Queridos amigos:
La existencia de Midas, rey de
Frigia, se sitúa aproximadamente 700 años antes de Cristo y se lo describe como
un rey rodeado de bienes y felicidad
pero obsesionado por la posesión de riquezas, particularmente de oro. A partir
de allí surge el mito que relata que Midas, habiendo obtenido el favor del dios
Dionisio (Baco), le pide que le conceda el beneficio de convertir en oro todo
lo que toque. El resultado de esta
petición parece ser en principio satisfactoria, cuando Midas transforma en oro
sus muebles y enseres, pero comienza a complicarse cuando se ve impedido de
comer y beber pues sus alimentos y bebidas se tornan auríferos. Finalmente, al
convertir en oro a sus seres queridos,
Midas comprende lo insensato de su ambición y logra que Dionisio lo libere
de su don, a cambio de entregar todo su
oro y cambiar su modo de vida.
Esta metáfora de la ambición
venía a la mente esta semana al observar por las pantallas de televisión a los
diputados de nuestro Congreso, insultarse, agredirse y arrojarse objetos, mientras se ponía en
juego el futuro y la calidad de una
institución tan importante como es la justicia. Parecería que el gobierno de la
señora Cristina Fernández, en su
ambición de alcanzar el poder absoluto cumpliendo su premisa de “ir por todo”, hubiera pactado con
alguna deidad la concesión de tal logro a cambio de pudrir todo lo que toca. El
Congreso convertido en un reñidero y la justicia resignando su imparcialidad al
elegir desembozadamente a los consejeros, jueces y abogados del Consejo de la Magistratura, en
las listas partidarias, son ejemplos tangibles del estado de pudrición al que
se lleva a las instituciones. Pero el poder
insaciable de la descomposición también ha transformado en un pudridero
al INDEC, que insiste en que en la Argentina hay solo un 5,4 por ciento de
pobres o al Ministerio de Economía, cuyo
titular no tuvo pudor en manifestarle a una periodista extranjera que prefiere
irse antes de tener que hablar de la negada inflación.
La capacidad de corromper todo lo
que toca alcanza a los más variados
ámbitos públicos y privados. Solo así se explica que la Universidad de La
Plata haya entregado títulos de Doctor Honoris Causa a Néstor y Cristina Fernández
de Kirchner y a Evo Morales o que la
Facultad de Periodismo y Comunicación Social de dicha universidad haya
entregado un premio por la comunicación popular a presidentes como Rafael
Correa y Hugo Chávez, famosos por el acoso que sometieron a la prensa de sus
países. El detalle que resalta el grado de descomposición institucional es que
la seguridad en estos últimos actos estuvo a cargo del Movimiento Patriótico
Revolucionario Quebracho, uno de los grupos más violentos que actúan en las
calles de nuestro querido país. Ahora los medios mencionan que el rector de la Universidad de Buenos
Aires, acorde a los nuevos aires, aspira a una re reelección no permitida
estatutariamente y la página oficial del Instituto Universitario Nacional de
Arte informa que ha resuelto entregar el título de Doctora Honoris causa a la
señora Estela Barnes de Carlotto, Presidente de la Asociación Abuelas de Plaza
de Mayo, que se ha convertido en una
activista del oficialismo que no tuvo pudor en descalificar a Monseñor
Bergoglio al conocerse su elección como Papa, siguiendo la línea gubernamental,
y luego visitarlo y ponderarlo siguiendo una nueva línea gubernamental.
El gobierno logró imponer su
reforma de la justicia en la Cámara de diputados por escasos votos,
particularmente en las leyes que limitaron las cautelares y crearon nuevas
Cámaras de Casación. La ley de reforma del Consejo de la Magistratura sufrió
una modificación por pedido de la Corte Suprema de Justicia que logró recuperar
las facultades administrativas que le quitaban, mediante la presentación de una
nota que reflejaba la opinión en tal sentido de la totalidad de los jueces
federales. Sin embargo, esa nota también expresaba la preocupación de los
señores jueces por su propia estabilidad, puesta en riesgo por la elección
popular de consejeros y la reducción a una mayoría simple del número de votos
necesarios para la remoción de jueces,
que no fue presentada por el Doctor Lorenzetti, Presidente de la CSJ. Esta
actitud de Lorenzetti, que fue justificada por la voluntad de la Corte de no
expedirse en temas que luego probablemente tendrá que resolver, llevó el estado
de duda y sospecha hasta el mismo presidente que fue acusado de haber acordado
un pacto espurio con el gobierno. Falsa o verdadera, esta acusación alcanza
para ratificar la capacidad gubernamental de corromper todo lo que toca y poner
en cuestión a la institución que defiende la última trinchera de la república,
o sea, la justicia.
La sesión en que se aprobaron
estas leyes se realizó en forma anormal, extendiéndose por más de 20 horas sin
los necesarios cuartos intermedios para comer y dormir y apelando a todos los
artilugios para obtener el mínimo de 129
votos que el reglamento requería. Un primer escándalo estalló cuando el
oficialismo pretendió votar todos los artículos en bloque, en vez de hacerlo de
a uno, lo que pudo ser evitado por una oposición unida que se debatió
sonoramente, aún en minoría. Cuando una de las votaciones arrojó
solo 128 votos favorables, lo que implicaba su rechazo, aparecieron dos diputados ajenos al bloque
oficialista diciendo que habían fallado sus máquinas de votar pero que querían
hacerlo en forma positiva, con lo que el escándalo se generalizó y la oposición
se retiró del recinto al grito de fraude.
El diputado Rossi, presidente del bloque del Frente para la Victoria,
arremetió físicamente contra los opositores
y debió ser contenido por varios colegas ante los
ojos azorados de algún taquígrafo que quedó en el medio de su arrebato y
algunos millones de ciudadanos que observaron por los medios audiovisuales esa
inconcebible e indignante manifestación de barbarie. Si la opinión de los entes
jurídicos más importantes del país expresada en el sentido de que las leyes
votadas no solo eran inconvenientes sino que violaban artículos de la
Constitución había sido tan ignorada como las manifestaciones ciudadanas, las
gremiales, las empresariales y hasta las de la comisión episcopal, mal cabía
esperar que el oficialismo temblara por minucias reglamentarias. Las leyes
fueron aprobadas y la que fue modificada
y devuelta al senado lo será en breve.
Ahora solo quedan para defender la trinchera republicana los múltiples amparos
que jueces y abogados planean presentar para detener esta aberración jurídica
que se cierne sobre la justicia argentina.
Pero nuestra singular versión de Midas, sigue tocando y tocando sin vergüenza ni fatiga. La procuradora general Alejandra Gils Carbó, ferviente oficialista y una de las cabezas de la agrupación Justicia Legítima, que defiende las posiciones del gobierno, ha sido acusada e imputada por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” por nombrar fiscales en forma irregular. Obviamente se trata de gente de su confianza cuya correcta designación ha sido puesta en cuestión y deberá ser demostrada por la funcionaria. También habrá que aclarar por qué la fiscalía no incluyó al empresario Lázaro Baez, señalado por dos testigos en un programa de televisión de haber pagado coimas y lavado dinero, en la causa que se inició a dichos testigos que tuvieron la particularidad de desmentirse a sí mismos pero que ahora no pueden ocultar la veracidad de los datos suministrados acerca de viajes y sociedades conformadas en el extranjero. Cabe aclarar que el caso incluye la relación del señor Baez con el difunto Néstor Kirchner lo que lo transforma en un fuerte hecho político vinculado a la siempre presente corrupción.
Pero nuestra singular versión de Midas, sigue tocando y tocando sin vergüenza ni fatiga. La procuradora general Alejandra Gils Carbó, ferviente oficialista y una de las cabezas de la agrupación Justicia Legítima, que defiende las posiciones del gobierno, ha sido acusada e imputada por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” por nombrar fiscales en forma irregular. Obviamente se trata de gente de su confianza cuya correcta designación ha sido puesta en cuestión y deberá ser demostrada por la funcionaria. También habrá que aclarar por qué la fiscalía no incluyó al empresario Lázaro Baez, señalado por dos testigos en un programa de televisión de haber pagado coimas y lavado dinero, en la causa que se inició a dichos testigos que tuvieron la particularidad de desmentirse a sí mismos pero que ahora no pueden ocultar la veracidad de los datos suministrados acerca de viajes y sociedades conformadas en el extranjero. Cabe aclarar que el caso incluye la relación del señor Baez con el difunto Néstor Kirchner lo que lo transforma en un fuerte hecho político vinculado a la siempre presente corrupción.
En la larga lista de víctimas del toque de putrefacción del gobierno entró la Asociación Madres de Plaza de Plaza de Mayo, con sus nunca aclaradas estafas en la construcción de viviendas sociales, la actividad de los piqueteros como D´Elía que pasaron de proclamados dirigentes sociales a voceros y ejecutores de la violencia en defensa del oficialismo y algunos bienes intangibles, tal como el debido respeto a la autoridad policial cuando esta se ejerce en cumplimiento de sus funciones. Se ha logrado instalar un rechazo a cualquier funcionario vestido de uniforme y muchos manifestantes de distinto ámbito piensan que tienen la potestad de insultar, golpear y apedrear a las fuerzas policiales y de seguridad sin que estas tengan derecho a reaccionar.
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Así vamos marchando
trabajosamente hacia las elecciones de Octubre en las que comprobaremos si
nuestros ciudadanos han aprendido la lección y liberan a nuestra patria del
sometimiento a una mayoría autoritaria y soberbia. Entretanto, es la hora en
que los funcionarios judiciales deben dar la batalla legal, apoyados por la
oposición y por la ciudadanía consciente de los riegos que sufre la república,
para defender a la justicia que es la última trinchera que le queda a nuestra
patria ante el poder avasallante de un
poder que pudre todo lo que toca.
A propósito, cuenta la leyenda que Midas se arrepintió y devolvió todo
el oro acumulado. No esperamos tanto, pero sí que la justicia recupere para la
nación, al menos, toda la riqueza mal habida producto de la corrupción.
Un abrazo para todos
Juan Carlos Neves, Presidente de
Nueva Unión Ciudadana
Twitter @NevesJuanCarlos
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