jueves, 8 de octubre de 2015

¡FERNANDA MEGÍAS… UNA DOCENTE VALIENTE!

5 de octubre a las 21:06

Hoy, 5 de octubre es el “Día Nacional de Homenaje a las Víctimas del Terrorismo”. Lamentablemente en horas de la mañana, en el Colegio donde me desempeño como Prof. De Historia, Convivencia, Construcción ciudadana, y Diversidad Cultural he sufrido otro atropello más a la libertad de expresión , a la igualdad, al respeto, pero una vez más han intentado silenciar e ignorar a las 1094 víctimas y sus familias.

Para recordar y rendir homenajes a los “Valientes de Formosa”, y a las “Víctimas del Terrorismo Montonero y Erpiano”, había preparado una cartelera con las fotografías que ustedes pueden visualizar, que no tienen nada de ofensivo. Siento que lo más doloroso es ver los rostros de esas personas que hoy ya no están y que les niegan constantemente todo tipo de derechos, tanto el reconocimiento, como la indiferencia hacia su familia.

En la jornada los chicos observarían un breve documental cuyo contenido eran los testimonios de los sobrevivientes y sus familiares y más tarde contaría con el testimonio de Liliana Cristina Saraspe junto a su hijo que estaban muy contentos y emocionados por tener esta importante oportunidad y que se conozca su historia.

Yo le había propuesto a la Jefa de Departamento y a la Rectora de poder hacer este Homenaje y ambas estuvieron de acuerdo con la aceptación de los Jefes del resto de las áreas (a excepción de una sola persona).

Todo transcurría con total normalidad hasta que apareció una docente con la mayor soberbia que se puede observar y sentir de una persona, y aires de diva, acompañada de fotógrafos a sacar fotos de mi trabajo y con una nota en mano , bajo amenaza que iría a los Derechos Humanos a denunciarme. Haciendo alarde de un poder que no tiene y que su apellido no le da. Solo tiene una historia, la de pertenecer a la otra parte.

Solo me pregunto ¿acaso su historia vale más que la de las víctimas de la guerrilla? ¿Acaso su apellido es más importante que cualquier otro? Pobre señora/docente... lo único que ha logrado es que sus propios alumnos sientan vergüenza de ella, todos salieron apoyarme (inclusive mis colegas) y en lugar de silenciarme... salió mal. Lo lamentable es que esto ha sucedido en un establecimiento educativo.

Finalmente, la Rectora me pidió que retire mi trabajo, y con mucha bronca y tristeza lo hice. Agradezco el apoyo de mis colegas que les había gustado mi trabajo, me felicitaron por ello, pero creyeron necesario llamar a los medios de comunicación para que esto se sepa... y así fue.

Llore de la bronca, no por mí, sino por Liliana y su hijo que una vez más les negaron el derecho a poder hablar.

Vaya mi homenaje a ustedes… esta lucha continúa.



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