Diversidad liceísta Carta del Lector Diario Los Andes

Publicada en la Edición impresa del Diario Los Andes de Mendoza el sábado, 08 de octubre de 2011

Se vienen las elecciones, y nos encontramos con que los tres principales candidatos a gobernador de Mendoza son ex cadetes del Liceo Militar General Espejo. Roberto Iglesias, el más “antiguo”, de la XVII promoción; Luis Rosales, de la XXVII y Francisco Pérez, el más “moderno”, de la XXXIII.

¿Qué mejor ejemplo sobre la diversidad de convicciones e ideales que pueden generarse en el Liceo que estos tres contrincantes mutuamente opuestos por el ejercicio democrático, formados en las aulas, madrugadas y campos de instrucción del Liceo?

¿Qué van a decir ahora quienes, atropellando setenta años de formación de líderes prominentes de la sociedad, pretendieron cerrar las puertas o desnaturalizar la formación del Liceo, sosteniendo que allí se nos cortaba a todos con una misma tijera conspiradora contra el orden institucional, el civismo y la democracia, y hasta -se dijo- amparados en una insana camaradería?

¿No será, acaso, que con esa “tijera” se forman librepensadores, ciudadanos críticos y emprendedores, como lo demuestra ahora palmariamente la terna de candidatos?

No pretendo con esto decir que el Liceo Militar ostente la exclusividad en la formación de valores útiles a la sociedad, función que comparten o igualan algunos otros prestigiosos colegios, tanto privados como públicos, sino todo lo contrario: poner en evidencia que el Liceo no se diferencia por dar una impronta sesgada y acartonada, sino por enriquecer con valores que fomentan y preparan a sus egresados para múltiples ideas y exigencias, tan diversas como el mundo y la sociedad se los impongan.

El año pasado, vacilantes funcionarios del Ministerio de Defensa vinieron a nuestra Mendoza a pretender convencernos del desatino de que existan ciudadanos instruidos en el uso de las armas de la Nación, entre otras supuestas barbaridades.

Se fueron apaleados por los argumentos educativos, institucionales, legales y culturales con que los cuestionó una sociedad mendocina movilizada, fiel heredera de las tradiciones sanmartinianas.

No es casual, y esto lo saben pocos mendocinos, que la Bandera del Ejército de los Andes acompaña actualmente en el Liceo Espejo a la bandera oficial de la Nación, galardón que ningún otro liceo posee. Este hecho, que puede parecer nimio y de oropel, sigue nutriendo de compromiso a nuestros jóvenes cadetes, y los resultados están a la vista.

Hoy, estos tres subtenientes de Infantería de la Reserva del Ejército, egresados de un colegio creado por decreto del Presidente Perón en 1947, son respectivamente un ingeniero formado en la Universidad Tecnológica, un licenciado en administración y un abogado, estos últimos estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo.

Carreras diversas, ideales diversos y militancia diversa, para un mismo horizonte provincial que hoy se disputan con vocación y sana ambición. Y no es otro sino el pueblo quien en definitiva los elige.

Es evidente que los liceos militares, que nos dieron presidentes, eminencias académicas en ciencias y artes, profesionales y maestros destacados, y mucha otra gente de bien y de trabajo -obra que continúan en nuestros hijos y nietos- siguen estando presentes al servicio de la sociedad, superando con efectos positivos los cuestionamientos nacidos desde la ignorancia, la mala intención y la inoperancia.

Gabriel Alberto Cabrera

DNI 12.100.415

Ingeniero Industrial, Doctorando en Ingeniería, UN de Cuyo,

Profesional Investigador Principal del CONICET,

Guía Nacional de Alta Montaña,

Profesor de Posgrado en la UTN,

Teniente Coronel de Infantería de la Reserva del Ejército Argentino,

Especialista de Estado Mayor, Escuela Superior de Guerra y

Ex Cadete Promoción XXI LMGE, Mendoza.