martes, 10 de enero de 2012

El cuento del olfato político

Se llama Heidi, es una zarigueya bizca, parece un rata, trepadora, famosa, tiene un gran olfato, tiene miles de seguidores… debería ser política argentina. Lamentablemente también murió, tendremos que esperar un tiempo hasta que aparezca un ejemplar igual.

Heidi la zarigueya bizca


No devuelvo la indemnización ni renuncio al subsidio

Por: Juan Manuel Otero

No son pocos los que se preguntan si los “desaparecidos-reaparecidos” cuyas familias percibieron indemnizaciones de seis cifras en dólares no deberían, una vez comprobada la feliz resurrección, devolver dichas sumas al Estado Nacional.

La Ministro Argibay, por ejemplo alegó imposibilidad material de hacerlo. Hebe, en cambio, tiene un problema de encaje… la cuestión es que nadie devuelve un mango partido al medio.


Y para comprender esto habría que remontarse en el tiempo a la época en que el difunto NK era gobernador en la remota Patagonia.

Apenas asumido el cargo se contactó con el Coronel Bendini Jefe de la guarnición local (destino tipo destierro) y comenzó con él una profunda amistad, así como compartió negocios en lo que se refiere a “equipamiento” militar… (Você comprende).

Muy buenas relaciones trabaron en ese entonces los matrimonios KirchnerBendini, lo cual hizo que, llegado a la Rosada, NK no dudara en nombrar Jefe del Ejército a su “fiel” amigo, aunque para ello haya tenido que descabezar a 26 generales que jerárquicamente lo antecedían. (Caso inédito en las Fuerzas Armadas). No profundizaremos en el capítulo relativo a la corrupción generalizada que le costó el cargo y el pase vergonzante a retiro al general que únicamente será recordado por haberse subido a una silla a descolgar un cuadro por orden de NK. Ya que estaba podría haber pasado el plumero y barrido…


Volviendo al 2003, a NK se le ocurrió otro brillante negocio. No olvidemos que la naturaleza es sabia y lo que quita por un lado regala por otro. NK no tendría la vista de un lince, pero poseía el olfato de una zarigüeya.

Fue entonces cuando pegó un salto en el aire y decidió acercarse a las dos mujeres a quienes sistemáticamente se había negado a recibir en Santa Cruz. Los abrazos con Hebe y Estela ampliamente difundidos en la prensa, presagiaban que algo turbio se cernía sobre la República.
Olvidó sus años burgueses acumulando una incalculable fortuna y sus “tea party” con la cúpula militar sureña y se volcó decididamente hacia un nuevo negocio que acababa de pergeñar:

LAS INDEMNIZACIONES a los deudos de desaparecidos.
Cinco por ocho cuarenta, la mano es más rápida que la vista, en la siguiente esquina dobló a la izquierda.

Y así llegamos a las indemnizaciones. Quien piense que los “resucitados” deben devolver la mosca pasan por alto un pequeño detalle en la relación entre donante y donatario… la mano del intermediario. ¿Se entiende? ¿O acaso suponen que cuando dicen que se indemnizó con u$s 200.000 a la familia de fulano de tal, la familia recibe las dos gambas limpias?

¿Y la cometa???????? Vamos, cheeeee!!!!!


Entonces se genera una relación espuria. Nadie puede devolver la indemnización porque nadie recibió la indemnización sino apenas una pequeña parte de ella, el resto quedó en el camino o para ser coherentes con el tema: El resto DESAPARECIÓ!!!

Y nadie puede patalear porque todos están sucios. Y en última instancia esos mangos no vienen mal.

En dos palabras: NEGOCIO REDONDO.

2 comentarios:

  1. Bendini, un mamarracho. Digo, que en las fuerzas armadas, no es el único y sinó, citemos a Balza, Menendez (lo mandaria a leer el tratado de Von Klausevich "De la Guerra"-que esta publicado por la "Biblioteca del oficial" del Círculo Militar, a estudiar, las batallas de Praga o Torres Vedras, para que aprenda lo que no tenia que hacer en Malvinas y menos rendirse canalla¡¡¡, cobarde¡¡¡; en este último caso, lo mandaria a releer el parte del combate de "Chancay" y el porque aún los granaderos del gran San Martín, pueden lucir en su brazo, con orgullo, el escudo que dice "gloria a los vencidos en Chancay". Volvamos al principio y aunque los nombrados, son las excepciones, me permito decir, el glorioso ejército de la "Patria Vieja", no vuelve más. Que me voy a poner a recordar sus hazañas??¡¡, ja, no me daría toda la vida.

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  2. Una vergüenza que la Dra. Argibay eluda su responsabilidad de devolver el dinero, al haber resucitado y más siendo miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Debería dar el ejemplo. Y Bostafini que deje de visitar a su hijo resucitado en Europa y también empiece a devolver algo de lo mucho que afanó. Que asco!

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