GERARDO FERREYRA
Ingeniero,
multimillonario, empresario K, dueño de Electroingeniería, integrante de la
patria contratista y hoy detenido por el juez Bonadio debido a su presunta y
activa participación en el monumental caso de corrupción que conmociona a la
Argentina, Gerardo Ferreyra estuvo preso, unos ocho años, entre 1975 y 1984, condenado por numerosos crímenes
terroristas como combatiente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Con el nombre de guerra "Gringo"
fue uno de los jefes del ataque del ERP
a la Jefatura de Policía de Córdoba, el 20 de agosto de 1975, en pleno gobierno
democrático. El embate fue otro golpe sedicioso dirigido por Enrique Gorriarán Merlo, líder del ERP,
en esa ocasión al mando de la unidad terrorista Decididos de Córdoba. El Gringo tuvo a su cargo la destrucción de
la central de comunicaciones del Comando Radioeléctrico, lo que permitió el
ataque principal, en el cual (según se relata en el número 59 de la revista
Estrella Roja, órgano del PRT-ERP, publicada el 27 de agosto del mismo año, con
el título "Córdoba, Buenos Aires:
triunfo de las armas del pueblo") fueron
asesinados 5 policías, más de 15 fueron heridos, mientras que el ERP perdió
un solo combatiente. Según relata Gorriarán Merlo en sus memorias: "En
total intervinimos más de 200 compañeros". Hoy, al ver a Ferreyra regresar a la cárcel, le
pregunto si el mundo de hoy, en el que el Gringo hizo negocios con el
kirchnerismo, es el que el ERP prometió
construir cuando torturó y asesinó al coronel Argentino del Valle Larrabure.
Pedro José Güiraldes
ANGELELLI Y SACHERI
Soy
licenciado en Teología, estudié esta disciplina toda mi vida y la enseñé en
distintos niveles, también el universitario. Pero tengo la impresión de que
cada vez entiendo menos. Comparto los conceptos del editorial del 30 de julio
sobre la beatificación de monseñor
Angelelli. Allí se cita a monseñor
Bernardo Witte, sucesor suyo en la diócesis riojana, quien afirmaba que no había pruebas suficientes para considerar aquella
muerte un asesinato. Yo mismo,
siendo joven obispo, escuché a monseñor Witte decir en una Asamblea Plenaria
del Episcopado que la tragedia aludida fue un accidente.
¿Por qué no se declara el martirio del filósofo Carlos Sacheri,
maestro de la Doctrina Social de la Iglesia, asesinado por el ERP a la salida
de misa y cuya sangre salpicó a su mujer y a sus hijos?
Sospecha: se piensa que Sacheri era "de derecha", y en su libro La Iglesia clandestina había
denunciado los errores del progresismo y la infiltración marxista en ambientes
católicos. Su beatificación sería
"eclesiásticamente incorrecta".
Héctor Aguer
Académico
de número de la Asamblea Nacional de Ciencias Morales y Políticas
DNI
4.415.937
NOTA: Lás imágenes y
destacados no corresponden a las notas originales.
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