Asistimos sorprendidos a la última suposición de la Fiscal
Fein respecto de la causa de muerte del Dr. Alberto Nisman. A punto de
cumplirse nueve meses del hecho, la zigzagueante conducta, así como las
disparatadas interpretaciones de la representante de la Vindicta Pública
desorientan al más pintado.
No hace falta enumerar cada una de ellas por harto
conocidas, pero su última "sospecha"
de que simplemente se trató de un "suicidio asistido" merece
al menos algunos comentarios al respecto.
Ha sido demostrado en forma concluyente que el arma
utilizada contenía en parte de su empuñadura y adyacencias, restos de pólvora
correspondientes al disparo que dio muerte al fiscal. También contundentes son
las pruebas de la inexistencia de dicha sustancia en sus manos. Por lo cual
quedó demostrado sin lugar a dudas que la víctima no disparó su arma, que no se
trató de un suicidio. Si fue un homicidio doloso, culposo o preterintencional,
o simplemente un accidente, es lo que debería resolver la Fiscal.
Pero fiel a su estilo la Dra. Fein insiste con los
disparates. Ahora asegura que se trató de un SUICIDIO ASISTIDO.
Este particular punto de vista nos lleva a imaginar que
habiendo ingresado un extraño al departamento, burlando alegremente la guardia permanente
montada en la puerta del edificio, el fiscal aprovechó la presencia del intruso
para pedirle que le pegue un tiro, ofreciéndole el arma a tales efectos y
cuidándose de hacerlo con guantes para no dejar rastro alguno. Cumplido el
pedido, el intruso abandonó la residencia y pudo salir sin ser visto por la
guardia ni captado por las cámaras de seguridad.
No merecen mayores consideraciones estas elucubraciones de
la Fiscal Fein. Si luego de nueve meses de investigación, todo lo que nos puede
decir es que se trató de un Suicidio
Asistido, entonces demos vuelta la página y abandonemos toda esperanza de
llegar a resolver este asesinato.
En una de sus últimas declaraciones la fiscal pidió que "la querella" aporte "pruebas directas" que
sostengan la hipótesis de que Nisman fue asesinado. Bonita manera de dar un
paso al costado y cargar a la esposa con la obligación de investigar,
eludiendo alegremente su propia
responsabilidad.
Pero volviendo al “suicidio asistido” debe quedar en
claro que al no estar tipificado en nuestra legislación, las manifestaciones de
la fiscal resultan abstractas, en nada afectan la investigación.
El suicidio asistido
se diferencia de la eutanasia en que es el mismo sujeto quien se da muerte,
asistido técnica o científicamente por un tercero quien le asesora sobre
métodos a tal fin. Pero no es contemplada tal posibilidad ni en la ley 26529
del año 2009 ni en la 26742 de Mayo último. Sólo se refieren una y otra a la “muerte digna”.
Y de las pruebas colectadas surge con absoluta claridad que
el fiscal Nisman fue asesinado, porque aunque Dra. Fein considere que el
intruso que ingresó al domicilio recibió autorización plena para descerrajarle
un balazo, aun admitiendo esa fantasiosa e improbable posibilidad… HABRÍA SIDO UN ASESINATO.
Dra. Fein, es hora de que se dedique a cumplir con el
fundamento de su cargo. Usted es la representante de la sociedad, usted es la
encargada de la investigación criminal y del ejercicio de la acción penal
pública.
Y usted hace nueve meses que está perdiendo tiempo,
permitiendo que la comisión de un magnicidio termine sin resolverse a causa de
la absoluta ineficacia del Ministerio Público.
Juan Manuel Otero
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