Yacen
en prisión privados de todos los derechos legales y humanos desde hace más de
diez años, los militares, policías, agentes del Servicio Penitenciario, de las
Fuerzas de Seguridad y civiles que durante el gobierno militar o antes que
éste, se opusieron a las organizaciones terroristas, o fueron señalados como
enemigos por los gobiernos de los Kirchner.
Los
únicos presos de más de 70 años, con 80 y 90 años que tiene el Servicio
Penitenciario argentino pertenecen a este grupo vulnerable de personas.
Trescientos
sesenta y nueve ya han muerto detenidos, ventisiete de ellos durante el
gobierno actual.
Son los
únicos en la historia judicial de la Nación a los cuales se les aplica
retroactivamente la ley penal.
Los
únicos a los que se les aplica una ley penal no escrita.
Son los
únicos a los que se mantiene en prisión provisional, luego de dos, tres, seis,
diez y más años.
Son los
únicos a los cuales no se les concede la excarcelación, la libertad
condicional, ni la ley más benigna para el cómputo de sus penas.
Los
únicos a los que se les desconocen los beneficios de las leyes de pacificación
dictadas por el Congreso y el instituto de la prescripción.
Los
únicos a los cuales se les impide estudiar en prisión y acceder a cursos que
disminuyan sus condenas.
Cualquier
enfrentamiento armado en que hayan participado con terroristas es considerado
un homicidio imprescriptible dentro de un plan de exterminio.
Basta
un legajo con la indicación de un destino militar, una condecoración por haber
sido herido en combate o un solo testimonio, luego de 40 años, para que se los
condene a cadena perpetua, no importa la prueba, el grado o la función que
cumplieron.
Mientras
que la Cámara que juzgó a los Comandantes, le impuso a uno de ellos la pena de
cuatro años y medio de prisión, cuarenta años después suboficiales de cualquier
Fuerza son condenados a cadena perpetua por haber hecho guardia en una
dependencia militar o policial.
¿Esto
es un Estado de Derecho?; ¿es ésta la Nación que proclamó siempre, orgullosa,
el imperio de la ley y la igualdad de todos sus habitantes?.
Urge
terminar con la doctrina que instaló la posibilidad de juzgar a alguien por una
ley no escrita, aplicada a unos y no a otros, generadora de desigualdad e
inseguridad para todos. Basta de
discriminación a las FFAA y de Seguridad. Basta de persecución y exterminio por
motivos ideológicos.
Sin
legalidad no es posible arribar a la Justicia.
MESA DE CONVERGENCIA REPUBLICANA
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