sábado, 28 de septiembre de 2019

¿POR QUÉ CALLAN?

Es demasiado evidente que un sector de la población no quiere la concordia en el país, la idea que entre ellos prevalece no es la de la justicia… por el contrario es la venganza aplicada, a los sobrevivientes de las Fuerzas Legales que combatieron al terrorismo internacional en guerra revolucionaria de los años ’70, a través de una justicia prevaricadora. La que cada día también pone en evidencia su travestismo político, con las últimas decisiones en beneficio de la runfla de ladrones que vaciaron las arcas del estado entre los años 2003 a 2015.

La solución de ese conflicto tampoco fue encarada con firmeza por el actual gobierno, por el contrario se ejerció un continuismo de la llamada política nacional de derechos humanos.


Ambos gobiernos de aparente signo ideológico distinto permitieron que se tergiversara la historia, la justicia se basara en un lamentable y falaz relato de un solo sector y se cometieron verdaderas irregularidades jurídicas que merecen ser auditadas. La historia fue dejada de lado y el contexto de la mensionada guerra tambien... un lamentable error de los líderes políticos que supimos conseguir. Como expresara recientemente Monseñor Santiago Olivera: “cuando la Justicia está ideologizada no es Justicia” y añadió que muchos militares están sufriendo detenciones abusivas. “Dentro de unos años vamos a tener que pedir perdón por estos tiempos”.





En 2008 jueces, legisladores y organizaciones de DD.HH. repudiaron el fallo de la Cámara de Casación que dispuso la excarcelación de imputados por delitos denominados de lesa humanidad que superaban los cinco años de detención sin sentencia. Cristina Fernández calificó ese fallo como un episodio que avergüenza a la Argentina y a la humanidad, y el entonces secretario de Derechos Humanos, Eduardo Duhalde, pidió el juicio político de esos jueces. Desde que comenzaron las causas por corrupción se formulan críticas sobre el uso abusivo de la prisión preventiva, recordando que es una medida excepcional porque se priva de libertad a quien aún conserva su estado de inocencia, que recién se pierde cuando la condena queda firme. Bienvenido sea que empecemos a sacar de la oscuridad adonde fueron arrojados, desde que se reabrieron las causas por los llamados delitos de lesa humanidad, los principios que sostienen todo el orden jurídico. Pero les pregunto a aquellos que hoy se rasgan las vestiduras: ¿por qué siguen callando y nada dicen respecto de aquellos que por hechos ocurridos en los años 70 padecen prisiones preventivas que llegan a los diez años? Es hora de rescatar también del lodazal adonde fue expulsado, entre otros, el principio de igualdad ante la ley.

María Laura Olea
DNI 13.968.163


NOTA: Las imágenes, referencia, enlaces y destacados no corresponden a la nota original.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No dejar comentarios anónimos. Gracias!