Hace 40 años (el 6 de
septiembre de 1974) y en pleno gobierno peronista, Montoneros comunicaba su pase a la clandestinidad y el comienzo de
la eliminación indiscriminada de miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad
(una forma de ascender en la organización era matar a un policía distraído y
robarle el arma). La espiral del terror
en la Argentina había sido activada en forma ya irreversible. Las funestas
consecuencias de dolor y discordia nacional las padecemos hasta el presente.
Para retomar el camino de la construcción nacional, creo que es imprescindible la verdadera reconciliación entre todos los
argentinos, de una vez y para siempre, sin mezquindades ni revanchismos de
ninguna especie.
Santiago Floresa
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