Nicolás Rodríguez Peña |
Nicolás
Rodríguez Peña[1]
dio la justificación usual en todas las revoluciones “… Que fuimos crueles. ¡Vaya con
el cargo! Mientras tanto, ahí tienen ustedes una patria que no está ya en el
compromiso de serlo. La salvamos como creímos que había que salvarla… nosotros
no vimos ni creímos que con otros medios fuéramos capaces de hacer lo que
hicimos. Arrójennos la culpa a la cara y gocen los resultados… nosotros seremos
los verdugos, sean ustedes los hombres libres”.
Con la justificación
de Rodríguez Peña les dejamos a
continuación una nota de nuestro amigo y
periodista español, Ricardo Angoso,
sobre las recientes y preocupantes noticias provenientes de nuestra Nación
hermana la Republica de Colombia.
Después de finalizar
la lectura recomendada, por favor recuerden los siguientes temas:
1. El terrorismo es inaceptable en
todas sus formas y manifestaciones (Estrategia Global de
las Naciones Unidas contra el Terrorismo).
2. Las
FARC declararon y desarrollaron el enfrentamiento civil armado durante el
período más largo de América (1948-2016)[2],
innumerable cantidad de muertos y victimas. En nuestro país la guerra
contrarrevolucionaria duró 2 años.
3. Al
igual que en la República Argentina los ex terroristas de las FARC se infiltraron en toda la estructura del
estado colombiano.
4. En
la República Argentina el 10 de diciembre de 2015 asumió un nuevo gobierno que propuso un cambio al populismo.
5. La
oposición fue feroz y sin tener en cuenta el bien común, su único objetivo fue sabotear la acción de gobernar.
6. El
gobierno acorralado por esa oposición feroz no tuvo la capacidad o valentía para enfrentarla… optó por optó por
mutar hacia un progresismo gradualista (se convirtieron en lo que la gente
llamó “kirchneristas de buenos modales”).
Ahora… es “demasiado
tarde”.
El pueblo argentino enfrenta
una encrucijada y la misma presenta solo pocas opciones… sepa el pueblo elegir el
mejor camino hacia el bien común y un futuro digno de ser legado a nuestros descendientes.
Las analogías o no,
entre Argentina y Colombia quedan libradas a su propio criterio, después de
leer el final del artículo de Angoso.
Por nuestro lado solo
pedimos que antes del cambio o continuación de un nuevo período de gobierno, se
disponga efectuar una auditoría
jurídica para revisar todo lo actuado en los llamados juicios de lesa humanidad.
Esta petición está fundamentada por la igualdad ante la ley y cumplimiento del
art. 18 de la Constitución Nacional… servirá para cumplir parcialmente el
objetivo no logrado de unir a los argentinos[3]
COLOMBIA,
EN LA ENCRUCIJADA
Por Ricardo Angoso[4]
Quizá, a la larga, en
estas circunstancias, la única vía para los colombianos es la que impulsó el
asesinado primer ministro israelí Isaac
Rabín durante el proceso de paz con los palestinos, cuando concluyó que iba
sentarse a negociar la paz como si no existiera el terrorismo, pero que
también iba a combatir el terrorismo al mismo tiempo como si no existiera
proceso de paz.
Iván Márquez, ex número dos de las FARC, retoma las armas |
las FARC |
Mientras tanto, las FARC, todavía con representantes en la
Cámara de Representantes y en el Senado y con personalidad jurídica para
concurrir a las próximas elecciones locales y departamentales, donde presentan
algunas candidaturas aunque sea a modo testimonial -en las últimas
elecciones generales recibieron una cosecha de votos bastante exigua-, ya se
han desmarcado de este regreso a las armas de sus antiguos compañeros de lucha.
Por otra parte, los partidos moderados del centro derecha se han mostrado
consternados y han mostrado su rechazo a esta declaración unilateral del
regreso a la violencia por parte de las disidencias de las FARC, que están
encabezadas por el ya citado Márquez,
el fugado y narcotraficante Jesús Santrich -liberado por Duque ignominiosamente- y otro jefe guerrillero apodado alias el Paisa.
Pero la conmoción
general no es señal de que el gobierno colombiano vaya a ganar este pulso con
las disidencias de las FARC, sino más bien lo contrario: su falta de carácter y su pusilanimidad en casi todos los aspectos relativos a la seguridad nacional,
así como su falta de músculo político,
le hacen ver ante la sociedad como un ejecutivo
incapaz de conducir a buen puerto al país, ahora sumido en la zozobra, la
incertidumbre y la crisis en casi todos los órdenes. El presidente
Duque se mostró dubitativo, poco
rotundo y contundente frente al terrorismo, complaciente con las FARC y sus disidencias e hizo poco o nada
frente al flagelo del narcotráfico, que está claramente ligado al grupo terrorista, recogiendo ahora las
consecuencias de esta catarata de errores graves.
general de 5 estrellas Douglas MacArtur |
Decía el general norteamericano MacArtur
que las guerras se pierden por dos
palabras: demasiado tarde. "La
historia de los fracasos en la guerra puede resumirse en dos palabras:
demasiado tarde. Demasiado tarde en la comprensión del letal propósito del
enemigo; demasiado tarde en tener conciencia del mortal peligro; demasiado
tarde en lo tocante a la preparación; demasiado tarde en la unión de todas las
fuerzas posibles para resistir; demasiado tarde en ponernos al lado de nuestros
amigos", aseguraba el veterano militar norteamericano. ¿Será demasiado tarde para Colombia y habrá
perdido definitivamente la batalla contra el terrorismo?
El
reciente discurso del presidente
Duque, pese a su claridad y firmeza en la defensa de la
legalidad y la justicia frente al terrorismo y la criminalidad, sin embargo, tampoco
despeja muchas dudas. Su escasa determinación en la lucha contra el
narcotráfico, envuelta en el eterno debate sobre el glifosato y criticada por
el mismo presidente norteamericano Trump, y el envío de señales equívocas a los terroristas, como fue el apoyo a la justicia que juzga los crímenes
por delitos de lesa humanidad (JEP), la tolerada y humillante fuga de Santrich y el haber aceptado, sin
apenas modificaciones, los acuerdos firmados por Santos, que tanto Duque
como otros dirigentes de su partido juraron rectificar durante su campaña
electoral, le han dejado en un pésimo lugar.
La JEP y la Comisión de la Verdad |
Así las cosas, y sin
que nadie tenga dudas en esta ocasión, Colombia se encuentra en una compleja
encrucijada. Tiene dos caminos ante sí y
Duque tendrá que tomar decisiones al respecto. Por un lado, el presidente Duque, apoyado por el
partido del ex presidente Uribe, el
Centro Democrático, tiene la opción guerrerista, embarcando al país en una
nueva cruzada militar de inciertos resultados sobre el campo de batalla y tal
como le demandan algunos sectores del país. Y, en el otro extremo, intentar
reconducir el problema de este regreso a la vía armada por parte de guerrilla
por la vía del diálogo, en unas hipotéticas negociaciones que incluyeran al Ejército de Liberación Nacional (ELN)
-un grupúsculo superviviente a la Guerra Fría de orientación procastrista- y a
las disidencias de las FARC, que
ahora anuncian a bombo y platillo su regreso a la violencia.
LAS
DOS OPCIONES QUE TIENE ANTE SÍ COLOMBIA
Al mismo tiempo,
cualquiera de esas dos opciones tendría que convivir con la salvaguarda de los
acuerdos de paz firmados por el ex
presidente Santos en La Habana, toda vez que la comunidad internacional
-incluida la Unión Europea (UE) y numerosas potencias internacionales- es
garante de los mismos y las FARC, ya como partido político, se han comprometido
a cumplirlos. La izquierda colombiana exige al presidente Duque el cumplimiento exhaustivo de dichos acuerdos, la
integración política, social y económica plena de los antiguos guerrilleros en
la vida del país y el final de la vía guerrerista, a la que siguen apelando
algunos sectores de las fuerzas democráticas y numerosos representantes
cualificados del Centro Democrático, paradójicamente el partido bajo cuyas
banderas ganó el actual mandatario en las elecciones presidenciales celebradas
en el año 2018.
La
encrucijada está
ahí, el dilema para el actual inquilino de Casa Nariño -la sede de la
presidencia de la República de Colombia- está
encima de la mesa. Pero tampoco son
tiempos para la duda y la incertidumbre, para acrecentar la zozobra que
se abate sobre la sociedad en estos momentos y generar un vacío de poder ante
la situación que agravaría la gravedad del momento, sino que es hora de tomar decisiones y hacer frente
a la situación con realismo y contundencia, no obviando las graves
responsabilidades que tiene ante sí el presidente
Duque frente a su país en esta
difícil coyuntura.
¿Qué
hacer ahora? Quizá una combinación de las dos vías
que surgen en el camino, es decir, la vía militar frente a la nueva estrategia
del terror y volver a la mesa del diálogo, pese a la continuidad violencia,
podrían proporcionar la clave de la que podría ser una política de paz para los
próximos años en Colombia, aunque eso no excluye que seguramente habrá nuevos
atentados terroristas y nuevas víctimas que unir a la lista de asesinados,
secuestrados y heridos en este país por la violencia terrorista. Y que el camino hasta lograr la verdadera
paz -nunca lograda por el proceso de paz de Santos, técnicamente mal
desarrollado- será largo y doloroso.
Quizá, a la larga, en estas circunstancias, la única vía para los colombianos
es la que impulsó el asesinado primer
ministro israelí Isaac Rabín durante el proceso de paz con los palestinos,
cuando concluyó que iba sentarse a
negociar la paz como si no existiera el terrorismo, pero que también iba a combatir el terrorismo al mismo
tiempo como si no existiera proceso de paz. Colombia, otra vez en su
historia, como tantas veces, puede que se encuentre ad portas ante ese
horizonte incierto.
Ricardo Angoso García
Espíritu Santo, 27 Local B
Madrid 28004 Madrid
España
Teléfono 00 34 606
828 959
Carrera, 4, número
17-59
Bogotá
Colombia
Teléfono 00 57 320
880 01 99
NOTA:
Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.
[1] Fue un comerciante y político
argentino conocido principalmente por su actuación en contra de las 2
Invasiones Inglesas (1806 y 1807), durante la Revolución de Mayo y por haber
integrado el Segundo Triunvirato. Un prócer importante de nuestra historia
patria.
[2]
Al igual que
en nuestro país, las organizaciones guerrilleras en Colombia, fueron mutando en
el tiempo, adoptando distintos nombres -Autodefensas Campesinas, Guerrillas de Marquetalia, Bloque Sur, Ejército
Popular de Liberación etc.- pero manteniendo inalterable su accionar violento
para hacerse del poder político, aplicando la influencia del Che Guevara y de
Mao en la guerrilla comunista. Pasaron de la lucha por supuestos ideales de
liberación del capitalismo al narco tráfico o narco terrorismo que envenenó a
gran parte del mundo… hasta el ingenuo proceso de paz en Colombia propuesto por
el entonces presidente de Colombia Juan Manuel Santos y finalizado con la firma
de Los Acuerdos de Paz
de La Habana firmados el lunes 26 de septiembre de 2016 entre el Estado
colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del
Pueblo (FARC-EP) en Cartagena de Indias, Colombia.
[3] Mauricio Macri: “Nuestras prioridades son pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir
a los argentinos” (10/12/2015).
[4] Ricardo Angoso (1966, Salamanca) es sociólogo,
analista internacional y periodista. Ha escrito, trabajado y colaborado, en los
últimos años, para El Independiente, Diario 16, El Mundo, Fax Press, Colpisa,
La Aventura de la Historia, Safe Democracy, Infomedio, Historia 16, Radio
Francia Internacional, Radio Exterior de España, Ideas y Debate, Raíces e
Historia y Vida. Durante mucho tiempo ha residido en el extranjero, siendo un
buen conocedor de los Balcanes y habiendo pasado largas temporadas en Albania,
Bosnia y Herzegovina, Hungría, Rumania, Macedonia, Montenegro, Serbia y
Turquía. Como observador electoral de la Organización para la Seguridad en
Europa (OSCE) ha participado en numerosos
procesos electorales en una decena de países. A su vez, ha sido profesor en la
Universidad Nacional de Honduras y becario del Ministerio de Asuntos Exteriores
español en Hungría, Rumania y Turquía. También ha ganado varios premios
literarios, entre los que destacan el Joven y Brillante, el Ciudad de Periana y
el Ateneo de Jaén. En la actualidad, colabora en varios medios de comunicación,
es Coordinador General de Diálogo Europeo y dirige la revista Lecturas para el
Debate. Libros publicados: Europa a Debate, Las próximas guerras europeas y
Rapsodia húngara sobre fondo rojo.
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