"El
copamiento" cuenta lo ocurrido el 10 de agosto de
1974, cuando miembros del ERP
irrumpieron en el cuartel de Villa María. Se llevaron armas y secuestraron
a un militar, al que asesinaron un año
más tarde. Perón había muerto un mes atrás y gobernaba Isabel. Infobae habló con los directores
El 25 de mayo de 1973
Héctor Cámpora asumió la presidencia, poniendo fin a siete años de dictadura
militar. En ese momento había varios grupos guerrilleros operativos. El "Tío" pidió una
"tregua" a las organizaciones armadas argumentando que su gobierno
iba a "lograr la liberación". Las que adscribían al peronismo
acataron y cesaron, al menos por un breve lapso, sus operaciones armadas.
Por su parte, el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP) avisó que no atacaría al Gobierno ni a las "instituciones
gubernamentales", porque representaban "la voluntad popular",
pero aclaró que seguiría
"combatiendo militarmente a las empresas y a las fuerzas armadas
contrarrevolucionarias".
La policía también
quedaba fuera de la mira del ERP, mientras "permanezca neutral" y
"no colabore con el ejército en la persecución de la guerrilla y en la
represión a las manifestaciones populares". Los encomillados pertenecen a
un comunicado de abril de 1973 y que llevaba la firma de Roberto Santucho, máximo
líder del ERP. O sea, la organización
iba a seguir su actividad armada en democracia.
El gobierno de
Cámpora fue efímero. Fueron 49 días
convulsionados. Lo sucedió Raúl Lastiri, en forma interina, y en octubre
Juan Domingo Perón asumió por tercera vez como presidente. En enero del 74, el
ERP redobló la apuesta y atacó la guarnición de Azul, provocando una dura
reacción de Perón y la salida del gobernador bonaerense, Oscar Bidegain. No
sería el primer ataque del ERP a un cuartel en democracia. A fines de junio,
planificaron "copar" la fábrica de pólvora y explosivos de Villa María,
en Córdoba, pero la muerte de Perón el 1° de julio los hizo posponer la
operación. Finalmente se concretó el 10 de agosto. Ese día, los comandos del
ERP tomaron un hotel alojamiento llamado "El Pasatiempo" como base de
operaciones y desde allí dirigieron el ataque a la guarnición, de la que se
llevaron armas y secuestraron al mayor Argentino
del Valle Larraburre, subdirector del cuartel cuartel cordobés. El militar
estuvo cautivo en una cárcel del pueblo y más de un año después, el 19 de
agosto de 1975, apareció muerto lejos de allí, en Rosario. Lo habían asesinado.
El documental El copamiento relata lo ocurrido en
Villa María. Cuenta con testimonios de varios protagonistas directos e
indirectos de aquel episodio de los violentos años que vivió el país. El film
es el trabajo final de grado de Mariana
Britos y Mauro Pérez, dos
egresados de la Licenciatura en Diseño y Producción de Imagen de la UNVM. El copamiento fue seleccionado por el
Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) en una convocatoria
para posproducción en documental digital. Así fue como la cinta se presentó en
diferentes espacios del país. Cuando se estrenó en el Bafici se produjo un
encendido debate entre los espectadores e incluso generó polémica en las redes
sociales. En los últimos días fue exhibido en el Colegio de Abogados porteño.
Allí estuvo Infobae, que dialogó con
los realizadores.
¿Por
qué eligieron tratar el tema del copamiento del cuartel de Villa María?
Pérez: "Este
proyecto comienza dentro del marco de la Universidad Nacional de Villa María,
somos residentes de esa ciudad y cuando decidimos realizar nuestro trabajo
final de grado, buscamos tomar un hecho relacionado con Villa María. Nos llegó
este tema por medio de Mariana y por un testimonio de otra película. En un
break del rodaje le dijeron 'mirá este tema'. Se trataba de un tema que
prácticamente no conocíamos y cuando empezamos a indagar, nos dimos cuenta de
que no había investigaciones fuertes en Villa María, tampoco había material
audiovisual. Empezamos a investigar de manera exploratoria y mediante un
trabajo de hormiga fuimos dando con fuentes que nos abrieron el panorama de
estos hechos y nos surge la idea de contarlo desde la multiplicidad de voces.
Nos parecía lo más importante, encontrar los actores sociales que estuvieron
esa noche".
¿Qué
predisposición encontraron en las personas que buscaron para dar testimonio?
Britos: "El tema
de la predisposición fue relativo. Encontramos personas dispuestas a participar
sin ningún problema, dispuestas a brindar su imagen dentro de la película.
Otras decidieron permanecer en el anonimato, brindando información, datos muy
útiles para entender lo que fue pasando, pero como fuentes reservadas. Y otras
personas, que son dos, dieron nota de audio, pero sin brindar su imagen.
En cuanto a las
personas que estuvieron ocupando un cargo en el Ejército en ese momento,
habremos visto a siete u ocho, no
quisieron hablar. Quienes ocuparon cargos militares en la fábrica en ese
momento –no los ingenieros, que eran civiles–, ninguno quiso brindar testimonio ni nombre ante la cámara.
¿Cómo
vive hoy el tema la gente de Villa María? ¿Lo tienen presente? ¿Cómo influyó el
documental?
Pérez: "Cuando
decidimos tocar este tema, al no haber información, y al toparnos con semejante
cuestión, nos dimos cuenta de que ameritaba mucha investigación. Nuestro
trabajo desde la primera investigación hasta la película terminada llevó
aproximadamente cinco años. Un año y medio de investigación pura, de campo,
pero por supuesto que la investigación siguió avanzando a medida que tratamos
el tema. Mucha gente lo contaba como anécdota, otra no se animaba a hablar. Mucha gente hoy empieza a reflexionar viendo
la película. Hay mucha intriga sobre qué es lo que cuenta la película,
están intrigados en saber qué se muestra, un poco juega lo localista, ser de
Villa María".
Britos: "El tema
del motel todos lo recordaban, o sea, el toque digamos 'humorístico', que no se
entienda mal. Ese toque de color, que fue
tomar el motel El Pasatiempo como base de operaciones del copamiento de la
fábrica, lo recordaban todos. Nosotros le preguntábamos a cualquier persona
y decían 'ah, sí, el motel Pasatiempo'. Lo otro que se recordaba mucho también
era el caso de Larrabure".
¿Cómo
vivieron el caso de Larrabure, un caso paradigmático de esa época de violencia?
Britos: "El tema Larrabure es otra película. El
copamiento dura 80 minutos y en 10 se trata de sintetizar lo de Larrabure, que
pasó esa noche, pero continuó después. Es un tema para explayarse e incluso
para hacer otra película. Ninguno de los militantes del ERP que dieron
testimonio para el documental estaba en el grupo encargado del secuestro. Ellos
estaban divididos en varios grupos, y ninguno estaba en el de secuestro.
Tampoco ninguno estuvo en el grupo que después llevó a Larrabure a Rosario, no
tenían información directa. Lo que sí hablaron, y sostienen lo que dice la
revista Estrella Roja, es que el objetivo era canjearlo por presos políticos.
En la película mostramos la carta en donde el mayor Larrabure escribe sobre el
tema del canje. Ellos dicen que no lo quisieron torturar ni nada de eso, y que
se deprimió y se suicidó. Se atienen a
esa línea oficial (del ERP) que mostró la revista".
¿Qué
repercusiones de la película tuvieron?
Pérez: "Que hoy
estemos en Buenos Aires, invitados por un crítico como Paraná Sendrós, que nos
vio en el Bafici, es muy importante. Muchos piensan que del interior nunca se
puede llegar y yo creo que con esfuerzo, poniendo lo mejor, la mayor fuerza de
trabajo, se pueden cumplir los objetivos que uno anhela. Nuestro objetivo es
difundir la película, otro es entrar en el Instituto, que nos puede dar
pantalla, el Espacio INCAA. Es un punto de aliento para seguir intentando y
avanzando. Sin espectadores no hay película".
Britos: "El
primer objetivo que teníamos, que era nuestra tesis. Luego, poder entrar al
Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales. Presentamos para posproducción de
documental digital, ganamos la convocatoria, nos fomentó el Instituto. Después
el festival que más nos interesaba era el Bafici, de cine independiente, uno de
los mas importantes de América Latina, y quedamos en el Bafici. Dentro de éste
estuvimos en la muestra itinerante de Mendoza, quedamos en el Festival Nacional
del Conurbano, se proyectó en Banfield y en Lomas de Zamora. El mes que viene
estamos en San Juan, en el Festival de Unasur.
El Incaa declaró
además a El Copamiento de interés como película digital terminada y otorgó un
fomento para el multicopiado en DVD de mil copias. Queremos agradecer a todas
las instituciones y personas que hicieron posible la realización y difusión de
la película. La Universidad Nacional de Villa María, Tándem Audiovisual Coop. de
trabajo limitada, INCAA, Cine Argentino, Synergia, los medios de comunicación
de todo el país que se interesaron en la temática y fundamentalmente a todo el
equipo técnico y artístico, en especial a Eugenia Vera y Paula Tissera, que son
nuestros pilares desde el primer momento que comenzamos a investigar.
Mauro Pérez (director), Paula Tissera (productora), María Eugenia Vera (productora) y Mariana Britos (directora)
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