martes, 5 de julio de 2016

A PROPÓSITO DE LA INMINENCIA DE NUESTRO BICENTENARIO, LA ARGENTINA EN SU LABERINTO


Lo que sigue  y leerán después de considerar mis palabras, si les resulta de interés; sucedió en esta Argentina que supimos destruir.

¡¡¡SI SUCEDIÓ!!! aunque lo niegue la historia oficial y les resulte indiferente a legiones de argentinos aun subyugados por el relato y enternecidos por la yegua saqueadora, teatral y mentirosa con pretensiones de mártir de historietas.

Hubo una época en que la sociedad en su conjunto convocó a las FF.AA. y FF.SS. a enfrentar la amenaza del colonialismo ideológico, protagonizada por mercenarios fanatizados capacitados para el asesinato y la destrucción en centros de violencia terrorista. Los políticos impulsando preocupados  pero cómodos en sus oficinas y reductos, por las dudas.

Y lo que ocurrió en nuestro país y otras naciones hermanas fue un poco la premonición de lo que ahora ocurre en el mundo, aunque las motivaciones hayan cambiado, las capacidades dimensionadas y el fanatismo haya llegado a límites inimaginables.

Como sucedió en aquellos ahora olvidados y hasta ignorados tiempos de lucha, en los cuales  impusieron procedimientos de agresión inéditos hasta entonces en nuestro continente, y para los cuales nuestras fuerzas militares no estaban capacitadas, hoy el mundo contempla una escalada terrorista cuyo fin no está a la vista y cuya crueldad podrá rebalsar cualquier límite  y parece no haber fuerza ni fórmula idónea para detenerlo.

En nuestro dramático caso, como se pudo con lo que se tuvo, la agresión fue neutralizada.

Y la mayoría del pueblo apoyó y justificó la lucha.

Se logró que los ciudadanos pudieran volver a ser libres y vivir y transitar sin miedos ni prevenciones angustiantes.

Hasta la delincuencia común se replegó porque debían pagar inexorablemente el costo de sus transgresiones.

Pero muchos ofrendaron  sus vidas  por el costo de esa lucha. Soldados, civiles, niños, dirigentes, comerciantes, intelectuales. Fueron el resultado trágico de una agresión no buscada.

Y aquellos agresores mercenarios y cipayos llamados pintorescamente jóvenes idealistas, lograron con el tiempo imponer una realidad distinta.

Y la mayoría del inconsistente pueblo argentino les creyó porque quizás convenía o era más cómodo adscribirse a dichas mentiras.

Y por la mentira y la tergiversación se apropiaron del poder. Y ejercieron ese poder sin limitación ni principio moral y menos patriótico. Y proclamaron la vigencia de una democracia tramposa para reciclarse constantemente.


Y montaron una estructura viciosa para delinquir y traicionar cualquier principio valioso para el bien común.

Y asumieron como objetivo prioritario la destrucción de las instituciones armadas que por mandato popular los habían derrotado militarmente, para que nunca más fueran una amenaza a sus delirios de enriquecimiento ilimitado y ejercicio del poder omnímodo.

Y abrieron las fronteras de la Patria a la penetración y el establecimiento de las lacras más detestables del delito internacional, sus socios en la trampa y el sakeo.

Y así, aquí y ahora contemplamos sorprendidos la destrucción sistemática de la Patria soñada.

Y nos enteramos, como emergiendo de un largo sueño, que se ha construido en su reemplazo, un estado fallido que nos presenta  una exposición cada vez más truculenta de maniobras, procedimientos, metodologías, acciones y justificaciones arbitrarias y anárquicas, que superan cualquier imaginación.

Y los tránsfugas impulsores de tal maquinación, se mueven con libertad y hasta se dan el lujo de mostrarse ofendidos, asumiendo el papel de mártires.


Y así lo hacen con fingida emoción porque confían en la ineficacia ad hoc de los jueces prevaricadores compañeros de ruta, quienes parecen estar tejiendo una maraña de subterfugios para que el tiempo pase, todo se olvide o prescriba calculadamente.

Y de esa forma podrán  reciclarse otros sinvergüenzas que los reemplacen, quizás con mayor prolijidad y un verso nuevo atractivo.

Pero también aquí y ahora, los soldados que lucharon por nuestra libertad han perdido la suya; la mayoría sin condena, producto de juicios prefabricados con testigos comprados y los argumentos insostenibles de  jueces sin la más mínima dignidad ni capacidad técnica para defender la verdad y cumplir su misión de imponer la justicia que debe ser.

Y muchos, demasiados, están muriendo en prisión sin la atención de nadie salvo de sus sacrificadas familias y de los camaradas que no vendieron su alma al diablo, en contraposición con aquellos otros que traicionaron la continuidad histórica de las instituciones para permanecer y ser simpáticos al mafioso poder de turno

Es precisamente en vísperas de la celebración de los doscientos años de nuestra independencia cuando presentamos al mundo la imagen de un país indefinido, alienado por trivialidades y farandulismos reciclados, débil y despersonalizado. Un país sorprendido por las barbaridades de cada día, pero incapacitado para la defensa de sus valores fundacionales y la verdad. Un país que aún no sabe adónde va o quiere ir. Un país con una clase dirigente, especialmente política, que es apta para venderse al mejor postor, aunque deban traicionar sus convicciones y promesas.

Por lo tanto sería bueno preguntarnos; ¿somos realmente independientes? ¿En todo caso de qué o de quién?; probablemente hayamos logrado nuestra autonomía de los valores que nos inculcaron con el precio de su sangre, los constructores de un país que debió haber sido el líder de América Latina; también de la decencia y el honor; del patriotismo y el sacrificio; de la verdad y la lealtad; de la solidaridad y el respeto mutuo, de la trascendencia y la libertad.

Precisamente esa independencia de aquellos valores fundacionales,   hoy  nos ha hecho dependientes de la mentira y la traición, del egoísmo y la trampa de todo nivel, de la impunidad y de la soberbia totalitaria, de la coyuntura y lo imprevisible, de la venta de las conciencias y el travestismo político y moral, del delito como forma de administrar los recursos de todos, de la justicia falaz y ordinaria, para hipotecar sin remordimientos  nuestra cultura,  tradiciones y objetivos nacionales.

Todo ello camino cierto a la decadencia más indigna, transformadora hasta de  los usos y las costumbres, a la vista y la inoperancia de una sociedad devastada.

¿Estamos en condiciones y preparados para cambiar estructuras mafiosas, pensamientos retrógrados y egoístas; sistemas obsoletos; prácticas deleznables; convalidación cómoda y hasta cómplice de acciones delincuenciales y mentiras,  incapacidad técnica y moral para los cargos públicos, extirpar a cipayos y traidores y transformar de cabo a rabo el país y la sociedad para el renacimiento imprescindible?

En mi humilde opinión, atento a lo que contemplamos, casi imposible.

En este aniversario entonces y en mi particular opinión, no hay mucho que celebrar aunque sea necesario construir ficciones elegantes y recurrir a la retórica falsamente emocionada.

Lo más positivo aunque utópico dado el diagnóstico enunciado, sería una convocatoria firme y decidida a renovar profundamente estructuras, llamar a un compromiso radical hacia el cambio cultural imprescindible y la reconquista de nuestros valores liminares y por sobre todo capturar y condenar en forma ejemplar a todos los tránsfugas que nos han llevado a este estado de cosas. Si no logramos de una vez y para siempre que el delito en todas sus metodologías caracterizaciones y falacias ¡¡¡¡PAGUE!!!!! no tendremos salida.

No sé si aún estamos a tiempo. Nuestros hijos y nietos, algunos ya infectados culturalmente, merecen algo mejor. Aunque las circunstancias no sean alentadoras nuestro último recurso es no perder las esperanzas y rogar a Dios.

Perdón soy un agua fiestas pero no tengo nada que celebrar, aunque hayan pasado doscientos años de aquellas páginas de gloria y ejemplo.

Por lo menos, así, lo veo yo.

Francisco Cervo
Coronel (R)

A continuación, una página de nuestra historia reciente; no oficial, por supuesto.


PATRICIA EN SU LABERINTO

“Regresen,  los necesito, Papá, Mamá ¿Por qué se fueron?  ¿Por qué tuvo que ser así? Tengo miedo, regresen…. Papá, Mamá…”

El incipiente otoño de marzo de mil novecientos ochenta y ocho, ya se manifestaba adornando las veredas  con sus típicas alfombras de hojas amarillas. Esa mañana del 22 de marzo, el joven capitán Figueroa  -alojado en el Círculo Militar,  de Buenos Aires- descendió a desayunar al salón comedor del primer piso. Ingresó a eso de las ocho horas, realizó una revista panorámica del mismo, y eligió la mesa que más cerca estaba del ventanal, que miraba hacia la hermosa Plaza San MARTÍN de Retiro. Hacia esa mesa se dirigió decidido. Tomó asiento, acomodó a su gusto, minuciosamente, los elementos que se hallaban en su mesa: azucarero, servilletero y jarra de agua; y relajado se dispuso a leer el periódico, aguardando al mozo que lo atendiera.

-      ¿Recién llegado joven?

El capitán, sin saber si se dirigían a  él, giró su vista y observó la cálida sonrisa de la anciana vecina que le había formulado la pregunta.

- Sí, respondió. Llegué anoche de Córdoba.
- ¿De paseo? Remató la anciana con ganas de hablar.
- No, por razones de trabajo.
- Ahh!!
- ¿Y usted?
- Yo hace un mes que estoy, y tengo para un mes más.
- ¿Estadía de placer?
- Noooo, vivimos en Azul y vengo a la capital porque tengo una nieta de 28 años, que necesita tratamiento en el Hospital Militar Central.
- ¿Y ella está allí, ahora?
- Noo, está en la habitación, no puede bajar, está sedada, pobre.
- Perdón, ¿qué dolencia tiene?
- Soy la madre del Coronel Camilo Gay, acribillado por la guerrilla en el intento de copamiento de la Guarnición Militar de Azul en el 74, ¿recuerda el hecho?
- Sí, yo era cadete de IIIer año  del Colegio Militar y lo tengo bien presente. ¿Y su nieta fue una sobreviviente?
- Lamentablemente sí, Imagínese tenía catorce años cuando mataron a mi hijo y ella  estaba en las faldas de su madre, que también fue acribillada.

Silencio…

“Mi Dios sacramentado ¿por qué me abandonaste? Tengo miedo, mucho miedo. Me siento muy sola, muy desamparada, me llevaste mis papis. ¿Por qué? No sé qué hacer... ¿Cómo salgo de esto? Esa noche del diecinueve de enero, durante la cena, hablábamos de la fiesta de mis quince, de dónde la haríamos, del vestido, de los invitados, ¿por qué entonces pasó lo que pasó? Cada día es un martirio, lleno de incertidumbre, Ayúdame Dios mío!!!...”

“Calor, mucho calor, la noche del sábado 19 de enero de 1974, Gobierno Constitucional del General Perón, aprovechando las circunstancias que en los cuarteles había gente de licencia, ergo pocos efectivos para la seguridad, la "Compañía Héroes de Trelew" de la organización terrorista autodenominada "Ejército Revolucionario del Pueblo" (ERP), atacó los cuarteles de la Guarnición Militar Azul en la localidad bonaerense del mismo nombre. Lo hicieron con la intención de robar armamento, munición y otros materiales de guerra.  El ataque se inició a las 23.30 horas y las acciones continuaron durante toda la noche, hasta el amanecer del día siguiente.
El “Grupo Secuestro" tenía como misión atacar la casa del jefe, tomar a éste y matarlo o tomarlo como-rehén-junto-con-su-familia.


Irrumpen al cuartel asesinando al centinela de guardia, soldado DANIEL GONZÁLEZ  e hiriendo de gravedad el Tte. 1º CARULLO, Oficial de Servicio.

Mientras estos episodios se desarrollaban, el Jefe del Grupo de Artillería Blindado 1, Tcnl. JORGE ROBERTO IBARZABAL, que habitaba una vivienda frente al cuartel, se dirigió a la casa del jefe de la guarnición, que a su vez era el Jefe del Regimiento de Caballería, Cnl. CAMILO ARTURO GAY. De allí ambos se dirigieron al cuartel, dejando el coronel a su familia en su residencia.

Concurrieron decididamente a colocarse al frente de las acciones. Iban con sus armas de puño. Próximos al arribo y en un sector del arroyo Azul, oscuro y con mucha vegetación son interceptados por un grupo de terroristas, cayendo muerto el Coronel GAY y tomado rehén el Tcnl. IBARZABAL, a quién amenazaron para que no se resistiera,  con asesinar a la familia del coronel que estaba en poder de éstos.

La familia del Coronel GAY fue llevada por los atacantes del cuartel, al sector de la herrería, donde un vehículo debía de recogerlos. El intenso fuego de armas continuaba incesantemente, entre los atacantes y la respuesta contundente de los integrantes del cuartel atacado.

Por una orden superior se procedió a accionar sobre los delincuentes, quienes se negaban a entregarse y solicitaban la presencia de diputados, senadores, periodistas y de un juez federal. En esas circunstancias, el personal militar rodea la herrería, insta a rendirse a los secuestradores de la familia del coronel y ante la resistencia se produce fuego. La Sra. Alcira GAY, estaba sentada en el piso con la cabeza de su hija Patricia, de 14 años, apoyada sobre su falda. Uno de los secuestradores, viéndose perdido apunto con su FAL y le disparó ante el clamor de ambas.   Patricia imploró al atacante que no matará a su mamá, y su grito desgarrador fue como un trueno en la trágica noche. Allí quedó envuelta en su sangre y bañada en lágrimas”.

Porqué tarda tanto la abuela, se fue a desayunar y ya
hace más de una hora y no regresa. Tengo  miedo…”.

- Bueno señora, ha sido un gusto conocerla. Deseo la mejor recuperación para la nieta.
-  Gracias Joven Capitán, Dios lo guarde en su gloria…

En 1993, el 05 de octubre, las noticias de los diarios del país daban cuenta del suicidio de Patricia Gay, se había arrojado desde el séptimo piso de su edificio. Los medios aclaraban que “Nunca se recuperó de la pérdida de sus padres”…

 Querida abuelita, compréndeme, no podía más… Extrañaba
mucho a Papá y Mamá, nunca entendí…


Córdoba, 25 de Junio de 2016

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