María Luján Bertella
reflexiona acerca de la oportunidad histórica de discutir sobre los desaparecidos,
un tema que se retomó en vísperas de esta fiesta patria
La renuncia de Darío
Lopérfido al ministerio de Cultura porteño reflotó la discusión acerca de los
desaparecidos durante la dictadura cívico militar, luego de la controversia que
generó su reflexión sobre los procesos de violencia en el país y la
relativización del número de desaparecidos en un encuentro en Pinamar en enero.
En vísperas de la
fiesta patria que celebra los 200 años de Independencia, María Luján Bertella,
una ex detenida en la ESMA, reflexiona en una carta enviada a LA NACION sobre
las declaraciones del ex ministro y la oportunidad histórica de debatir acerca
de los desaparecidos durante la última dictadura.
En la carta, titulada
Paradojas del Bicentenario: la continuidad de la confrontación en derechos
humanos, Bertella (secuestrada en octubre de 1979 y liberada el 21 de noviembre
de ese año), dice que "no quisiera
caer nuevamente en la discusión acerca de si los desaparecidos fueron 30.000 o
fueron 8000" ya que "la
variación en los números no hace menos grave los hechos sucedidos durante la
represión del Estado".
En cambio, pone de
manifiesto la necesidad de seguir hablando acerca de lo sucedido, y cuestiona: "Se argumentó que las declaraciones del
Ministro de Cultura porteño atentaban contra una bandera histórica, pero. ¿La
bandera histórica de los 30.000 desaparecidos es una bandera histórica
inapelable? (...) Ya en el 2009 Graciela Fernández Meijide y Estela Carlotto
habían hecho declaraciones en torno al mismo debate. Significa esto que lo que
Lopérfido refiere es una discusión que ya está instalada en buena parte de la
sociedad, pero.. ¿es que de eso seguimos sin hablar?".
La
carta completa
Paradojas del
Bicentenario: la continuidad de la confrontación en derechos humanos
En el Congreso
Eucarístico Nacional realizado en San Miguel de Tucumán entre el 16 y el 19 de
junio, Monseñor Arancedo en su homilía central expresó: "Queridos hermanos, especialmente queridos jóvenes, sintámonos
protagonistas de una Argentina dispuesta a superar odios y divisiones que nos
enfrentan y aíslan, no temamos reconocer errores, vivamos nuestro presente,
nuestras relaciones y nuestra historia con espíritu de reconciliación que no es
debilidad, sino expresión de fortaleza moral y madurez espiritual."
En la celebración
oficial del Congreso por el Bicentenario de la Independencia en Tucumán,
Gabriela Michetti leyó un documento consensuado: "Tenemos frente a nosotros el desafío y a la vez la firme
convicción de que este nuevo siglo que comienza será el de la equidad, el de la
inclusión y el de la convivencia, respetando la diversidad y el
pluralismo".
Paradojas del
Bicentenario. en el mismo día se informa que fue aceptada la renuncia al
Ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido y si bien considero que debe
existir más de una razón subyacente en esta decisión, vuelve a trascender
públicamente el debate en torno a sus declaraciones sobre el número de
desaparecidos en la última dictadura militar.
No quisiera caer
nuevamente en la discusión acerca de si los desaparecidos fueron 30.000 o
fueron 8.000. La variación en los números no hace menos grave los hechos
sucedidos durante la represión del Estado.
Sólo decir que,
evidentemente entre 8.000 y 30.000 hay una proyección estimativa de personas
desaparecidas que nunca fueron denunciadas por sus familiares. ¿Podemos hablar
de ello? Se argumentó que las declaraciones del (ex) Ministro de Cultura
porteño atentaban contra una bandera histórica, pero . ¿La bandera histórica de
los 30.000 desaparecidos es una bandera histórica inapelable?
Ya en el 2009
Graciela Fernandez Meijide (ex integrante de la Asamblea Permanente de Derechos
Humanos y de la Conadep) y Estela Carlotto (Presidenta de Abuelas de Plaza de
Mayo) habían hecho declaraciones en torno al mismo debate (Perfil, 3/8/09).
Significa esto que lo que Lopérfido refiere es una discusión que ya está
instalada en buena parte de la sociedad, pero. ¿es que de eso seguimos sin
hablar?
Estamos frente a un
momento histórico que requiere gestos de generosidad por parte de toda la
ciudadanía, por parte de todas las instituciones, los grupos, las personas. La
generosidad es en torno al debate de la verdad histórica de los hechos
sucedidos en los años 70, generosidad para escuchar al otro, al que piensa
diferente, a la construcción conjunta de la memoria que transmitimos a las
nuevas generaciones.
En este contexto sigue
sin interesar a la sociedad cual es la cifra de las víctimas del accionar
violento de las organizaciones armadas, durante el período democrático anterior
al golpe y posterior al 24 de marzo de 1976. Y no es para abonar la teoría de
los dos demonios, es pura responsabilidad frente a los jóvenes de que se
conozca y debata la historia completa.
Si las
consideraciones de Darío Lopérfido fueron expresadas de manera terminante, la
respuesta, en lugar de ser demostrativa del camino que proclamamos como sociedad
querer recorrer, es aún más contundente y extrema. una vez más, quien piensa
diferente debe ser excluido. aunque internamente seamos muchos los que
reconozcamos que sus dichos tienen parte de verdad. Intuyo. creo reconocer en
esta decisión fuertes presiones que quizás deberíamos repensar como sociedad.
De lo contrario, ¿cómo saldremos de la confrontación de las verdades que
creemos absolutas y de la consideración que el que opina diferente debe
desaparecer?
Si el desafío del
Bicentenario es el respeto a la diversidad y al pluralismo, construyamos la
verdad entre todos, es nuestro compromiso frente a las nuevas generaciones, no
abortemos el debate, dialoguemos con madurez, no censuremos.
María
Luján Bertella
Magister en Ciencias
de la Educación
Ex detenida
desaparecida / Testigo Causa Esma Unificada
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