martes, 24 de septiembre de 2019

CARTA ABIERTA AL SEÑOR SECRETARIO DE DERECHOS HUMANOS Y PLURALISMO DE LA NACIÓN


Señor Lic. Claudio Avruj
Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación
S         /          D

De mi mayor consideración:
Al leer su artículo La Plaza de la Buena Memoria publicado el 28 de agosto de 2019 el por el diario La Nación (https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-plaza-de-la-buena-memoria-nid2282053) y comparar sus reflexiones con las declaraciones del fundador del movimiento de intelectuales Carta Abierta, Horacio González, quién “pidió una "valoración positiva de la guerrilla de los años 70” (https://www.lanacion.com.ar/politica/horacio-gonzalez-cristina-no-puede-ser-mera-nid2290263), surge una inevitable visión de 2 modelos de país muy diferentes entre sí.

Usted textualmente expresó: ““Necesitamos una Plaza de la Buena Memoria. Un lugar de respeto y respetable para todos, donde cada uno de nosotros, sin pedir permiso, sin temor a ser agredido, pueda honrar la vida recordando, homenajeando, reflexionando”.


Y el ex presidente de la Biblioteca Nacional, en una entrevista a la Agencia Paco Urondo, dijo: “Hay que reescribir la historia argentina, pero no en esa especie de neoliberalismo inspirado en las academias norteamericanas de los estudios culturales, donde hay una multiplicidad graciosa y finita, sino que tiene que ser una historia dura y dramática, que incorpore una valoración te diría positiva de la guerrilla de los años 70 y que escape un poco de los estudios sociales que hoy la ven como una elección desviada, peligrosa e inaceptable. (...) Al mismo tiempo tiene que ser una historia comprometida con la creación de un sujeto social nuevo en la Argentina, de carácter productivo y popular”.

Ambas declaraciones muestran sintéticamente dos modelos de países distintos -en el contexto de una próxima elección general extremadamente polarizada-, por un lado la propuesta que permitiría (acompañada de otras grandes decisiones) cerrar la grieta que divide el país y cicatrizar las heridas del pasado y la otra que por el contrario profundiza y amplía esa grieta.

Me atrevo a expresar que la inmensa mayoría del pueblo argentino aspira a un futuro en paz y de bienestar, digno de ser legado a las generaciones que nos precederán. Ello sería una resolución de un estadista con coraje, pues el fin es la paz, supremo estado de todo pueblo sensible como el argentino. Las grietas provocadas por la guerra o por razones bioéticas son la causa fuente de lo que nos sucede en otros órdenes y ello, el mundo lo observa horrorizado.

A pocos días de una elección para el elevado cargo de presidente de la Nación, además de las medidas de coyuntura adoptadas para paliar la grave crisis política, económica y social en la que hemos caído… es la oportunidad que tiene el gobierno para enmendar algunos equívocos de su gestión, que han servido para confundir a muchos de los electores que en el año 2015 acompañamos el proyecto de cambiar el camino de la decadencia que nos acercaba al llamado Socialismo del Siglo XXI.


Voy a referirme brevemente a lo que usted llamó “La Plaza de la Buena Memoria”, no escapa a nadie que el hoy existente Parque de la Memoria en la costanera de nuestra ciudad, al que se invita a nuestros visitantes ilustres a rendir homenajes a los caídos en la Guerra Revolucionaria, es una afrenta para gran parte de la sociedad argentina.

Desgraciadamente nuestro joven país tiene la necesidad de cicatrizar y sanar las heridas del pasado… heridas que algunas se remontan al nacimiento mismo de la Patria. Lo que ahora se llama “grieta”, es una de las características argentinas y tiene 209 años de edad de antigüedad.

Una sociedad necesita conocer la historia, no solamente tener memoria y para colmo subjetiva -mediante un relato muy bien elaborado- que refleja las vivencias de solo uno de los grupos confrontados en los años ‛70. Por su parte, la historia no se hace con un objetivo político sino con la verdad de los hechos, las circunstancias en que fueron cometidos y la justicia como únicos imperativos. Aspira a la objetividad y establece los hechos con precisión.

Sin duda es imprescindible crear o modificar si ya existiese (se llame como se llame) un lugar  de paz, respeto, concordia y justicia que sirva a la unión del pueblo argentino. Que allí se recuerde a cada persona que fue víctima de las antinomias que nos mantienen sin la unión necesaria para desarrollarnos como una nación moderna y venturosa.

Sin discriminación de ninguna especie allí debemos recordar a todos los que lucharon por nuestra independencia y aquellos que cayeron en aras de la construcción -aún no terminada- de la República Argentina nos referimos a monárquicos-antimonárquicos, federales-unitarios, liberales-proteccionistas, peronistas-antiperonistas, subversivos terroristas-fuerzas legales, kirchneristas-antikirchneristas etc. Todos ellos contribuirán al advenimiento de una visión más exacta y más compleja del pasado común. Ya es hora que el poder de turno deje de continuar con la mirada sesgada de los ’70, es hora de igualdad ante la ley y la historia.

Si el señor secretario lo considera oportuno, junto a un grupo de colaboradores, estoy dispuesto a asistir a una reunión a los efectos de contribuir a la Pacificación Nacional Definitiva.

Respetuosamente,

Roberto José Rosales
DNI 5.400.027
PD: esta carta va CC a casarosada@argentina.gob.ar con la esperanza que sea leída por el señor presidente de la Nación.

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.

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