Decreto que ordena el “Operativo Independencia” en Tucumán |
Luego de más de un año de vigilar de cerca la presencia del PRT-ERP en Tucumán, se le ordenó al Ejército su intervención directa. El Poder Ejecutivo pasó a la ofensiva: el 5 de febrero de 1975, la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón firmó, en Acuerdo General de Ministros, el decreto Nº 261 que decía en lo sustancial: “El comando General del Ejército procederá a ejecutar las acciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”. Según el artículo 23 de la Constitución Nacional quedaron suspendidas las garantías constitucionales.
Una aclaración: el Ejército no sólo iba a
combatir contra guerrilleros argentinos, sino también extranjeros. Había unos
pocos europeos y estadounidenses, pero la mayoría eran latinoamericanos
pertenecientes al MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) de Chile, el ELN
(Ejército de Liberación Nacional) de Bolivia y MLN-T (Tupamaros) de Uruguay.
Todos ligados en la JCR (Junta Coordinadora Revolucionaria).
En este contexto, el Ejército comenzó a operar en Tucumán a las órdenes del general de brigada Adel Vilas. El 9 de febrero de 1975, 7 guerrilleros organizaron una emboscada en el borde norte del cerco ya instalado por la Brigada de infantería V, a lo largo del río Lules. Se eligió un área del camino San Pablo-Lules, en un tramo en que el camino queda encajonado entre dos barrancas. En la mañana del 14, un equipo de combate de la Brigada inició una marcha en busca de guerrilleros desde Los Sosa. Llegaron a Monteros y por la ruta nacional 38, atravesaron Villa Quinteros. Desde ahí por un camino secundario se llegó hasta Pueblo Viejo. Luego de sobrepasarlo, el camino no permitía continuar con vehículos. Se continuó a pie, alcanzando a las 16 horas las compuertas del río Pueblo Viejo, punto final de la marcha planificada. El jefe del equipo de combate, decidió regresar por una senda aledaña al río.
Medidas de seguridad del Ejército antes del Operativo Independencia |
Aproximadamente a las 17 la vanguardia del equipo detectó un grupo de unos 20 guerrilleros. Se inició un tiroteo. Los guerrilleros cruzan el río seguidos por los efectivos militares, mientras otro sector del equipo avanzó para cerrarles el camino de escape. Pero la oscuridad favorece a los guerrilleros que pueden eludir el cerco que se iba formando.
En este combate, fueron heridos el teniente
Rodolfo Vicente Richter (quedó paralítico), el subteniente Arias y el cabo 1° Orellana y -al acudir en su ayuda el jefe de la patrulla, Teniente
1° Héctor Cáceres- dio la vida por
los suyos. Los guerrilleros dejaron abandonados a dos muertos, “Tito”
(Héctor Enrique Toledo) y “Daniel” (Víctor Pablo Lasser).
El 24 de febrero, un avión de
reconocimiento se estrelló en el monte, y pierden la vida el teniente 1° Carlos María Casagrande y el
subteniente Gustavo Pablo López. Dos días después, un grupo
de la Compañía de Monte atacó un acantonamiento instalado en La Fronterita
(Famaillá).
En marzo, caen prisioneros dos guerrilleros
que intentaban subir al monte llevando un aparato de radio de alta frecuencia. La compañía de monte decidió suspender la
ayuda económica a sus integrantes, lo que produce un importante éxodo de los
mismos. Su jefe
considera la necesidad de intensificar el entrenamiento, limitando las
autorizaciones para bajar del monte a los que tuvieran problemas personales. La
conducción del ERP, enfatizó la necesidad de evitar enfrentamientos directos
con el Ejército. El cerco realizado por el Ejército comenzaba a producir
efectos.
En el Norte, el ERP vio dificultada sus
comunicaciones al oeste de la ruta nacional 38. El 11 de mayo de 1975, en un
control de rutas, el “sargento Lyn” (Wilfredo Contra
Siles, boliviano) mata por sorpresa al
subteniente Raúl Ernesto García. El estado mayor de la compañía baja a la
capital de Tucumán y estudian con la regional del PRT la posibilidad de realizar un importante operativo.
Se decide copar el Puesto de Comando Táctico de la V Brigada que estaba
en Famaillá. De lograrlo, se fusilaría a todos los oficiales y suboficiales, se
secuestraría al comandante Acdel Vilas para canjearlos con detenidos (y luego
fusilarlo de todas maneras), licenciar a los soldados, robar el armamento y
material que se pudiera y publicitar el operativo como una victoria popular en
el Día del Ejército.
Para lograr esto, resuelven:
1) Bajar del monte una importante cantidad de armas (fusiles,
ametralladoras, escopetas y pistolas), trasladándolas a la capital tucumana.
2) Reforzar la unidad de monte con terroristas provenientes de las regionales de Tucumán y Córdoba. Pese a tener problemas con algunos provenientes de Córdoba, que consideraron que no estaban preparados para una acción de esta envergadura, lograron reunir unos 150 guerrilleros.
Acdel Vilas y Domingo Bussi |
La marcha guerrillera se realizó con varias camionetas y camiones, dirigiéndose por un camino secundario a Famaillá. Próximos a la escuelita local en Manchalá encontraron sorpresivamente un Unimog con dos suboficiales y 9 soldados de la Compañía de Ingenieros 5, que estaban reparando dicha casita. Si bien los terroristas deberían haber continuado la marcha, ya que el objetivo estaba casi a la vista, decidieron enfrentar al grupo militar generando un tiroteo que alertó al resto de los soldados. En medio del mismo, quisieron continuar pero uno de los camiones quedó atascado en un pozo, a la vez que recibía fuego desde la escuela. El soldado apostado en la puerta cayó herido. Se generalizó el combate. Los guerrilleros intentaron copar la escuela sin éxito. La radio de los defensores fue inutilizada por un disparo: quedaron incomunicados y rodeados.
Un suboficial logró eludir el cerco y se
dirigió al Comando Táctico para solicitar apoyo. Éste se encontraba a 18
kilómetros. Vilas resolvió empeñar a todo su comando para poder apoyar a los
efectivos que se defendían en la escuelita. El ERP, al ver el convoy que se aproximaba, inició la retirada
abandonando armamento, materiales y documentación.
Como resultado de este combate, los
guerrilleros sufrieron la baja del “sargento Dago” (Domingo Villalobos
Campos), Ricardo (Juan Carlos
Irurtia) y heridos a “teniente Pedro”
(Héctor Burgos, chileno) y el “Hippie” (Ramiro Leguizamón). El
fracaso afectó nuevamente la moral de combate de la unidad del monte y su imagen
ante la población.
La Vª Brigada amplió su zona de operaciones
establecida que era de 4800 km² a 7200 km². Durante junio se continuó
secuestrando armas y se produjeron enfrentamientos menores donde mueren “Alberto”
(Tomás Francisco Tocoma) y “Gabriel” (Aldo Malmierca).
El “capitán Pablo” y el “teniente Roberto” bajaron a la
ciudad capital para estudiar la situación con la regional Tucumán. Regresaron
el miércoles 25 de junio de 1975 con la noticia de la pronta llegada del
Comandante del ERP, “Carlos” o “Robby” (Mario Roberto Santucho). A fin de ese mes, llegó el comandante “Carlos” con su estado mayor, quien
expresó a la plana mayor de la compañía que en el plano militar las operaciones
eran un fracaso. Exhortó a incrementar la preparación política y militar. Se
incorporaron 5 efectivos y se realizó un plenario de la compañía.
Mientras
Santucho permaneció en el lugar se planificó el ataque a un destacamento
militar ubicado en Las Maravillas (Los Sosa). La
operación fue planificada por el “capitán Raúl” (Leonel Mac Donald),
y ejecutada por el “teniente Armando” (Julio Ricardo Abad) y el “sargento
Joaquín” (Jorge Iriart Iramain). El 18 de julio, a las 20.30, con un
pelotón de 36 guerrilleros atacaron el
campamento. El enfrentamiento duró unas 4 horas, posteriormente el pelotón
se replegó hacia su lugar de reunión denominado El Tiro. El viernes 1º de
agosto, la Brigada ubicó El Tiro, logrando abatir a dos guerrilleros.
Luego de este ataque la Compañía de Monte se divide en 3 campamentos: 1) Norte: en la Horqueta, a cargo del “teniente Bartolo” (teniente Roberto Eduardo Coppo, uno de los que intervino en el asesinado del empresario Oberdam Sallustro) con 4 hombres. 2) Centro: en Niño Perdido, a cargo del “capitán Raúl” (Lionel MacDonald) con su estado mayor; en total 8 hombres. 3) Sur: en Yacuchina, a cargo de “teniente Marcos” (Raúl Penayo) con 5 hombres. Los guerrilleros se desplazaron hacia el sur, y en una emboscada muere el “sargento Lyn”.
El subteniente Berdina y el Soldado Maldonado, muertos en el combate de Potrero Negro en 1975 en Tucumán. El Ejército los recordó con un tuit, que luego borró |
El domingo 10 de agosto, la Brigada tomó conocimiento de que el ERP intentaría abrir tres nuevos frentes en el país: uno rural, en el área del ingenio Ledesma, con ramificaciones en Salta, Jujuy y NO de Tucumán. Otro en Córdoba en una zona de 60 Km. Y un tercero de las mismas características en el área de Villa Constitución (Santa Fe) y S. Nicolás (Bs. As.).
El 16 de agosto en un enfrentamiento muere
otro militar: el cabo 1° Miguel Dardo
Juárez. El 28 de agosto se localiza un nuevo campamento ubicado en Las
Carboneras a 3 Km. al oeste de Santa Lucía. Muere un guerrillero y hubo 2
heridos.
A fines de septiembre la V ª Brigada tomó conocimiento de la llegada de un nuevo pelotón
guerrillero para compensar las pérdidas sufridas y la instalación de un
campamento en un lugar prácticamente inaccesible (Quebrada de Artaza o
Chupadero de las Aguas Hediondas).
Esto evidenciaba la intención del ERP de mantener el frente rural en niveles constantes
de operatividad hasta abrir los otros proyectados. Se ordenó a la Fuerza de
Tareas Aconquija que atacara de inmediato el nuevo campamento.
La operación se realizó bajo condiciones
rigurosas (físicas y climáticas) agravadas por la resistencia subversiva, que
incendió cañaverales y realizó numerosas emboscadas. En varios enfrentamientos
(Arroyo Machado, Laureles Norte, Tres Almacenes y Santa Lucía), los guerrilleros sufrieron 17 bajas.
Entre el 4 y 5 de septiembre, una patrulla
que se acercaba a la zona de Potrero
Negro fue sorprendida y se produjo un nuevo enfrentamiento en el
que fue herido el subteniente Rodolfo Berdina y donde muere el soldado Ismael
Maldonado de la Compañía B del Regimiento de Infantería 28 de Monte.
El joven oficial mandaba la sección que
patrullaba el terreno, teniendo una “punta
de infantería” que le imponía las novedades por radio o estafeta. Al escuchar disparos Berdina se adelantó
para tomar el mando de la fracción y detrás suyo lo siguió Maldonado. Durante
el enfrentamiento Maldonado cae muerto y Berdina es herido por un guerrillero con
una pistola ametralladora 9 milímetros. Urgentemente es trasladado al
Hospital Militar Tucumán y sometido a una operación de urgencia. A pesar de los
esfuerzos de los médicos no pudo salvarse su vida.
Rodolfo Berdina, fue ascendido post mortem
a teniente, pertenecía a la promoción 105 del Colegio Militar de la Nación
habiendo egresado el 6 de diciembre de 1974 a la edad de 22 años. ¿Morir? Es un
decir, no murió porque para la mayoría
del Ejército solo se “desvaneció” (como
decía el general Mac Arthur: “Los viejos
soldados nunca mueren, sólo se desvanecen”). Todavía se lo recuerda… como a
tantos.
NOTA: El enlace a un extracto del documental (Parte 1) La Escuelita de Manchalá producido por
el Centro de Estudios Salta no
corresponde a la nota original.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!